India: una cadena humana para defender la montaña Niyamgiri de la minería

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La montaña Niyamgiri, en Orissa, un lugar de una belleza natural extraordinaria que se eleva hasta más de mil metros de altitud, cuenta con algunos de los bosques húmedos más densos y prístinos de la región, y es el origen del río Vamshadhara y de los principales afluentes del río Nagaveli. Es también el lugar más sagrado de los Dongria – literalmente “gente de la montaña” – un subgrupo cada vez menos numeroso de los pueblos Kondh que han habitado los bosques de la India oriental durante varios miles de años.

Los Dongria dependen de esa montaña boscosa para su subsistencia: cultivan sus faldas plantando entre los árboles. Sus huertas frutales, ubicadas en lo alto de la ladera, requieren un arduo trabajo; un hombre puede pasar 10 días allí protegiendo los preciosos cultivos contra los elefantes, los jabalíes y los monos de dedos ágiles, ahuyentándolos con canciones tribales y el retumbar de los tambores. Obtienen dinero en efectivo de la venta en el mercado local de frutos silvestres, flores y hojas recolectadas en el bosque.

Desde el punto de vista ambiental, el bosque Niyamgiri es vital para todo el ecosistema de la montaña, ya que permite que los numerosos cursos de agua y exuberantes bosques que dan sustento a los Dongria sigan prosperando. Pero también hay allí ricos yacimientos de mineral de aluminio, y esto se ha vuelto una maldición para la montaña y los pueblos que de ella dependen, ya que los intereses mineros ponen en peligro su porvenir. 

El periodista Peter Foster (1), que visitó la aldea Dongria y escuchó las quejas de sus habitantes, escribió que “según dicen, excavar los montes Niyamgiris será una catástrofe social y ambiental pues destruirá los ríos y arroyos de los que dependen miles de personas para regar sus cultivos, contaminará los ríos con el “barro rojo” tóxico que es un subproducto de la fabricación de aluminio y – lo más importante según los antropólogos – destruirá a los Dongria, quienes veneran esa montaña sagrada que lleva el nombre de su dios, Niyamraja.” 

La minería en la montaña Niyamgiri equivaldría al genocidio de los Dongria. Según el antropólogo Felix Padel, citado por Peter Foster, “'los Dongria son gente de la montaña; reubicarlos en la planicie es una forma de genocidio. Ellos viven en la montaña, veneran a la montaña, sobreviven gracias a la montaña. No se trata simplemente del lugar donde viven los Dongria, sino de la esencia misma de su identidad. Reubicarlos es destruirlos.” Un anciano de la aldea dijo al periodista cuando éste lo visitó: “No podemos irnos. Las montañas son lo que somos.” 

La suerte que corrió Sakata, una aldea dongria reubicada, se cierne sobre ellos como una triste premonición. Foster dice que la gente recibió casas de material y tierra para cultivar “pero no han hecho nada desde entonces con el obsequio del gobierno. Casi todos los hombres de la aldea están muertos por tomar demasiado de la bebida alcohólica local, que es mucho más fuerte que el vino de sagú tradicional. “Al perder su relación con el bosque”, dice un trabajador social, “los hombres de la aldea se limitaron a ganar como jornaleros lo suficiente para embriagarse hasta morir.”

Si bien la Suprema Corte de la India prohibió a Vedanta (una empresa cuyo principal accionista es el multimillonario hindú residente en Londres, Anil Agarwal) excavar minas en la montaña, la necesidad de materia prima le llevó a aceptar a la filial india de Vedanta, Industrias Sterlite. En agosto de 2008, Sterlite obtuvo luz verde para operar en tierras de los Dongria respetando ciertos lineamientos.

La empresa ha tratado de construir caminos para la mina. Sin embargo, el 27 de enero, los Dongria y otras tribus Kondh marcharon a través del denso bosque con el fin de formar un muro humano de 17 km de largo en la base del monte Niyamgiri, para bloquear los caminos y mantener a la empresa británica fuera de su montaña sagrada.

Según Survival International, algunos informes sostienen que eran más de 10.000 los hombres y mujeres de la zona del Niyamgiri que tomaron parte en la protesta. Las pancartas que llevaban los manifestantes incluían frases como 'Fuera Vedanta' y 'Detengan las excavaciones en Niyamgiri'.

Esa fue la segunda manifestación de grandes proporciones en diez días: el 17 de enero, más de 7.000 manifestantes habían marchado hasta las puertas de la refinería de aluminio de Vedanta, en la ciudad cercana de Lanjigarh. (2)

Si la mina llegara a operar, todo un mundo antiguo será destruido. Según dice Foster, citando a Bijaya Kumar Baboo, quien trabajó con las tribus de Orissa desde la hambruna del arroz de los años 80: “El pueblo Dongria ha vivido con tan poco durante tanto tiempo, sin destruir su mundo. En cambio, nosotros estamos destruyendo nuestro mundo a un ritmo insostenible. Antes de que los Dongria dejen de existir, ¿no deberíamos preguntarnos si no tenemos nada que aprender de ellos?”

Survival International ha organizado una campaña en apoyo de los Dongria, a la cual puede adherir escribiendo al Primer Ministro de la India o a la embajada de la India en su país, y/o contribuyendo con una donación (ver http://www.survival-international.org/news/4152).

 (1) “Mining in Orissa threatens Dongria Kondh tribe”, Peter Foster, Telegraph Media Group, http://www.telegraph.co.uk/earth/environment/3340194/Mining-in-Orissa-threatens-Dongria-Kondh-tribe.html.

 (2) “Tribe forms human chain to keep British company off sacred mountain”, 29 de enero de 2009, Survival International, http://www.survival-international.org/news/4152.