Electricité de France (EDF) se ha retirado del proyecto de la represa Nam Theun 2. EDF anunció su decisión el 17 de julio de 2003, un día antes de que el consorcio a cargo de las obras de la represa, la Compañía Eléctrica Nam Theun 2, firmara un contrato de venta de energía con la Autoridad de Generación Eléctrica de Tailandia (Electricity Generating Authority of Thailand - EGAT)
La compañía estatal francesa EDF era el mayor inversor de la represa propuesta. En junio de 2001, EDF y Harza Engineering (ahora Montgomery Watson Harza) conformaron una joint venture con el objetivo de constituirse en el principal contratista en la construcción de la represa.
La retirada de EDF fue el resultado del informe de una comisión del parlamento francés que establece que los planes expansionistas de EDF han sido "un fracaso" e implican riesgos innecesarios para los dineros de los contribuyentes. El año pasado, el Financial Times describió a EDF como "un grupo controlado por el estado que genera pérdidas y se enfrenta a años de trabajo para salir del hoyo en el que se ha enterrado después de haber realizado una serie de adquisiciones internacionales a sobreprecio".
Los restantes miembros del consorcio son EGAT (25%), Ital-Thai Development of Thailand (25%) y el gobierno de Laos (25%). El gobierno de Laos ha dado tres meses de plazo a los inversores del proyecto para que reemplacen a EDF, después de que Tailandia diera un ultimátum de un año para firmar el contrato de venta de energía.
La salida de EDF ha dejado en tinieblas el futuro de Nam Theun 2. "Esto pone de relieve algunas cuestiones sobre el futuro del proyecto. EDF era más que el principal inversor, también era la agencia técnica líder", declaró Peter Stephens, vocero del Banco Mundial, a Reuters.
Sin una garantía de riesgo parcial de cien millones de dólares americanos otorgada por el Banco Mundial, es improbable que inversores comerciales se involucren en el proyecto. En 1997, Jack Cizain, presidente de EDF Internacional declaró al Bangkok Post que sin la garantía del Banco sería difícil para los inversores continuar con el proyecto.
Aunque el Banco ha apoyado el proyecto, ya que financió un estudio de factibilidad en 1989, ha postergado reiteradamente la decisión de proporcionar o no la garantía.
De acuerdo con un Ayuda Memoria del Banco Mundial de agosto de 2001, el Banco no tomará la decisión de otorgar la garantía en tanto el Gobierno de Laos no cumpla con una serie de condiciones. Entre las mismas se encuentra "La elaboración de un Documento de Estrategia para la Reducción de la Pobreza para apuntalar el alivio de la pobreza y el avance en el cumplimiento de las metas del programa".
Entra el Fondo Monetario Internacional. El consejo del FMI para la economía de Laos es idéntico a lo que prescribe a todos los gobiernos: "reformas financieras, fiscales y comerciales". En el año 2001, un miembro del FMI escribió: "es posible lograr un crecimiento del PBI real de un 7% si se aplican con energía reformas estructurales y se explotan los considerables recursos hidroeléctricos del país para aumentar el desarrollo". En otras palabras, se impone la apertura de la economía y obliga a represar ríos.
Como sucede a menudo, sin embargo, la medicina del FMI enferma aún más al paciente. El año pasado, el FMI presionó al gobierno de Laos para que aumentara la recaudación. El gobierno aumentó los aranceles sobre los productos provenientes de Tailandia. El corresponsal del Far Eastern Economic Review, Bertil Lintner, describió los resultados como contraproducentes. Aumentó el contrabando y se disparó la inflación de un 7% a un 16%. La recaudación del estado mejoró muy poco y las reducciones presupuestales tuvieron su expresión en el no pago a maestros y otros empleados públicos: la pobreza aumentó en lugar de disminuir.
En mayo de 2002, Electricité du Laos aumentó el precio de la electricidad. En su asamblea anual de ese año, EDL anunció que sus clientes debían casi 8 millones de dólares americanos. "No podemos cortar la electricidad porque la mayoría de los deudores son organismos estatales", declaró un alto funcionario de EDL al Vientiane Times.
En las últimas dos décadas, EDL ha recibido enormes montos en calidad de "asistencia". Hacia fines de 1999, como resultado de esta generosidad, EDL debía un total de casi 300 millones de dólares americanos. Solamente el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) le había prestado más de 200 millones de dólares. La consultora del ADB, Electrowatt, estimó que los servicios de esta deuda en el año 2000 costarían a EDL más de 28 millones de dólares americanos.
Hans Luther es un economista alemán que trabajó en la Escuela Nacional de Administración de Vientiane desde principios de los años 90. Antes de volver a Alemania recientemente, el gobierno de Laos le otorgó la prestigiosa Medalla al Trabajo. En una entrevista que publica el Bangkok Post, Luther aconsejaba al gobierno del país: "la asistencia extranjera es como una droga... En vez de poner los dineros propios para construir carreteras y repararlas, se logra que extranjeros ricos lo hagan por uno. Están también los sobornos y toda suerte de beneficios. Es la salida fácil en el desarrollo económico. Ahora ¿qué debería hacer un país pobre como Laos? Debería ser modesto y tener algunas prioridades claras. Pero la mayoría opta por la asistencia extranjera, porque al parecer promete todo al mismo tiempo... Creo que la energía hidroeléctrica no ayudará. En primer lugar, está el tema de la demanda, hay un solo cliente, Tailandia. Por otra parte, una vez que la inversión está hecha hay costos permanentes de reparación y mantenimiento, y esos costos son altos, por eso no creo que sea una solución sustentable".
Por: Chris Lang, correo electrónico: http://chrislang.org