Los principales rubros de exportación de Gabón son el petróleo y la madera rolliza. Ambas actividades contribuyen al calentamiento global. Mientras que la exportación de petróleo resulta en emisiones de combustibles fósiles fuera del país, la de madera rolliza implica emisiones de carbono tanto en el país como en el exterior, mediante la liberación del carbono almacenado en la biomasa forestal. ¿Significa ello que Gabón --así como otros países del Sur en condiciones similares-- debe ser responsabilizado por el cambio climático? En el contexto internacional resulta muy claro que el país es víctima de las reglas de un juego establecido por los países industrializados para su propio beneficio.
Los bosques de Gabón vienen siendo diezmados por una serie de empresas transnacionales --francesas, alemanas, malasias, etc.-- todos ellas de países que participan activamente en la Convención sobre Cambio Climático y en la de Diversidad Biológica. Gabón es uno de los países menos poblados del Africa, por lo que resulta claro que no es la "sobrepoblación" sino el sobreconsumo en el exterior el responsable del aumento en la tasa de deforestación.
Gabón es uno de los pocos países del Africa Central donde la mayoría de los bosques todavía permanecen en pie. Sin embargo, a medida que las madereras transnacionales destruyen otros bosques del continente, dirigen su atención a los escasos bosques primarios remanentes y Gabón parece ser el candidato ideal para esas actividades. La producción de rollizos ya creció de un millón de metros cúbicos en 1975 a tres millones a fines de la década de 1990.
Empero, el actual modelo de "desarrollo" obliga a Gabón a aumentar aún más su producción y sus exportaciones, tanto de madera como de petróleo. En ese marco, en tanto no se aborde el tema del sobreconsumo, el país seguirá exportando madera. Del mismo modo, mientras que la economía mundial siga basándose en la energía de combustibles fósiles, Gabón seguirá exportando crecientes volúmenes de petróleo. Como sucede en la mayor parte del Sur, el país, su pueblo y sus bosques sencillamente se volverán más y más pobres.
Siendo así la situación, resulta claro que las selvas de Gabón no habrán de salvarse con el intercambio de un poco de dinero por "permisos de carbono", que permitirán a los países industrializados continuar emitiendo el CO2 contenido en el petróleo de Gabón y de otros países exportadores del producto. No es Gabón el responsable del cambio climático, pero a menos que las reglas de juego cambien, este país seguirá contribuyendo al mismo y, a la vez, sufriendo sus consecuencias.
Artículo basado en información obtenida de: "Buying Destruction. A Greenpeace report for corporate consumers of forest products", 1999.