Este artículo está basado en una visita de campo de cuatro días y en conversaciones con los aldeanos de 5 de las 7 comunidades más afectadas por el proyecto. Los aldeanos expresaron quejas sobre los supuestos beneficios del proyecto, y argumentaron que la destrucción de los bosques no se ha detenido dentro de la zona del proyecto REDD, mientras que la expansión de la palma aceitera, de la tala y de las actividades mineras en la zona circundante socava aún más el objetivo de reducir las emisiones debidas a la deforestación.
Introducción
El KFCP (Kalimantan Forests and Climate Partnership) es un proyecto REDD de 4 años que comenzó en 2009, con el objetivo de producir compensaciones de emisiones de carbono reduciendo las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques en una zona de unas 120.000 hectáreas de Kalimantan Central. El proyecto está basado en un acuerdo bilateral entre los gobiernos de Australia e Indonesia. El gobierno australiano lo ha financiado hasta ahora con unos 31 millones de dólares. Se estima que el bosque que deberá ser protegido en la zona del proyecto ocupa el 60-70% de la zona, y que las actividades del proyecto incluyen también la reforestación y la rehabilitación, además de un componente denominado “de subsistencia”.
Las actividades del proyecto afectarán directamente a siete comunidades ubicadas en las márgenes del río Kapuas, o sea unas 2.600 familias. Los habitantes pertenecen principalmente al pueblo indígena Dayak. En lo referente a la organización, cada aldea tiene un jefe nombrado y empleado por el Estado, así como líderes electos por las comunidades en base a criterios religiosos (islámicos, cristianos y tradicionales). Una ONG local llamada YPD trabaja por los derechos comunitarios y defiende los medios de vida de los aldeanos.
El proyecto KFCP es uno más de la serie de intervenciones autoritarias que ha habido en la zona durante las últimas décadas, a partir de la época de Suharto cuando, en los años 1990, dicha zona fue incluida en el llamado mega-proyecto arrocero con el cual el gobierno intentaba contribuir a la autosuficiencia en materia de arroz así como estimular la transmigración hacia la región. Con ese fin, se comenzó a drenar las turberas construyendo un enorme sistema de canales; sin embargo, el resultado fue desastroso porque el arroz no crecía bien. En cambio, el proyecto sí condujo a la tala a gran escala, en provecho del clan Suharto, y favoreció los incendios forestales y la destrucción del bosque.
Posteriormente se implementaron otros proyectos de tipo conservacionista, como el proyecto Bosmawas (Borneo Orangutan Survival Foundation) de protección de los orangutanes y el Proyecto para las Turberas de Kalimantan Central (CKPP). El CKPP pretendía recuperar parte de las turberas y su vegetación, bloqueando los canales del proyecto arrocero. Esta actividad de rehabilitación ha sido retomada por el proyecto KFCP.
El proyecto CKPP era una iniciativa de ONGs internacionales como Wetlands International, WWF y CARE. Esas mismas ONGs participaron luego en el proyecto REDD KFCP, y los miembros de las comunidades mencionan que el personal del KFCP incluye a personas que trabajaban antes en el CKPP.
La “asociación”
Los miembros de las comunidades se quejan de que éstas nunca dieron su consentimiento por intermedio de sus propios líderes. Lo que el KFCP llama “consentimiento” son en realidad acuerdos con los jefes de las aldeas de la zona nombrados por el Estado.
Las propias aldeas recibieron encuestas, cursos de formación sobre el control de incendios y también talleres de “familiarización” sobre REDD. Un aldeano explicó que, después del primer taller, la gente no había entendido de qué se trataba REDD y había pedido una segunda sesión en un lenguaje más sencillo. Tampoco esa vez entendieron. Sin embargo, habían quedado “familiarizados” con el proyecto REDD, principalmente porque se les dijo que iba a traer dinero y trabajo a las comunidades.
El empleo parece ser el principal beneficio que el proyecto ofreció a la comunidad, sobre todo relacionado con actividades de reforestación. Cada familia o participante debe sembrar y plantar entre 400 y 575 árboles. Sin embargo, el pago es muy escaso, unos 100 dólares; se efectúa en paquetes, por ejemplo el 50% al comenzar y el resto al final de las actividades, y a veces se paga con atraso. Además, en la aldea de Sei Ahas la gente agregó que el monto estaba basado en la cantidad de árboles plantados, y que otros gastos, como la instalación de pequeños viveros y el transporte, estaban a cargo de cada participante. La gente realmente pobre no se beneficia con el proyecto, porque lo que les pagan por reforestar no les alcanza para sobrevivir. Además, el trabajo de reforestación requiere mucho tiempo y, por lo tanto, no les queda tiempo suficiente para sus propias actividades de subsistencia. Por otra parte, en la comunidad de Sei Ahas los trabajadores son principalmente mujeres, aparentemente porque el proyecto KFCP incluye un “componente de género”.
Los aldeanos también se quejan de la falta de transparencia y de la desconfianza que les inspira la gestión del proyecto. Para la aldea de Sei Ahas, por ejemplo, habría unos 360.000 dólares para las actividades de reforestación; según un aldeano, esto es mucho más que lo que se paga al total de los aldeanos que participan en el trabajo. Así, los aldeanos se preguntan a dónde va el dinero.
Si bien se presenta como un proyecto de “asociación”, la gente del lugar suele quejarse de que sólo participa como mano de obra. No es su proyecto, y esto explica que no se interesen en las actividades. Un aldeano dijo: “la gente incluso ha plantado arbolitos muertos”, sólo para obtener el pago basado en la cantidad de “árboles plantados”. Otro de ellos, miembro del YPD, no ve beneficios reales, y añade que es difícil para los miembros de la comunidad manifestar sus preocupaciones y lograr que sean tenidas en cuenta: “esto es un proyecto del gobierno y tenemos que seguirlo”.
Según un líder de la aldea de Sei Ahas, el proyecto KFCP les habría asegurado que el carbono almacenado por la reforestación podría ser “vendido” por las comunidades en el futuro. A esto respondieron preguntando por qué no vender el carbono ya contenido en el bosque, pero el representante del KFCP respondió que eso no era posible, porque ese carbono no se podía calcular y por lo tanto no se podía “comprar”.
Los aldeanos también comentan que el KFCP los ayudó a realizar un plano de la aldea pero, también en este caso, un líder se queja de que, a pesar de haber organizado reuniones y permitido que la gente diera su opinión, el proyecto quiso imponer su propio programa diciendo que iba a “mejorar” el plano propuesto por la comunidad. Luego de esto, pidieron al jefe de la aldea que firmara dicho plano “mejorado”. El aldeano que contó esto dijo que, por esa razón, había renunciado a la secretaría de la aldea. Se quejó de que el KFCP nunca presentó el mapa final de la zona del proyecto ni el plano “mejorado”, y de que su programa no está basado en los requerimientos de la comunidad sino sólo en las características ecológicas de la zona.
En resumen, los aldeanos que entrevistamos consideran que si el proyecto realiza reuniones con las comunidades es sobre todo para obtener su firma en la lista de asistencia. Cuentan que, luego de varias reuniones comunes, el KFCP quiso organizar algo diferente y ellos sugirieron una presentación de danzas tradicionales. Sin embargo, el espectáculo organizado por el KFCP no fue tradicional y, sobre todo, no era apropiado para los niños. E incluso para este evento, según ellos, había una lista de asistencia.
¿Menos deforestación?
Los aldeanos comentan que los incendios forestales continúan y que el KFCP no hace nada para evitarlo. Con gente de Mantangai Hulu visitamos un sitio que había sido incendiado por gente de fuera para conseguir un árbol valioso y venderlo en el mercado interno. El fuego se usa para quemar las hierbas y así poder identificar y extraer los árboles valiosos. Si bien algunas personas de la comunidad participan en esto, es poco lo que ganan. Quienes más se benefician son las personas de fuera que controlan el negocio.
Un método tradicional para combatir los incendios forestales
Los Dayak tienen un sistema tradicional de estanques para peces llamado “beje”; dichos estanques se excavan cerca del río Kapuas para tener peces cuando el nivel del río desciende al final de la estación lluviosa. Además de los peces, la ventaja de este sistema tradicional es que provee agua para riego y también ayuda a combatir los incendios forestales. Un aldeano que ahora trabaja para el KFCP dijo que podría ganar más con este sistema que lo que le pagan como empleado del proyecto.
En lo que respecta a la reforestación – que se realiza en áreas de 200-400 ha por comunidad – un líder de la comunidad Sei Ahas, por ejemplo, dijo que sólo el 40% de los arbolitos plantados sobrevivían. En Katundjan se afirma que sólo el 20% de las plantas sobrevivieron en las primeras 25 hectáreas reforestadas. Además, los aldeanos se quejan de que la reforestación consiste en “rehabilitar” zonas de bosque, o sea que se tala los árboles para plantar otros nuevos, y el resultado, a su entender, es que hay más deforestación que reforestación. También falta mantenimiento; cuando los árboles mueren no se los reemplaza, y también los incendios han afectado las zonas de reforestación. Se menciona que los aldeanos no fueron consultados sobre las especies elegidas, y se afirma que el KFCP está utilizando especies no adecuadas, más aptas para las orillas del río que para las condiciones de la zona de reforestación. Sin embargo, las comunidades no participan en la selección de especies y, además, el KFCP las culpa de la pérdida de los árboles jóvenes.
Los aldeanos también dicen que el KFCP no está impidiendo la expansión de empresas de palma aceitera, como la compañía PT RAS, mencionada en la aldea de Sei Ahas; esa empresa no debería estar funcionando pues perdió su licencia, pero las autoridades no hacen respetar dicha decisión. El caso está ahora en manos del Consejo Forestal Nacional. La expansión de la palma aceitera es un factor importante de deforestación en Kalimantan, y va de la mano con la extracción de madera. Las comunidades se quejan de la inacción del gobierno, que parece no querer tener problemas con esas empresas y estar muy interesado en cambio con el proyecto REDD del KFCP, porque trae dinero al presupuesto estatal. Otro problema que denuncian los aldeanos es la posible superposición de las concesiones de palma aceitera y de la zona del proyecto KFCP.
Resumiendo, ese proyecto REDD va de la mano con la destrucción del bosque dentro y alrededor de la zona que abarca. Según la ONG ambientalista WALHI, la minería y las plantaciones de palma aceitera figuran entre las principales causas de la deforestación en Indonesia. Los líderes locales preguntan por qué el KFCP quiere reforestar sólo 400 ha – de las cuales quizás sólo 150 ha sobrevivan – mientras el bosque sigue siendo destruido a su alrededor. La deforestación es un problema para los pobladores, dado que el 99% de ellos dependen del bosque, como observó un líder de Sei Ahas.
Restricciones y falta de reconocimiento de los derechos territoriales comunitarios
Los aldeanos sufren numerosas restricciones. Desde que comenzó el proyecto KFCP les han bloqueado unos 30 canales pequeños y se les negó acceso a zonas que solían frecuentar. Además, cuando la gente necesita madera tiene que alejarse de la aldea, porque está prohibido cortar árboles en la zona del proyecto KFCP.
El reconocimiento de los derechos sobre la tierra es una reclamación básica y general, y los líderes de Katundjan añadieron que su mayor temor es perder el acceso a sus tierras. Dijeron que el KFCP quiere clasificar sus bosques como “bosques comunitarios”, pero las comunidades Dayak quieren que se les llame “bosques de pueblos indígenas” debido a un decreto firmado por el gobernador de Kalimantan que reconoce el derecho de los pueblos indígenas a administrar sus bosques. Sin embargo, el KFCP no está de acuerdo y afirma que el gobierno nacional no reconoce los derechos de los pueblos indígenas. Es por eso que los aldeanos dicen que el KFCP no ha defendido sus derechos de tenencia, a pesar de tratarse de una exigencia básica de las comunidades. La YPD los ayudó a trazar mapas de sus comunidades; los habitantes de Sei Ahas, por ejemplo, mostraron el suyo, donde figura la zona de 26.000 ha que consideran como propia y necesaria para su supervivencia cultura y física.
Las comunidades luchan por sus derechos
Desde hace algunos años las comunidades están batallando para que les reconozcan sus reclamaciones, que ellas llaman su “concepto”. Se trata, en primer lugar, de reconocer sus derechos territoriales, además de obtener ayuda para mejorar sus medios de vida. Una forma habitual de sustento consiste en plantar el árbol de caucho, que les es familiar y que pueden procesar mínimamente dentro de la aldea, lo cual no sucede con la palma aceitera, que está mucho más controlada por las grandes empresas. La cosecha de la palma aceitera debe ser transportada directamente a la planta procesadora, mientras que el caucho se puede almacenar. Para Sei Ahas, el KFCP aprobó un proyecto de 400 plantas de árbol de caucho por familia pero, según dicen los aldeanos, las plantas nunca llegaron. En Katundjan, un líder comunitario dijo que su proyecto de plantación de árboles de caucho fue rechazado pero que el KFCP quería que plantaran palma aceitera. El KFCP le ofreció trabajo, pero él no lo aceptó.
Los integrantes de la comunidad se están poniendo nerviosos, también porque el KFCP los hace responsables de sus problemas. En junio de 2012 hubo un incidente en la aldea de Kalumpan, cuando el KFCP organizó una reunión pero sólo invitó a unas pocas personas. Los aldeanos reaccionaron incendiando la sala de reunión. En Mantangai Hulu sucedió algo parecido. Cuando el KFCP organizó una reunión para hablar de su presupuesto e invitó sólo a un puñado de personas, se presentaron unos 300 aldeanos y el líder de la aldea decidió cancelar la reunión. En respuesta hubo varias ventanas rotas. La policía está investigando pero, en mayo de 2012, el KFCP vació su oficina y se fue de la aldea; desde entonces su presencia en Mantangai Hai no es bienvenida. Un representante de dicha comunidad dijo: “rechazamos el KFCP desde el principio, porque no tiene transparencia”, y “es bueno que se hayan ido, desde entonces no hay más peleas”.
Más recientemente, en agosto de 2012, se envió al gobernador de la Provincia de Kalimantan una carta abierta de protesta que incluía varios de los problemas mencionados, firmada por los líderes de las cinco aldeas directamente afectadas, por la YPD (organización que defiende a las comunidades locales), y también por WALHI. Luego tuvo lugar una reunión de los representantes comunitarios, el gobierno estatal y el KFCP para discutir sobre los problemas planteados en la carta. De allí salió un acuerdo según el cual cada comunidad realizará su propia evaluación del proyecto y sus propuestas sobre lo que debería hacerse, para presentarlas a un grupo de trabajo coordinado por el gobierno, que se encargará de darles seguimiento.
Este intento de resolver los graves problemas que ha causado en las comunidades el proyecto REDD del KFCP aún está en curso; mientras tanto, varios líderes comunitarios lo han considerado como “la última chance” para el proyecto.
Winnie Overbeek, WRM, correo electrónico: winnie@wrm.org.uy
Artículo basado en una visita de campo y en la información contenida en “In the REDD: Australia´s carbon offset project in central Kalimantan”, FOEI (http://www.foei.org/en/what-we-do/climate-biodiversity-finance/latest-news-1/in-the-redd-australias-carbon-offset-project-in-central-kalimantan) y en “Controversy surrounding Australia’s Kalimantan Forest and Climate Partnership REDD project deepens”, REDD-Monitor (http://www.redd-monitor.org/2012/09/11/controversy-surrounding-australias-kalimantan-forest-and-climate-partnership-redd-project-deepens/).