Hasta no hace mucho el Plateau Nakai y los bosques situados en sus proximidades, en la región central del país, albergaba tigres, elefantes, nutrias, buhos y diversas especies de peces. Allí se hablan 28 diferentes idiomas. Un grupo de cazadores recolectores desconocido fuera del Plateau, habla una lengua que no está relacionada con ninguno de los cinco principales grupos lingüísticos representados en la zona. En 1992 fue identificado en Vietnam un nuevo género de bóvido, llamado Sao La, cuyo hábitat se extiende al Area Nacional de Conservación de la Biodiversidad de Nakai Nam en Laos.
La ruta del famosos sendero Ho Chi Minh atraviesa esta área. La misma fue duramente bombardeada por los aviones de EE.UU. durante la Guerra de Vietnam, lo que trajo aparejado devastadoras consecuencias para la gente, la vida silvestre y los bosques. Durante la última década una empresa maderera militar de Laos ha estado cortando en una superficie de 450 kilómetros cuadrados en el Plateau para liberar terreno para el embalse de la proyectada represa Nam Theun 2, con capacidad de producción de 1.069 megavatios. El año pasado se informó de la existencia de un volumen de un millón de metros cúbicos de madera rolliza apilada proveniente del Plateau Nakai a la espera de ser vendida.
Todo esto parecería pintar el panorama de un nuevo desastre ambiental y social. Pero no todos lo ven así. Por ejemplo el Panel de Expertos financiado por el Banco Mundial, contratado para asesorar respecto del megaproyecto de la mencionada represa, evaluado en U$S 1.100 millones. Lejos de censurar la destrucción causada por el madereo, los tres miembros del Panel describieron la situación como “alentadora” y sostuvieron que el proyecto “debería ser llevado adelante tal como se ha planeado, con la participación del Banco Mundial”. De lo contrario “el efecto sería un incremento más que un descenso de la pobreza a nivel rural y la seria degradación o incluso la pérdida de los valores de la biodiversidad de Nakai Nam reconocidos mundialmente”.
Puede ser que la represa nunca llegue a construirse. Nam Theum 2 Electricity Consortium, promotor de la represa, han manifestado que ello depende de la “garantía parcial de riesgo” por U$S 100 millones a ser otorgada por el Banco Mundial, que cubrirá los préstamos comerciales al proyecto. Sin esta garantía los bancos comerciales no habrán de poner dinero en un proyecto riesgoso desde el punto de vista financiero. Cada vez más desesperado porque el proyecto se materialice, el consorcio quiere que el Banco otorgue dicho préstamo en los próximos meses.
El compromiso del Panel con el proyecto no resiste ningún análisis. Su tercer informe (de enero de 1998) menciona “una especie de pez no descrita” recientemente descubierta en el tramo del Río Nam Theun justo aguas debajo del lugar de emplazamiento de la represa. Si ésta se construye las aguas de Nam Theun serán desviadas hacia otro río, el Xe Bang Fai, y el flujo aguas debajo de la represa se verá “sustancialmente reducido”. El Panel dice simplemente: “Consideramos que si realmente esta especie de pez no se da en ningún otro sitio (para lo que deben explorarse todavía otros ríos) su pérdida es . . . un sacrificio aceptable”.
Uno de los miembros del Panel, Thayer Scudder, es Profesor de Antropología del California Institute of Technology. Tiene el dudoso honor de ser considerado la autoridad mundial en materia de reasentamientos forzosos y dice ser “reconocido como el decano de los estudios sobre reasentamiento de comunidades”. El mismo señala que actualmente la corta de madera constituye la principal fuente de ingresos del gobierno de Laos, pero agrega que “la mejor fuente de ingreso de divisas para Laos es la venta de energía hidroeléctrica al exterior”. De manera que, según Scudder, la corta de 450 kilómetros cuadrados de selva, la inundación del área, la generación de un enorme barrial que será un criadero de mosquitos y la muerte de los árboles son cosas buenas. El experto señaló además que “para empezar, las personas a ser relocalizadas son extremadamente pobres” y concluyó: “Prefiero tratar de mejorar ese reasentamiento antes que sentarme y ponerme a criticarlo”.
En un documental hecho para la televisión británica en 1987 Scudder manifestó que no podía señalar un solo proyecto, con o sin financiamiento del Banco Mundial, en el que la población desplazada hubiera sido adecuadamente rehabilitada. “La relocalización forzosa es casi la peor cosa que uno puede hacer a un pueblo antes de matarlo” dijo en la ocasión.
Los problemas asociados con los reasentamientos en el proyecto Nam Theun2 ya han comenzado. La empresa militar laosiana Bholisat Phattana Khed Pou Doi (BPKP – literalmente Compañía para el Desarrollo de la Región de Montaña) ha realizado cortas en varias áreas fuera de la asignada al reservorio, incluída la de una propuesta zona de forestación comunitaria destinada a generar ingresos para los campesinos expulsados de sus tierras. BPKP ya ha trasladado a familias del área del reservorio, más allá de los reasentamientos programados en el marco del proyecto financiado por el Banco Mundial.
En la zona se ha instalado un aserradero para procesar la madera cortada en el Plateau. El Panel de Expertos ha señalado que esta industria “una vez que sus recursos madereros se acaben y antes de que se coseche la madera de las plantaciones, puede ejercer presión política para que se le permita cortar dentro del área de conservación”. Sin embargo ello no ha hecho cambiar la posición del Panel a favor del proyecto.
Otro de los miembros del Panel de Expertos es Tim Withmore, de la Universidad de Cambridge, muy conocido por su libro de 1990 “Introducción a los Bosques Tropicales”. Hace algunos años Withmore formó parte de otro equipo de expertos, en aquella ocasión contratado por el Joint Research Centre de la Comisión Europea. Tras dos días de trabajo el equipo generó un mapa para estudiar la deforestación en los “hotstops” del Planeta. Sus autores llegaron a la conclusión de que no hay esperanza de frenar la deforestación provocada por las madereras y los agricultores en las principales zonas donde hay bosque tropical. Withmore confirmó las conclusiones del informe a la revista New Scientits y agregó: “Asia está perdida. De todas maneras quedan muy pocos bosques primarios allí”.
Teniendo en cuenta cuál es su punto de vista acerca del tema, no resulta sorprendente que Withmore considere que no hay ningún problema en borrar 450 km2 de selva, incluyendo a la gente que allí habita, para dar lugar al reservorio de una represa. Tampoco puede sorprender que él no se preocupe de que se sigan cortando los bosques una vez que la represa sea construida. Lo que tal vez sí pueda ser sorprendente es que el Banco Mundial le siga pagando a una persona por dar consejos sobre una región que él mismo considera “perdida”.
Por: Chris Lang,