El gobierno de Uganda --respaldado por la Corporación Financiera Internacional, el Banco Mundial, la agencia estadounidense Overseas Private Investment Corporation (OPIC) y algunas agencias de crédito a las exportaciones de países europeos (ECAs, por su sigla en inglés)-- está promoviendo la construcción de una gigantesca represa que, de ser llevada a cabo, destruirá el espacio de vida de miles de residentes locales, a la vez que la belleza escénica y sitios históricos en la región de las cataratas de Bujagali, en el Alto Nilo. La corporación AES, de los EE.UU., está a cargo de la construcción de esta represa, evaluada en U$S 530 millones.
El principal argumento de los promotores del proyecto es que el mismo servirá para aliviar la pobreza y reducir el uso de leña y carbón en un país que muestra uno de los ingresos per capita más bajos del mundo, y donde alrededor del 95% de la población carece de energía eléctrica. Es claro que este argumento confunde causas con consecuencias. Como señala Martin Musumba, de la Campaña “Save Bujagali”, “el verdadero problema de Uganda no es la electricidad, sino la pobreza. Actualmente la mayoría de los ugandeses no tiene dinero para pagar el servicio de electricidad, dado que están por debajo de la línea de pobreza. La producción de más energía no va a reducir el uso de leña y carbón, a menos que se desarrollen programas directamente destinados a reducir la pobreza y el costo de la energía eléctrica”.
Este megaproyecto habrá de alterar completamente el paisaje, dado que inundará la totalidad del territorio por donde actualmente corre el Nilo hasta la base de la represa Owen Falls. Así como en el caso de ésta última, que se encuentra a unos 15 kilómetros del sitio proyectado para la de Bujagali, no se ha realizado ninguna evaluación de impacto ambiental (EIA) con carácter independiente. Según el Dr. John Baliwa del Programa de Investigaciones Pesqueras (Fisheries Research Programme), las fuentes del Nilo --un enorme recurso pesquero con un potencial de 10.000 toneladas métricas de pescado al año-- están amenazadas por la acumulación de camalotes en varios de los embalses de la región. Se prevén también impactos acumulativos, como la desecación de los humedales y la destrucción de las selvas a lo largo del río.
Desde el punto de vista socioeconómico las consecuencias son igualmente negativas. Una EIA realizada por la propia AES considera que la represa habrá de desplazar en forma permanente a 820 personas y afectar además a otras 6.000 por inmersión de sus tierras comunales y sitios sagrados de sepultura. No se ha planeado el otorgamiento de otras tierras para quienes habrán de perder sus hogares y cultivos. Por otra parte, se espera que el reservorio incrementará seriamente algunas enfermedades relacionadas con el agua, como la esquistosomiasis y la malaria. Esta última es hoy en día la mayor causa de muertes en Uganda. Las actividades de turismo sustentable, en especial por parte de visitantes extranjeros aficionados al canotaje en la espectacular serie de cascadas existentes en Bujagali, habrán de desaparecer, lo que significará un descenso significativo en los ingresos de las comunidades locales. Los puestos de trabajo que la compañía prometió a los pobladores locales al inicio de las obras nunca se concretaron.
Organizaciones preocupadas de Uganda y de todo el mundo están proponiendo alternativas a este inútil gigante. Las mismas alientan el uso de verdaderas fuentes renovables de energía, como la solar y la eólica, que constituyen posibilidades reales y viables para frenar la presión que se ejerce sobre el bosque para obtener leña y carbón. “La futura prosperidad económica y el manejo sustentable de los recursos hídricos en Uganda no están en las enormes represas. La manera de ir avanzando es a través de una utilización sabia de los bienes y servicios que los ríos ofrecen, no en su destrucción por la locura de la energía hidroeléctrica” afirma la Asociación Nacional de Profesionales Ambientales --ONG con sede en Kampala-- que en febrero del 2000 llevó a cabo un estudio del área.
Artículo basado en información obtenida de: “US Company Plans to Dam Uganda's Bujagali Falls” por Lori Pottinger, International Rivers Network.