Desde su primer día en el poder, el gobierno de Bolsonaro está intentando desmantelar los derechos constitucionales de los Pueblos Indígenas y quilombolas en Brasil. La pandemia está sirviendo de cobertura para intensificar aún más estos ataques. El WRM conversó con la organización CIMI - Amazonia Occidental.
“Sin acciones efectivas para contener la pandemia entre los pueblos, este gobierno también tendrá el título de genocida.”
CIMI, junio 2020
En una reunión ministerial de abril de 2020 en Brasilia, el Ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, fue captado en un video que se hizo público en mayo de 2020, declarando que la atención del público y de los medios sobre la pandemia del Covid-19 (que hasta el día de hoy mató oficialmente a más de 65.000 personas en el país), ofrece una distracción durante la cual el gobierno puede “arrasar” a través de Brasil “cambiando toda la reglamentación y simplificando las normas”. (1)
La realidad es que el gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro está intentando desmantelar, de forma acelerada, los reglamentos de protección de los bosques y de derechos constitucionales de los Pueblos Indígenas y quilombolas, (comunidades formadas por personas sometidas a la esclavitud que lograron escapar del cautiverio) así como el sistema de fiscalización ambiental. Esto tendrá consecuencias gravísimas en todo el país, en especial en la Amazonia, región con mayor cobertura de bosque y presencia de Pueblos Indígenas del país. Es importante recordar que el gobierno de Bolsonaro ha actuado de esta forma desde su primer día en el poder. (2) La actual pandemia le sirve de cobertura para intensificar aún más estos duros ataques al bosque y a los pueblos y poblaciones que dependen de él.
En Brasil, las cifras oficiales de personas infectadas con Covid-19 entre los Pueblos Indígenas no reflejan la real extensión de la pandemia. De acuerdo con la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), hasta junio de 2020, más de 420 indígenas murieron por Covid-19 y más de 11.300 fueron contagiados en más de 120 comunidades del país. (3)
Esto es un verdadero desastre para los Pueblos Indígenas, dado que cada uno tiene su propia cultura e historias y que muchos de sus líderes, sobre todo los más ancianos, guardianes de la memoria y la sabiduría de estos pueblos, están desapareciendo con la pandemia. Pero la forma en que las autoridades han lidiado con este drama demuestra también cómo el gobierno de Bolsonaro es de hecho un enemigo mortal para estos pueblos y sus territorios de vida.
Solo el Pueblo Indígena Munduruku, uno de los 305 pueblos que habitan en Brasil, perdió diez de sus sabios. “Siempre decimos que son bibliotecas vivas”, dice Alessandra Korab Munduruku, líder del pueblo, “ha sido muy doloroso.” (4) En junio de 2020, el cacique Raoni del pueblo Caiapó acusó al presidente Jair Bolsonaro de aprovechar la pandemia del Covid-19 para “eliminar a su pueblo”. De igual manera, el cacique Ninawa del pueblo Huni Kui, habiendo sido infectada por el Covid-19, teme que la enfermedad se propague entre los suyos. (5)
Junto con el aumento en el número de personas indígenas infectadas y muertas por el Covid-19, está el incremento de asesinatos a líderes y el aumento de invasiones de madereros, mineros, misioneros evangélicos y acaparadores de tierras indígenas. Sin lugar a dudas, los riesgos para los Pueblos Indígenas son mayores en la coyuntura actual debido a la posibilidad real de que estos invasores contagien a miembros de las comunidades. Dadas las características de la convivencia colectiva, común en la mayoría de los pueblos, un contagio podría significar un genocidio que nos remitiría a hechos no tan lejanos en la historia colonial del continente.
El gobierno de Bolsonaro publicó en abril la Instrucción Normativa Nº 9, que permite legalizar el crimen de apropiación de tierras indígenas. Una medida inconstitucional y criminal que agrava aún más la violencia contra los Pueblos Indígenas e incentiva el aumento de los delitos ambientales. (6)
Entre marzo y abril de 2020, en el Valle del Javari del Estado de Amazonas, misioneros evangélicos extranjeros realizaron vuelos en helicóptero para contactar a Pueblos Indígenas en aislamiento. Esto en plena pandemia mundial. Estas organizaciones extranjeras acababan de ganar un poderoso aliado en el gobierno brasilero. En febrero, antes del aislamiento social, el gobierno de Bolsonaro nombró al ex-misionero evangélico Ricardo Lopes Dias, que ya formaba parte de Misión Nuevas Tribus de Brasil (MNTB), para dirigir el departamento responsable de la coordinación general de los pueblos en aislamiento de la FUNAI (la Fundación Nacional del Indio del gobierno brasileño). El nombramiento fue criticado por las organizaciones indígenas y miembros de la sociedad civil, y despertó la atención del Ministerio Público Federal. (7)
Deforestación + pandemia + fuego + militarización
Según un estudio elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) y del Centro Nacional para el Monitoreo de Alerta de Desastres Naturales (CEMADEN), la tasa de deforestación entre agosto de 2019 y mayo de 2020 ya representaba el 89% del área deforestada en el año anterior, considerando que la temporada más seca y de mayor tasa de incendios forestales aún no ha comenzado. A medida que el clima se vuelve más seco, la quema de áreas ya deforestadas puede causar incendios descontrolados. El mismo estudio también destaca que desde agosto de 2019 hasta mayo de 2020, se detectaron 78.443 focos de incendios en la Amazonia, cantidad superior al mismo período entre 2018 y 2019. El estudio concluye que, con el aumento de los incendios y el consiguiente incremento de pacientes con problemas respiratorios, sumado a la gran cantidad de pacientes con Covid-19, habrá una demanda mucho mayor en las unidades de salud, lo que podría provocar un colapso de estos sistemas en los estados amazónicos que ya operan al límite debido a la pandemia. (8)
Otra preocupación es la creciente militarización de la Amazonia debido a la gran cantidad de militares que ocupan cargos de jefatura en instituciones ambientales y otros que se ocupan de las cuestiones indígenas. Por otro lado, los militares recibieron la tarea de coordinar la supuesta política de lucha contra la deforestación del gobierno de Bolsonaro. (9)
En un país donde los Pueblos Indígenas además de grave coyuntura actual enfrentan el racismo estructural, el WRM conversó con los representantes del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), de la unidad regional Amazonia Occidental. Desde su fundación en 1972, CIMI ha jugado un papel fundamental en facilitar la articulación entre las aldeas y los Pueblos Indígenas, lo cual resultó en la promoción de grandes asambleas indígenas, incluso durante la última dictadura militar (1964-1985). De este proceso surgieron cientos de organizaciones indígenas y se fortaleció la lucha por garantizar sus derechos y el proceso de demarcación de los territorios indígenas en el país.
WRM: ¿Cuál es la situación general en la Amazonia brasilera respecto al Covid-19 y los Pueblos Indígenas? ¿Cómo están enfrentando la pandemia los pueblos y sus organizaciones?
CIMI: Llama la atención la falta de asistencia por parte de las autoridades, aparte de la escasa preparación de la Secretaría de Asistencia a la Salud Indígena, SESAI. Esta falta de asistencia cobra dimensiones aún más importantes debido a que las distancias en la Amazonia son gigantescas. Esto significa que tenemos innumerables comunidades y pueblos que no reciben asistencia alguna. Los Pueblos Indígenas y sus organizaciones han hecho todo lo posible para enfrentar la pandemia. Actúan principalmente en la divulgación de medidas de prevención y en la orientación a las personas para que tomen las medidas personales necesarias. En el caso de las poblaciones indígenas, las medidas preventivas requieren ser más específicas ya que, por ejemplo, cada pueblo tiene su propia manera de comportarse e incluso modalidades y rituales comunitarios diferentes.
WRM: Es evidente que, desde el primer día de su mandato, el presidente Bolsonaro está atacando frontalmente a los Pueblos Indígenas. Desde su perspectiva, ¿cuál es el objetivo de las acciones y medidas adoptadas por el gobierno?
CIMI: El gobierno de Bolsonaro actúa sobre tres grandes líneas de ataque a los derechos de los pueblos originarios indígenas: 1) actúa para volver inconstitucional, o sea, para alterar lo previsto constitucionalmente y negar por completo los artículos 231 y 232 de la Constitución brasilera; 2) actúa para no territorializar, es decir, para no demarcar los territorios que estén en proceso, revisar los ya demarcados y abrir estos territorios al mercado de tierras; 3) finalmente, actúa para “integrar” a los pueblos, retomando la vieja política de los militares, la integración nacional. Con base en estos tres pilares, el presidente pretende aniquilar a los Pueblos Indígenas y abrir sus territorios al mercado de tierras y a la explotación minera.
WRM: Hay un aumento de las invasiones de territorios indígenas y de las amenazas y la violencia contra los pueblos y sus defensores, inclusive a CIMI. ¿Qué está sucediendo con la pandemia? ¿Los invasores son los mismos o existen otros?
CIMI: Son los mismos y se les suman otros. Para tener una idea de lo que está sucediendo, del total de propiedades inscriptas en el Registro Ambiental Rural (CAR, por sus siglas en portugués), registro público electrónico de alcance nacional, obligatorio para todos los inmuebles rurales, casi diez mil se superponen a tierras indígenas en diferentes fases de regularización o a áreas de uso restringido. Es lo que señala el relevamiento divulgado por la Cámara de Poblaciones Indígenas y Comunidades Tradicionales del Ministerio Público Federal (6CCR/MPF). Solo en el Estado de Acre, en el CAR se identificaron 132 registros de propiedades privadas, y todas estaban en áreas indígenas. Las invasiones físicas propiamente dichas, ocurren en tres etapas de la siguiente manera: el primer año los invasores organizan una especie de excursión al área a invadir y realizan un análisis del nivel de aprovechamiento, según sus intenciones y sus intereses (madera, pasturas, caña, minerales, soja…); al año siguiente se deforesta y recién al tercer año se realiza la quema. De esta forma, las invasiones detectadas hoy pueden haber ocurrido ya en 2018. Esta estrategia apunta a dificultar las denuncias ya que no pocas veces los titulares de los órganos de fiscalización son reasignados, lo cual provoca un constante reinicio del proceso y la nulidad de las acciones pasadas. La falta de control se atribuye a los titulares anteriores. En el otro extremo, el gobierno crea mecanismos para que la regularización de esas áreas invadidas se haga efectiva.
WRM: ¿Cómo están aprovechando el gobierno y sus aliados de la pandemia para avanzar en sus agendas históricas, buscando aprobar medidas o leyes que violan directamente los derechos de los pueblos sobre sus territorios y culturas indígenas?
CIMI: El gobierno ha aprovechado este momento de pandemia en que los pueblos no tienen cómo organizarse para realizar manifestaciones, ya que deben permanecer en sus tierras, en sus comunidades. De esta forma se hace muy difícil realizar un seguimiento de las medidas tomadas en Brasilia (sede del gobierno federal). Además de eso, las reuniones deliberativas o la votación de reglamentos en el Congreso son virtuales, dificultando aún más el control por parte de los pueblos y sus aliados. La estrategia es la que defiende el ministro de medio ambiente: aprovechar la crisis para “arrasar” las reglas y simplificar las normas.
WRM: ¿Las personas y organizaciones dentro y fuera de Brasil tienen alguna forma de apoyar la lucha de los Pueblos Indígenas de la Amazonia en estos tiempos difíciles?
CIMI: La forma más propicia para mostrar solidaridad con los Pueblos Indígenas en estos tiempos difíciles es denunciar las violaciones de sus derechos a la comunidad internacional. Cuando tenemos oportunidades de reunirnos con Pueblos Indígenas en este período, articulamos documentos y videos para los correos electrónicos de diputados, senadores y ministros. Estamos presenciando un verdadero genocidio y etnocidio de los Pueblos Indígenas y esta situación debe llegar a los mecanismos internacionales para la defensa de los derechos humanos.
(1) Mongabay, Brazil minister advises using Covid-19 to distract from Amazon deregulation, mayo de 2020
(2) Boletín del WRM, “El interés nacional”: neofascismo en la selva amazónica, enero de 2020
(3) Plataforma para monitorear la situación indígena en la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) en Brasil
(4) The Guardian, ‘We are facing extermination’: Brazil losing a generation of indigenous leaders to Covid-19, junio de 2020
(5) AFP Español, Caciques de Brasil, preocupados por la salud indígena y las políticas de Bolsonaro, junio de 2020
(6) Emergência Indígena. Plano de Enfrentamento da Covid-19 no Brasil
(7) Repórter Brasil, Organizações religiosas dos EUA mapeiam indígenas no Brasil e não interrompem ações com isolados mesmo durante a pandemia, junio de 2020
(8) INPE, CEMADEN, Nota Técnica. O desafio do Brasil para conter o desmatamento e as queimadas na Amazônia durante a pandemia por Covid-19 em 2020: Implicações ambientais, sociais e sua governança, mayo de 2020.
(9) Amazônia notícia e informação, Combate ao desmatamento passa a ser coordenado pelo exército, mayo de 2020