“Si nuestras tierras, fuentes de agua, aire y medios de vida están siendo destruidos por la exploración y explotación geotérmica, ¿cómo es posible llamar ‘limpia’ a esta energía? ¿Limpia para quién?” A pesar de la criminalización, la lucha en el Monte Talang sigue creciendo y fortaleciéndose cada vez más.
La energía geotérmica es considerada una de las fuentes de energía potenciales que supuestamente podría proporcionar “energía limpia”. En mayo de 2015, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, inició un proyecto de desarrollo para generar 35.000 megavatios, que incluía centrales de energía geotérmica. El proyecto debía finalizar durante su primer período presidencial (2014 - 2019). Muchos partidos lo consideraron demasiado ambicioso e inadmisible, ya que el régimen anterior solo había logrado generar 10.000 megavatios de centrales eléctricas a lo largo de sus dos períodos de presidencia. Pero el presidente argumentó que para lograr el objetivo de crecimiento económico de Indonesia de 6 a 7% por año, es necesario desarrollar infraestructura, especialmente para electricidad.
El Banco Mundial introdujo en el país el uso de las Asociaciones Público Privadas (APP) hace varios años, lo que abrió el acceso al sector privado para la construcción de infraestructura energética a través de concesiones y subastas. Las APP también garantizan que el sector privado (tanto empresas nacionales como multinacionales) obtenga una gran parte de la energía generada - en comparación con el sector público -, y facilitan la participación de las empresas. Hasta la fecha, la Compañía Nacional de Electricidad suscribió acuerdos de compra de energía por 25 años con 53 productores de energía independientes, para la generación de alrededor de 22.000 megavatios o el 74% del proyecto total.
Para garantizar que esto funcione sin dificultades, el gobierno lo incluyó como parte del Proyecto Estratégico Nacional 2017 Basado en el Reglamento Presidencial No. 58, sobre la enmienda al Reglamento Presidencial Nº 3 de 2016 relativo a la Aceleración de la Implementación de Proyectos Estratégicos Nacionales. Los inversores se benefician de esta decisión de diversas maneras: se facilita el proceso de obtención de permisos, se brinda garantías de seguridad y de salvaguardas por parte del aparato civil y militar del Estado, se otorga acceso a la exploración y explotación en zonas de Bosques Protegidos, incluyendo la zona de moratoria, entre otros.
Actualmente, una de las zonas afectadas por este “servicio a los inversores” es Nagari Batu Bajanjang, ubicada en el subdistrito de Lembang Jaya, Regencia de Solok, provincia de Sumatra Occidental.
Choque geotérmico
Por debajo de la corteza terrestre hay una capa de roca caliente y fundida, llamada magma. Esta capa produce calor de manera continua, principalmente a partir de la descomposición de materiales naturalmente radiactivos como el uranio y el potasio. Las zonas con las temperaturas subterráneas más altas se encuentran en regiones con volcanes activos o geológicamente jóvenes.
La presencia de fuentes de calor, precipitación abundante y la aparición de rocas volcánicas como rocas de cobertura y depósitos en Sumatra, convierten a la región en un blanco para el desarrollo de la energía geotérmica.
El Subdistrito Lembang Jaya, en la Regencia de Solok, se compone de seis nagari (aldeas): Batu Bajanjang, Koto Anau, Batu Many, Bukik Sileh Salayo Tanang, Koto Laweh y Limau Lunggo. Estas nagari o aldeas se encuentran en la ladera del Monte Talang, uno de los volcanes activos de Sumatra Occidental, a unos 70 km. al este de Padang, la capital de la provincia de Sumatra Occidental. El 87% de los habitantes de Batu Bajanjang subsisten como agricultores, con una superficie de tierra cultivada de 11.793 hectáreas. Los principales productos agrícolas que se cultivan son arroz, cebolla, papa, repollo, tomate, camote y zanahoria. En 2018, su producción de arroz llegó a 32.001,9 toneladas, a partir de lo cual el gobernador de Sumatra occidental definió a esta región como uno de los graneros de arroz cruciales para satisfacer las necesidades alimentarias regionales.
La zona del Monte Talang ha sido designada como área protegida debido a su importante función para la captación de agua. Esto significa que allí no se puede extender ningún permiso, pero la ley geotérmica ofrece una excepción para la exploración y explotación geotérmica.
A mediados de 2017, el Ministerio de Energía y Recursos Minerales, a través de la Junta Coordinadora de Inversiones, emitió un permiso para la exploración y explotación geotérmica en el subdistrito de Lembang Jaya a un consorcio de empresas extranjeras y nacionales. La concesión es para un área de 27.000 hectáreas, que incluye tierras comunitarias, campos de arroz y predios agrícolas. El período de exploración y explotación durará 37 años y podría extenderse en la medida que se pueda extraer energía geotérmica. El permiso fue emitido al consorcio turco PT Hitay Power Energy y PT Dyfco Energi, que derrotó a la empresa estatal PT Pertamina Geothermal Energy.
Sin embargo, el permiso se emitió sin un proceso adecuado de consulta a las comunidades afectadas. Esto provocó protestas de las comunidades. Como se sabe, antes de obtener una concesión se requiere que la empresa obtenga permisos ambientales y presente información detallada al público sobre los posibles impactos y daños ambientales. La empresa debe brindar la oportunidad de que las comunidades afectadas expresen su decisión colectiva, sin ejercer presión o coacción, algo que se conoce como el principio del Consentimiento Libre, Previo e Informado. No obstante, los hechos indican que el proceso de consulta en realidad obligaba a las comunidades a aprobar este proyecto geotérmico argumentando que este formaba parte de un “Proyecto Estratégico Nacional”.
Recientemente se reveló algo que quizás causó sorpresa: antes de que se emitiera el permiso geotérmico, el gobierno central, a través del Ministerio de Energía y Recursos Minerales, designó unilateralmente las zonas del Monte Talang (o Gunung Talang) y Bukit Kili como concesiones geotérmicas, que se ofrecerían a los inversores a través de un proceso de subasta. La revelación de esta información fue crucial para las comunidades, que se sintieron traicionadas por el gobierno: ¿cómo podía el gobierno regalar un área de 27.000 hectáreas que directamente se superpone sobre su espacio vital, sin siquiera escuchar sus opiniones y obtener su consentimiento? Las comunidades se sintieron tratadas como un mero objeto del desarrollo y no como un sujeto, cuyas preocupaciones se supone deben ser registradas y tomadas en cuenta. Esta situación provocó una mayor resistencia de las comunidades, las cuales exigieron al gobierno que les restituyera sus derechos a un ambiente sano y limpio.
Contra un discurso engañoso de energía “limpia”
El residente Y, un productor de cebollas que vive y cultiva la tierra alrededor de la ladera del Monte Talang, nunca imaginó tener que lidiar con la policía ni enfrentarse a juicios ante los tribunales. El residente Y es uno de los 13 residentes criminalizados por oponerse a la construcción de la central de energía geotérmica etiquetada como "Proyecto Estratégico Nacional". Pero, en realidad, lo que él hace no es cometer actos delictivos sino que, por el contrario, libera a las personas de la limitada información que reciben. Él es un actor clave en la Asociación Comunitaria de Amantes del Monte Talang, una organización creada para resistir la represión de las personas y los territorios en nombre del desarrollo.
Proclamada como “energía verde” y “energía limpia”, la energía geotérmica es considerada como una opción inevitable en la lucha contra las fuentes de energía destructivas. El discurso que presenta a la energía geotérmica como “limpia” y “necesaria” facilita la estigmatización de las comunidades que resisten este proyecto. Se les acusa de oponerse a un movimiento mundial que intenta explorar fuentes de energía “más limpias” y “más verdes”. Sin embargo, las comunidades del Monte Talang básicamente exigen y cuestionan cosas simples: “Si nuestro ambiente (tierra, fuentes de agua, aire y medios de vida) se destruye y se contamina con la exploración y explotación geotérmica, ¿cómo puede esta energía ser considerada ‘limpia’? ¿Limpia para quién? ¿Y por qué no somos escuchados en absoluto en este proceso?”
Las preguntas que plantean se basan en argumentos sólidos. A lo largo de todo el proceso de desarrollo de energía geotérmica en Indonesia, numerosas comunidades han sufrido un impacto ambiental directo. En Mataloko, en el este de Nusa Tenggara, el agua caliente mezclada con lodo inundó sus campos. Inicialmente el problema se limitaba a pequeños orificios, pero, después de seis meses, éstos se habían agrandado múltiples veces. Esta situación provocó una disminución en los rendimientos de los cultivos, terremotos menores e incluso explosiones de azufre. También se han notificado condiciones similares en Slamet, Java Central, Lebong Bengkulu, Sarula North Sumatra, Lahedong y Kerta Sari.
Todo esto refuerza aún más la voluntad de la comunidad de luchar contra la opresión y la imposición de este proyecto que amenaza con causar un daño significativo a sus medios de vida y sustento. Han hecho todo lo posible por conservar su espacio vital: desde la construcción de puestos de vigilancia y cocinas populares alrededor del área de concesión de la compañía hasta el rechazo sistemático al ingreso de las empresas a construir fábricas, ya que una vez establecida la empresa, sería muy difícil lograr que le revocaran el permiso. El gobierno local y las empresas respondieron con presión. La compañía recurrió a las fuerzas policiales y militares para destruir las barricadas de la comunidad. Se ordenó que el ejército llevara a cabo entrenamiento de guerra en la zona, a pesar de que las protestas de la comunidad eran pacíficas. En al menos tres ocasiones en 2018, hubo personas que resultaron gravemente heridas en enfrentamientos entre las comunidades y la policía. Una mujer trajo a su hijo de 12 años para que participara del bloqueo de los caminos por una simple razón, ella quería que él fuera testigo y aprendiera sobre la lucha por sus derechos, para que la tierra, el agua, el aire y el medio ambiente no se contaminen ni privaticen con este proyecto.
Posteriormente, tres personas fueron encarceladas con cargos de provocación contra el proyecto geotérmico. Fueron sentenciadas a tres años y seis meses de prisión. Pero esto no ha hecho que la comunidad retroceda; por el contrario, está aún más decidida. Ahora, la comunidad prepara una demanda legal contra el Ministerio de Energía y Recursos Minerales, el cual designó unilateralmente a sus aldeas y tierras como áreas de trabajo geotérmicas. Su lucha ahora está creciendo y adquiriendo cada vez más fuerza.
Wendra Rona Putra, lbhpadang@gmail.com
Director de LBH Padang (Asistencia Legal Pandang)