El pasado mes de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales rindió homenaje a la lucha de las mujeres en los bosques y plantaciones. Luego dijimos que, a pesar de todas las dificultades, “las mujeres continúan resistiendo tanto en el bosque como en las plantaciones de árboles. Hablan fuerte contándole al mundo de sus conocimientos, su sabiduría, su propia definición de qué es el desarrollo y cómo buscarlo”.
En respuesta recibimos el siguiente mensaje de una mujer indígena llamada Telquaa, que nos gustaría compartir con tod@s ustedes. Luego de agradecernos por nuestra declaración, Telquaa dice:
“Es una buena historia para compartirla con otras mujeres del mundo. Soy indígena, madre y abuela del soberano Clan del Oso del hemisferio occidental, hoy llamado British Columbia, Canadá. He luchado para proteger nuestras tierras sagradas del lago Maxan, sin haber logrado nada. Todo lo que recibí fueron brutales palizas de los concejales y la Real Policía Montada de Canadá, quienes supuestamente deben protegernos. Así que ahora tengo terribles cicatrices en el cuerpo que me recordarán para siempre la desagradable vida que he llevado aquí.
En mi tierra sagrada están las fuentes de muchos de los principales ríos de esta provincia. Hoy la zona está talada por completo y se han abierto muchas minas. En los viejos tiempos los dirigentes eran mujeres indígenas como mi madre y mi abuela. Desde que este gobierno llegó al poder las posiciones de las mujeres indígenas fueron ocupadas por hombres, colocados en el poder por los gobiernos. De modo que ahora son funcionarios escogidos por el gobierno y no dirigentes populares.
Ahora intentan imponer un tratado ilegal en nuestras tierras sagradas. Estos tratados son ilegales porque no queremos tratados en nuestros territorios. Los hombres dirigentes intentan hacer estos acuerdos con el gobierno, para poder talar los árboles y abrir nuevas minas en nuestros territorios. De modo que están impulsando en forma injusta este proceso de tratado ilegal. Como mujeres no tenemos voz ni voto. Siempre he sido una mujer indígena que no se ha callado en relación con muchos de estos asuntos. Por lo tanto me he convertido en blanco de los hombres dirigentes y también de la policía y el sistema judicial.
A lo largo de los años estos hombres me han convertido en discapacitada, y ahora estoy obligada a vivir en una silla de ruedas. Aun así mi voz es fuerte, todavía la uso, y me muevo en mi silla de ruedas. Últimamente la policía ha intentado hacerme quedar quieta, llevándose mis vehículos y presentando cargos falsos contra mi esposo, quien también ha sido duramente golpeado por la policía y acusado de ataques contra la misma.
Aunque siguen golpeándonos, todavía nos levantamos y decimos lo que tenemos que decir. Sé que nuestra sagrada Madre Tierra está siendo castigada y nadie reacciona para protegerla. Hacemos lo mejor que podemos para hablar por ella. Nuestras fuentes de agua están desapareciendo a un ritmo alarmante. Nuestro clima ha cambiado en forma drástica. Hace más calor, no hay agua, no hay lluvia, no hay nieve, no hay animales. Demasiados seres humanos apropiándose de demasiadas tierras sagradas sin preocuparse por ellas.
Vuestro mensaje me gustó mucho, y me ha inspirado para seguir luchando aunque siento que ya no puedo hacer nada. Gracias.”
Gracias A TI, Telquaa, como persona y como ejemplo inspirador de las incontables mujeres de los bosques que están luchando para proteger la Tierra y el futuro de la humanidad.