La coerción del megaproyecto de la Nueva Ciudad Capital de Indonesia y el abandono del Pueblo Balik

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Una vista aérea del distrito de Sepaku en North Penajam Paser, East Kalimantan, del 28 de agosto, 2019. Foto: Reuters a través de Antara / Akbar Nugroho Gumay.

El Pueblo Balik sufrirá los impactos del megaproyecto pensado para construir una Nueva Ciudad Capital en Borneo, Indonesia. Sin duda, los funcionarios gubernamentales y las élites empresariales del país se encuentran entre quienes se beneficiarán. Una mujer Balik dice “Nadie quiere escucharnos”, mientras ya sufre los efectos del acaparamiento masivo de tierras y la destrucción de su cultura.

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El gobierno de Indonesia planea trasladar su ciudad capital de Yakarta, en Java, a la isla de Borneo durante el primer trimestre de 2024. La ubicación elegida para este megaproyecto inmobiliario es una zona dividida entre la Regencia Penajam Paser Norte y la Regencia Kutai Kartanegara en la provincia de Kalimantan Oriental, en Borneo. El gobierno planea transformar 200.000 hectáreas de bosque para la nueva sede administrativa del país. Este proyecto se suma a las concesiones ya existentes en la zona para minería, extracción maderera y plantaciones de palma aceitera, que han afectado enormemente las selvas tropicales de Borneo y las comunidades que dependen de los bosques.

El pueblo Balik vive al medio del lugar del proyecto de construcción de la nueva capital. Este artículo destaca sus voces. El pueblo Balik está distribuido en varias aldeas, como la de Pemaluan con 64 familias, las aldeas de Sabut, Harapan Baru y otras del distrito de Sepaku. Su jefe tradicional, Jubain, predice que la llegada de migrantes será motivo de conflictos, en tanto habrá un traslado masivo de personas hacia la nueva capital. Mientras, las comunidades ya han comenzado a sufrir por los acaparamientos masivos de tierras.

La historia de Jubain y del Pueblo Balik en Borneo

Una mañana, Jubain (56), un jefe tradicional del Pueblo Balik, llegó a la ciudad de Balikpapan junto con otros miembros de la comunidad, invitados por el presidente de Indonesia, Jokowi, a una reunión con los líderes de las comunidades de Kalimantan Oriental. La reunión fue planeada paralelamente a la visita del presidente al sitio propuesto para instalar la Nueva Ciudad Capital (IKN, Ibu Kota Negara) y a la inauguración de la autopista Balikpapan-Samarinda, el 17 de diciembre de 2019. Sin embargo, en lugar de que la reunión fuera una instancia en que las comunidades tuvieran la oportunidad de comunicar sus opiniones, Jubain y los demás líderes no pudieron ni acercarse a la sala de reuniones.

“Ni siquiera podías acercarte, y mucho menos entrar. Así que simplemente nos sentamos afuera de la sala de reuniones”, se lamentó Jubain. Posteriormente se enteró de que no hubo espacio para realizar preguntas en la reunión y por lo tanto el público no tuvo la oportunidad de expresar ninguna pregunta o inquietud.

Sin duda que el jefe del Pueblo Balik estaba decepcionado. “Vivimos exactamente en el mismo lugar donde se va a construir la Nueva Ciudad Capital, en el anillo uno. Si quieren adueñarse de nuestra aldea, ¿adónde iremos? preguntó Jubain. “Él [el presidente] es el gran jefe. Si no quiere escuchar las críticas del público y las comunidades, seguramente todos estamos en un gran problema”, continuó.

De hecho, la comunidad Balik de Jubain se encuentra entre quienes sufrirán los impactos del megaproyecto de la nueva ciudad capital, mientras que los funcionarios gubernamentales y los empresarios se encuentran ciertamente entre quienes disfrutarán sus beneficios. Consciente de eso, Jubain expresó: “Si estas personas son de la élite y del mundo de los negocios, estarán encantadas con la idea”. Dahlia, una bailarina de la comunidad Balik, posee un estudio de arte en la aldea de Harapan Baru, y dijo que aunque el proyecto de la nueva ciudad capital aún no se ha implementado, ya es posible sentir los problemas que genera. “No puedo imaginar qué pasará cuando el proyecto esté listo para ser implementado”, manifestó. “Pero es inútil, nadie quiere escuchar nuestras voces. Quiero llorar y gritar. Me siento colonizada aunque estemos en un país libre e independiente”.

Jubain explicó que tan pronto como el gobierno designó al distrito de Sepaku como candidato para la Nueva Ciudad Capital, comenzaron a surgir disputas por la tierra. “El mayor problema es el tema de la tierra”, reflexionó. Antes de que el proyecto llegara al distrito, la aldea estaba a salvo. “Antes, nadie pensaba que su tierra era muy valiosa. Ahora, por ejemplo, los terrenos de 15x20 metros cuadrados ya valen decenas de millones de rupias indonesias, cuando antiguamente el precio más alto era de solo ocho millones [alrededor de 550 dólares]”, dijo. Ahora, cuando la tierra está certificada, es decir, medida y registrada por el gobierno, su precio podría multiplicarse y llegar a mil millones de rupias indonesias [alrededor de 69.000 dólares] por hectárea.

Las comunidades de este distrito ya sufrieron bastante durante el período de extracción maderera llevado a cabo por la International Timber Company Indonesia (ITCI) y PT ITCI Hutani Manunggal (IHM). La presencia del megaproyecto de la Nueva Ciudad Capital empeora las cosas. Jubain añadió con pesar que “[la Nueva Ciudad Capital] formará una barrera que poco a poco destruirá y borrará la cultura tradicional del Pueblo Balik”.

La concesión de la Nueva Ciudad Capital se superpone a la tierra de la comunidad Balik

Jubain informó que la zona de la Nueva Ciudad Capital está en las concesiones de IHM e ITCI. Esta zona es parte del asentamiento del Pueblo Balik. “La concesión de IHM está a unos 200 metros de mi casa”, afirmó, y continuó: “Hablé con el funcionario de relaciones públicas de la empresa IHM y me dijo que la zona designada como ciudad capital ha sido custodiada por las autoridades”.

Poco después que el lugar donde está la aldea de Jubain fuera designado como candidato para la Nueva Ciudad Capital, un grupo de personas llegó a Pemaluan para medir y registrar las tierras de la comunidad. Tienen un programa para certificar 1.000 parcelas para residentes que viven en la zona del proyecto. “Tengo unas 5 hectáreas que ahora están en la zona de la concesión, solía ser el jardín de nuestros padres. Estuvimos aquí primero. Llevamos mucho tiempo aquí. ¿Cómo es que de repente aparece un mapa con esta concesión?”, preguntó Jubain. Criticó que la gente de Pemaluan ni siquiera fue consultada sobre los planes de una Nueva Ciudad Capital.

La historia de esta zona revela que el Pueblo Balik la ha habitado durante mucho tiempo y en ella ha desarrollado sus tradiciones y cultura por generaciones. “No estamos en (la zona de) la empresa, es la empresa la que está en la tierra de nuestro pueblo”, declaró Jubain.

Además de la tierra que el gobierno ha destinado a las concesiones madereras, hay diversos intereses que presionan para que las tierras de los residentes de Pemaluan estén disponibles para este nuevo proyecto. “Ahora ya hay varios residentes en Pemaluan que vendieron sus tierras”, lamentó.

También expresó su profunda decepción con el gobierno de la Regencia de Penajam Paser Norte cuando se definió el proyecto de la Nueva Ciudad Capital en su zona. El gobierno no se comunicó con los residentes ni con la comunidad Balik. “El regente aceptó de inmediato liberar y limpiar el terreno para el proyecto. ¿De qué tierras están hablando? Ése es el problema. No conocen los problemas internos y los impactos en la gente”, expresó Jubain.

Las tácticas de los jefes de los pueblos tradicionales

Jubain es reconocido oficialmente como el jefe tradicional de la institución consuetudinaria Regencia de Penajam Paser Norte por el gobierno local, y fue elegido oficialmente por su comunidad en 2017. Sin embargo, en la aldea de Sabut, el jefe consuetudinario fue designado por la ciudad de Balikpapan. “Sin elecciones”, dijo, “De repente, hay un jefe en la aldea. Es el forastero quien decide y nombra al jefe consuetudinario”. Según Jubain, obviamente hay interés en aprovechar esto.

Jubain explicó que lo habían visitado personas que afirmaban ser miembros de la comunidad Balik. Sin embargo, ninguna de estas personas hablaba la lengua Balik. Afirmaron querer ayudar a los locales a obtener su tierra consuetudinaria. Jubain se negó cortésmente, diciendo que no podía tomar decisiones por su cuenta porque hay otros jefes tradicionales en el nivel de la regencia. Que si ellos decían que sí, entonces Jubain también estaría de acuerdo.

Si bien admitió que su visión sobre la presencia de la Nueva Ciudad Capital es diferente a la de las instituciones tradicionales del distrito, cree que es necesario prestar atención a los impactos a futuro. Le preocupa la gente de otros lugares y ciudades que vendrá a éstas, sus tierras. “Nos preocupa que esas personas sean grandes empresarios. Nuestros valores, hábitos, cultura, idioma, se perderán. Si nos quitan nuestras tierras y nos separan, no sabemos adónde ir”, expresó Jubain.

La destrucción comenzó con la llegada de ITCI e IHM

El ajetreo de las actividades de tala llevadas a cabo por la empresa, explicó Jubain, también tiene incididencia en los cambios socioculturales de la comunidad. Recuerda su infancia cuando la empresa ITCI comenzó a funcionar a finales de la década de los sesenta. ITCI comenzó construyendo carreteras e instalaciones portuarias. Ahora esta empresa tiene una zona de concesión de 173.395 hectáreas, que están en el anillo dos del proyecto Nueva Capital. El presidente de la ITCI es el hermano menor de Prabowo Subianto, el Ministro de Defensa. En 2012 la empresa recibió un Permiso Comercial de Utilización de Productos Forestales Madereros (IUPHHK-HA).

Sukanto Tanoto es otro concesionario de la zona central del sitio del proyecto Nueva Ciudad Capital. Adquirió la concesión de Hashim Djojohadikusumo en 2006. Posee un permiso especial para explotar la madera de las plantaciones industriales (IUPHHK - HT) de PT. International Timber Corporation Indonesia Hutani Manunggal (PT. ITCI HM). Esta concesión cubre una superficie de 161.127 hectáreas, de las cuales 5.644 hectáreas se superponen con la zona núcleo del sitio del proyecto Nueva Capital.

De 1972 a 2006, Jubain y la gente de su aldea se vieron obligados a respirar permanentemente el polvo derivado de la carretera, que solo se detenía cuando llovía. “Se trabaja día y noche acarreando madera. Se puede decir que cada 10 minutos pasan sus grandes flotas de camiones”.

La carretera creada por la empresa ITCI dividió la aldea de Jubain. “No queda nada ahí”, comentó. Esta empresa hizo una zona de almacenamiento abierta (manampung) en el puerto, que abarca alrededor de 5 hectáreas. Allí apilan grandes troncos que transportan al Distrito Sepaku y sus alrededores.

En la aldea de Pemaluan, contó Jubain, la deforestación fue desenfrenada entre 1984 y 1985. Los camiones madereros y los carros con atados de madera rugían todos los días. La gente de la compañía cortó sin piedad el bosque alrededor de la aldea. A los lados de los caminos el bosque quedó completamente talado. “Una vez que la empresa entró en nuestra tierra, perdimos nuestros medios de vida, nuestros bosques, todo quedó pelado porque cortaron los árboles”, lamentó Jubain.

La pérdida de la cultura

Jubain explicó cómo el pueblo Balik solía vivir en los bordes de los bosques y ríos. Sus padres y madres solían vivir del bosque. Las actividades diarias consistían en buscar resina, ratán y hacer tejas de madera para el techo. “Los productos se vendían en la ciudad de Balikpapan”, recordó.

La destrucción del bosque también provocó que la tradición mulun (medicina tradicional Balik) se erosionara o se perdiera. Jubain sugirió que existe una estrecha relación entre la pérdida de las tradiciones en materia de medicinas y la pérdida de los bosques como espacios de vida. “La cultura comenzó a desaparecer cuando hubo una gran deforestación aquí”, explicó.

También recuerda la época en que él y su difunto padre vivían de la agricultura que practicaban en los alrededores de la aldea. Él mismo fue testigo de la deforestación cuando trabajaba en la recolección de ramas de madera que la empresa utilizaba como combustible para la producción de madera contrachapada.

Según él, la gente de la empresa lo controlaba todo. “No pudimos hacer nada porque sabíamos que durante la era militar, la era de Suharto, los guardias tenían complicidad con el ejército. Entre 1985 y 1986 temíamos que nos impidieran trabajar con la madera, con nuestras motosierras, a menos que fuéramos de la empresa”, expresó.

Sin embargo, algunos habitantes del pueblo fueron seducidos a unirse en la búsqueda de la madera que no había sido llevada por la empresa. “Algunas personas del pueblo fueron llevadas a la policía por robar madera en la zona de la empresa”, contó Jubain.

Y no solo se trató de la deforestación de su espacio vital; para entonces, a la empresa no le importaba el pueblo Balik en términos de, por ejemplo, la educación.

Jubain dijo que la empresa ITCI tiene su propia escuela, pero los niños del pueblo no pueden ir allí. Solo quienes son trabajadores permanentes de la empresa pueden recibir educación en las escuelas de ITCI. Además de los empleados, pueden inscribirse también quienes paguen la matrícula y las tarifas, algo que obviamente resulta difícil para los aldeanos. La vida de la gente de la aldea y de la gente de la empresa es inversamente proporcional. “La gente de la empresa es rica y vive una vida muy cómoda”, manifestó.

Antes de ser elegido por la comunidad Balik como jefe del adat o jefe tradicional, había servido como wakar o guardia de vehículos de equipamiento pesado en la empresa contratista IHM. Hizo esto para ganarse la vida, algo que resultaba difícil debido a la presencia de la empresa.

Según Jubain, todo esto comenzó porque la gente piensa que la comunidad Balik no existe en la zona de bosque de Sepaku. “Habían helicópteros sobrevolando la zona, se dijo que estaban haciendo un mapa. Pero tal vez porque lo vieron desde el aire, no sabían que había gente viviendo abajo, el Pueblo Balik”, dijo Jubain. Además, continuó, “la casa de nuestros padres solía tener techo de paja. Todo es verde desde arriba, por lo tanto, es posible que la gente de la empresa no viera que hay casas aquí abajo”.

Después de que la empresa ITCI deforestara todos los bosques en 2006, parte de su concesión cambió a ITCI Hutani Mandiri (IHM), que plantó árboles de acacia para la obtención de madera. “Las especies de acacia mueren después de los cinco años, así que cosechan cada cinco años”, contó Jubain.

Esta empresa se apoderó de la tierra del Pueblo Balik. El lugar donde los Balik solían hacer agricultura y cultivar frutas de repente quedó dentro de la concesión de la empresa. “Primero vino ITCI, luego IHM, y entonces no quedó nada para nosotros. Ahora se suma otro plan con el establecimiento de la Nueva Ciudad Capital (IKN)”, expresó Jubain. Él cree que se trata de una atrocidad política.

Cultivos de propiedad comunitaria destruidos por la empresa

El 22 de noviembre de 2019, el Pueblo Balik se sorprendió al ver una excavadora de equipo pesado perteneciente a PT ITCI Hutani Mandiri (IHM). Los cultivos de los residentes locales, como las plantas de caucho, fueron retirados por la empresa IHM. La tierra agrícola de la gente cerca del río Karnain quedó destruida. La aldea Balik también ha sido designada como parte de la zona central del sitio del proyecto Nueva Ciudad Capital.

Un residente de Pemaluan, Menyu, dijo que su zona fue desalojada sin notificación previa. “Nuestra tierra agrícola, que cubre un área de aproximadamente 2 hectáreas donde tenemos 600 árboles de caucho, 10 palmeras y 20 cocoteros, fue arrasada”, contó Menyu. No habían llegado a un acuerdo. La empresa quería compensar con 2 millones de rupias indonesias [alrededor de 140 dólares], pero los residentes se negaron. “La empresa IHM está replantando actualmente la zona [con plantaciones industriales de árboles]”, dijo Jubain.

Menyu explicó que el pueblo Balik tiene una profunda tradición agrícola, como otras comunidades de Kalimantan. El sistema se basa en el concepto de agricultura rotativa. Después de la cosecha, la tierra se deja reposar por algunos años, y cuando se recupera y es fértil, el agricultor vuelve a replantar cultivos agrícolas.

“Cuando se deja que la tierra se recupere, generalmente los residentes vuelven a cultivar frutas, como durian lai y tamarindo, o payang, que parece una pelota de béisbol”, dijo Menyu. Según él, los árboles frutales son una marca o símbolo de que la tierra pertenece a la zona de manejo consuetudinario. “Ésta es la señal de la legalidad del pueblo Balik”, dijo.

Ahora, sin embargo, es difícil probar la legalidad de la zona ya que la empresa lo ha desalojado todo. “Esto está en la zona de Sabut, a la izquierda, si vamos a Sepaku, hay frutas por todas partes, hay durian lai, langsat, rambutan, cientos de hectáreas. La gente ahora está tratando de demandar [a la empresa por destruir sus árboles frutales]. La Brigada Móvil fue enviada para intimidarnos”, advirtió Menyu. La Brigada Móvil es la división militarizada de la policía de Indonesia. Conocidos como BRIMOB, en este momento son uno de los aparatos de seguridad más equipados del país. El gobierno ha categorizado el proyecto Nueva Ciudad Capital como un “proyecto estratégico nacional” y, por lo tanto, el BRIMOB también está a cargo de su “seguridad”.

Tradicionalmente la zona fue administrada por residentes mucho antes de la independencia de Indonesia. La tierra administrada por los residentes se encuentra en el ecosistema del río Pemaluan y sus afluentes. Sin embargo, “los habitantes ya no pueden abastecerse de estos ríos, principalmente por los cambios en la calidad del agua, que está empeorando”. Según Jubain, eso se relaciona con la actividad forestal que realiza la empresa. Asimismo, “en cuanto la empresa construyó las carreteras, los residentes se trasladaron siguiendo el camino”, explicó Jubain.

Jubain recordó que antes de la llegada de las empresas, nunca les faltaba agua porque los ríos les proporcionaban el agua limpia que necesitaban. La alteración comenzó a sentirse a partir de la década de los noventa.

Durante décadas el pueblo Balik ha enfrentado los impactos provocados principalmente por las empresas madereras, y a pesar de la magnitud de la destrucción causada por las operaciones de extracción maderera, la comunidad Balik ha logrado permanecer en sus tierras, sobrevivir y mantener viva su cultura. El plan de trasladar la capital a su territorio constituye una grave amenaza para toda la región y debe ser detenido antes de que suceda.

Abdallah Naem,
Activista y periodista en Indonesia