La situación es muy parecida en muchos países del Sur: las comunidades y las organizaciones sociales que las apoyan están intentando proteger los bosques de las alianzas entre gobiernos y empresas. Se siguen promoviendo, en beneficio casi exclusivo de las grandes transnacionales, causas bien conocidas de pérdida de la biodiversidad como el madereo industrial, la exploración y explotación de combustibles fósiles, la minería, las represas hidroeléctricas, los monocultivos industriales, la construcción de carreteras y el cultivo del camarón.
Además, no solamente no se ha resuelto la mayor parte de las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques sino que se las ha promovido aun más a través de las imposiciones de las instituciones financieras internacionales sobre los gobiernos del Sur. Hasta el Banco Mundial lo ha reconocido, aunque todo sigue como si tal cosa.
Y ahora los bosques se enfrentan a la amenaza más peligrosa: la posible liberación de árboles transgénicos.
En este momento, cuando la Convención sobre Diversidad Biológica (CDB) lleva a cabo su octava Conferencia de las Partes, la gente tiene derecho a preguntarle: ¿Qué han hecho ustedes acerca de esta situación en los últimos 14 años? ¿Han intentado realmente detener estos procesos bien conocidos de destrucción de la biodiversidad, que es el mandato de esta Convención, o han hecho la vista gorda? ¿Han apoyado las luchas de los pueblos locales para proteger los bosques o han apoyado la represión o los desalojos a cargo de los gobiernos que ustedes representan?
Los artículos que siguen son unos pocos ejemplos de los muchos asuntos que nos hubiera gustado que la CDB resolviera activamente... y no ha hecho. Contienen información sobre la destrucción de los bosques y sus impactos socioambientales, que incluye la pérdida de biodiversidad. Lo que es más importante, demuestran el deseo y la capacidad de los pueblos locales de usar y proteger sus bosques. Son innumerables mujeres y hombres que intentan conseguir en la realidad lo que la CDB debería haber instrumentado a lo largo de todos estos años. Merecen, por lo menos, el sólido respaldo de esta Convención para garantizar que sus luchas tengan éxito, porque ahora la conservación de la biodiversidad de los bosques depende casi exclusivamente de ellos.