El Banco Asiático de Desarrollo (Asian Development Bank - ADB) está financiando un estudio de evaluación y diligencia debida por valor de US$ 1,4 millones sobre la represa hidroeléctrica Nam Theun 2 propuesta en Laos. A pesar de los impactos masivos que tendría el proyecto sobre los bosques, según los términos del nuevo borrador de política forestal del Banco, el ADB no está obligado a considerar si el proyecto de Nam Theun 2 cumple con su política forestal.
A principios de este año, el ADB anunció a través de su sitio web que financiaría un proyecto de asistencia técnica para el "Desarrollo del Sector Eléctrico" en Laos. Según la información del Banco, el proyecto apunta a "colaborar con el gobierno de la República Democrática Popular de Laos en la ejecución de los trabajos preparatorios para el desarrollo de un proyecto hidroeléctrico en el país".
En respuesta a una petición de mayor información, el Sr. Sadiq Zaidi del ADB confirmó que el Banco realizaría un "estudio de evaluación y diligencia debida de la represa de Nam Theun 2 para evaluar los impactos sociales y ambientales y para asegurar que se incluyan en el proyecto medidas de mitigación y compensación adecuadas que cumplan con las políticas y pautas del ADB".
Desde principios de los años 90, Bolisat Phathana Khet Phoudoi (BPKP) una compañía maderera de Laos administrada por el ejército ha despejado los 450 kilómetros cuadrados del área del embalse de la propuesta represa Nam Theun 2 de 1.000 MW. La BPKP también ha realizado talas alrededor del embalse, incluso en zonas que supuestamente están protegidas. La compañía llegó incluso a talar un área que se había dejado reservada como bosque comunitario a ser utilizado en el futuro por los pobladores reasentados.
Aunque quizás la represa nunca se construya, el proyecto Nam Theun 2 ya ha producido un gran impacto en los bosques de la zona.
Sin embargo, los tecnócratas del ADB no estarán obligados a evaluar si el proyecto cumple con la nueva propuesta de política forestal del Banco. La política está actualmente en etapa de borrador y el plazo de finalización es junio o julio según el Sr. Javed Hussain Mir, funcionario del Banco. En el extraño mundo del ADB, sólo por el hecho de que un proyecto afecte los bosques, no significa que deba cumplir con la política forestal del Banco.
En 1995, el ADB presentó una nueva política forestal y declaró optimistamente que en el futuro "se rehusará a financiar proyectos de infraestructura rural o de inversión pública que produzcan, en forma directa o indirecta, deforestación o degradación forestal importante".
El ADB no ha cumplido su promesa. En la región del Mekong, el Banco identificó una serie de proyectos de carreteras principales, líneas férreas, represas hidroeléctricas y de transmisión eléctrica, que en caso de construirse, ejercerían un impacto grave sobre los bosques de la región. En 1996, el Grupo de Trabajo de ONGs sobre el ADB publicó una respuesta a la política forestal del ADB, en la que analizó los planes de infraestructura del Banco para la región del Mekong, señalando que: "no se ha analizado cómo o en qué medida estos proyectos contribuirán a la destrucción de los bosques de la región. En forma similar, el Banco tampoco ha abordado el conocido vínculo entre la construcción de carreteras y el aumento de la explotación comercial de los bosques".
Las carreteras principales que el ADB está planeando para la región del Mekong tienen muy poco o nada que ver con ayudar a los productores a que sus productos lleguen a los mercados locales; las carreteras se construyen para extraer mercaderías, y en el caso de Laos, en especial madera.
La Ruta 9 divide a Laos en dos y vincula Mukdahan en Tailandia con el Puerto de Dong Ha en la costa vietnamita. El ensanche de la carretera determinará el desalojo forzado de más de 6.000 personas que actualmente viven a lo largo de la carretera. La Ruta 9 es utilizada por las compañías madereras vietnamitas para exportar madera desde Savannakhet a Vietnam y pasa cerca de dos Áreas Nacionales de Conservación de la Biodiversidad. Los documentos de proyecto del ADB admiten que "si bien la rehabilitación de la carretera mejorará el transporte, puede también exacerbar el tráfico ilegal de fauna y la exportación de troncos".
Sin embargo, la Ruta 9 forma parte del "Corredor Este-Oeste", uno de los "programas insignia" del ADB. Los gobiernos de la región del Mekong "deben asegurar que los componentes nacionales de los programas insignia obtengan la prioridad en sus programas de inversión pública", según el ADB. Los "programas insignia", al parecer, son más importantes que la política forestal del Banco y en diciembre de 1999, el Banco aprobó un préstamo de US$ 32 millones a Laos y otro de US$ 25 millones a Vietnam para reconstruir las carreteras que deben formar el Corredor Este-Oeste. El gobierno japonés aportará financiación adicional para el proyecto.
En junio de 2000, apenas cinco años después del lanzamiento de su política forestal, el ADB inició una revisión de la misma. El mismo año, un funcionario del Banco declaró en forma anónima a Walden Bello que "es un hecho bien conocido dentro del Banco que casi todos los proyectos forestales han fallado".
Pero esta vez el Banco no va a caer en la trampa de hacer promesas que no puede cumplir. Aunque la versión borrador de la nueva política se refiere a la importancia de la participación, la consulta, la conciencia de género, la reducción de la pobreza, la generación de capacidad y la seguridad ambiental, lo que falta en este borrador es un análisis (o incluso la conciencia) de los impactos que producen los proyectos de infraestructura financiados por el ADB sobre los pobladores y los bosques de la región.
La nueva política forestal, de ser aprobada por la Junta Directiva del Banco en su formulación actual, permitiría al Banco financiar la represa de Nam Theun 2 y otros proyectos de infraestructura enormemente dañinos, sin tener en cuenta los impactos directos e indirectos de estos proyectos sobre los bosques.
Por Chris Lang, correo electrónico: http://chrislang.org