Con frecuencia, las voces e historias de las mujeres que dependen de los bosques son acalladas, ignoradas o silenciadas, lo que facilita a las empresas el acaparamiento de tierras comunitarias. Pero, ¿qué sucede cuando ellas comienzan a hacerse oír?
Con frecuencia, las voces e historias de las mujeres que dependen de los bosques son acalladas, ignoradas o silenciadas. A menudo se les niega la posibilidad de desempeñar un papel activo en los procesos locales de toma de decisiones, especialmente cuando se trata de decisiones sobre asuntos relacionados con la tierra. No se las toma en serio, a pesar de que son ellas quienes realizan la mayor parte de las actividades agrícolas a la vez que dependen del bosque para recolectar alimentos, medicinas y agua para sus familias y comunidades. Esto es una forma muy frecuente de violencia contra las mujeres.
La ausencia de las voces de las mujeres en los procesos de toma de decisiones ha provocado protestas, conflictos y disturbios en torno a las concesiones de tierras a gran escala, especialmente para plantaciones de palma aceitera. Las mujeres se unen y comienzan a exigir a las empresas concesionarias que abandonen sus tierras. Negarle a las mujeres una participación significativa en los procesos de toma de decisiones ha hecho que sea más fácil para las compañías concesionarias, en primer lugar, tomar el control de tierras comunitarias.
Una plataforma para que las mujeres unan sus voces y se hagan oír
La organización Natural Resource Women Platform (NRWP – (Plataforma de Mujeres que dependen de los Recursos Naturales) surgió en 2010 con el nombre Liberian Forest Women Platform (Plataforma de Mujeres del Bosque de Liberia). La Plataforma se fue creando a medida que íbamos reconociendo cada vez más la importancia de lo que significa tener voz: el derecho a la autodeterminación, a la participación, al consentimiento o a la disidencia; a vivir y participar, a interpretar y narrar. De los 15 condados de Liberia, varias mujeres que dependen de los bosques nos juntamos para formar la Plataforma, como una forma de organizarnos contra la marginación a la que nos condenan mujeres de élite de base rural - las cuales participan en reuniones de toma de decisiones y actúan en nombre de las mujeres que dependen de los bosques -, la violencia y el abuso impuestos por los proyectos realizados a partir de concesiones de tierras a gran escala, así como los incesantes problemas ocasionados por el cambio climático.
En 2012, luego de los avances logrados por la plataforma de mujeres del bosque Liberian Forest Women Platform, otras mujeres - como las que emigraron de comunidades rurales a entornos urbanos buscando ganarse el sustento como vendedoras o trabajadoras en las minas de arena, picando piedras o trabajando en la producción de carbón vegetal, así como mujeres que hacen Gogbachop (negocios fuera de la ciudad) - sintieron la necesidad de unirse a la Plataforma. Su argumento era que ellas también sufren los mismos problemas y dificultades que enfrentan las mujeres que dependen del bosque, es decir, las mujeres cuya subsistencia depende del bosque para la recolección de plantas medicinales, alimentos, hongos, miel, especias del país, madera, aceite de palma, utensilios para utilizar como mortero, etc. Después de varias consultas, durante la reunión bianual de la organización Alliance for Rural Democracy (Alianza para la Democracia Rural) celebrada en 2012 en Kun Town, condado de Grand Cape Mount, Liberia, la plataforma de las mujeres del bosque Liberian Forest Women Platform abrió su membresía y cambió su nombre a otro más inclusivo: The Natural Resource Women Platform.
Durante el proceso de formación de la plataforma, las mujeres acordaron los objetivos que regirían y orientarían sus actividades. Éstos incluyen: crear una conexión entre todas las mujeres que dependen de los recursos naturales basada en el respeto mutuo y en una alta consideración de las ideas de todas; recopilar y registrar el conocimiento que poseen las mujeres que dependen de los recursos naturales sobre la propiedad de la tierra y sus derechos sobre el bosque; apoyar las opiniones de estas mujeres contra el mal uso de los recursos de sus comunidades, así como apoyar su participación en los procesos de toma de decisiones a través de sus diversas formas organizativas y actividades de aprendizaje para controlar y cuidar sus recursos; promover más oportunidades y derechos para que las mujeres participen en la distribución de los beneficios generados por sus recursos así como encontrar medios sencillos para que las mujeres accedan a los mercados a vender sus productos; proporcionar espacios a través de los cuales puedan compartir ideas y experiencias en su búsqueda de justicia; luchar por la igualdad de derechos y la propiedad de las mujeres sobre los recursos naturales y los bosques para reducir sus precarias condiciones de vida; esforzarse por borrar en las mujeres la idea de que son inferiores; destacar el protagonismo y la importancia de los recursos naturales en la historia de las comunidades de Liberia.
Una cuestión de poder
Impedir que las mujeres tengan voz es una manera de imponerles decisiones que afectarán sus vidas de manera decisiva, incluso hacer cosas que podrían estar en contra de su voluntad, sus deseos, sus intereses, su salud, sus creencias y/o su supervivencia. Si las opiniones de las mujeres son escuchadas en las decisiones sobre el uso y el control de la tierra y los bosques, pueden organizarse mejor y realizar actividades que pueden ayudar a reducir algunas de las dificultades de la forma de vida y sustento de la comunidad.
La defensa de los derechos humanos se ha vuelto muy popular en los últimos años en Liberia y las defensoras y defensores de los derechos humanos luchan por amplificar las voces de las mujeres afectadas por la violencia. La adquisición a gran escala de tierras para minería, agricultura y madereo industrial socava los derechos básicos de las comunidades locales, en especial su derecho a la vida y a la tierra comunal. La participación plena y en pie de igualdad de las mujeres en la vida pública también debería garantizar la no discriminación en todos los aspectos de la vida política, económica y social, así como participación plena y equitativa en la toma de decisiones y el acceso al poder en todos los niveles. La imposibilidad de participar significativamente en los procesos de toma de decisiones aumenta las graves dificultades que enfrentan las mujeres para encontrar sustento para sus familias y comunidades, donde los proyectos a gran escala invaden las tierras comunitarias a la vez que aumentan la violencia cuando las comunidades protestan contra lo que constituye una usurpación de sus tierras comunitarias. Es como vivir con una espada contra el cuello.
Por ejemplo, una mujer defensora de los derechos humanos fue encarcelada. La golpearon y torturaron por manifestarse en contra de las grandes concesiones que le quitaron sus tierras y bosques consuetudinarios de los que ha dependido toda su vida. Cuando se discutieron las decisiones tomadas, se ignoraron las opiniones de esta y de otras mujeres sobre la importancia del uso de la tierra y el bosque para su sustento. Tampoco se tomaron en cuenta las dificultades y los problemas que enfrentarían cuando la tierra y el bosque ya no existieran más, así como tampoco se consideró una forma de vida y sustento alternativa que pudiera compensar la falta de tierra y del bosque.
Liberia ha firmado cruciales instrumentos internacionales que reconocen y garantizan la igualdad de derechos para las mujeres, entre ellos la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y especialmente la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por su sigla en inglés). Está claro que la participación plena y equitativa de las mujeres en la toma de decisiones debería ser un tema central. Muchas veces, las voces de las mujeres han demostrado ser voces dinámicas de cambio, que han motivado a todas y todos a comprometerse con la reivindicación de sus derechos, el fortalecimiento de sus comunidades y la protección de sus bosques y tierras. Negar a las mujeres una participación significativa en los procesos de toma de decisiones ha hecho más fácil para las empresas de plantaciones tomar el control de las tierras comunitarias.
Así habla una defensora de los derechos humanos respecto a una de las plantaciones de palma aceitera de la empresa Golden Veroleum Liberia (GVL):
“Mi abuelo nació aquí y yo he estado aquí durante muchos años. Todo este tiempo disfrutamos de nuestra tierra natal hasta que llegó la empresa Golden Veroleum. Cuando llegó, no la rechazamos. Nos dijeron que la compañía necesitaba tierra para un vivero para su palma aceitera. Más tarde nos enteramos que estaban aquí para plantar en todas nuestras tierras, y nos dijeron que la tierra no era nuestra, sino del gobierno. ¿Dónde esperan que vivamos, en el cielo? Ya no estamos de acuerdo con sus actividades. Nos engañaron. Queremos que se vayan. No los queremos aquí”.
Impedir que las mujeres tengan voz y opinión en los procesos de toma de decisiones en cualquier nivel que deseen participar es una forma de violencia contra ellas. ¡Las mujeres necesitan y deben hacer que sus voces sean realmente escuchadas!
The Natural Resource Women Platform (NRWP - Plataforma de Mujeres que dependen de los Recursos Naturales), nrwomenplatform [at] gmail.com