Durante años los pueblos de Sarawak han venido luchando en defensa de sus tierras y bosques contra planes de "desarrollo" que incluyen el madereo comercial, plantaciones de palma aceitera, cultivos forestales para celulosa, represas hidroeléctricas, minería y construcción de instalaciones turísticas. Tales actividades, que cuentan con el apoyo de las autoridades nacionales y provinciales, no sólo están destruyendo sus medios de vida sino también --como en el caso del pueblo nómade Penán-- poniendo en peligro su propia existencia como cultura. Hoy en día quedan sólo alrededor de 10.000 Penán en el interior de Sarawak. Así como sucede con otros pueblos Dayak, ellos han sido y siguen siendo víctimas de todo tipo de atropellos --incluyendo violencia física-- por parte de la fuerza policial y de matones al servicio de las empresas madereras.
El 11 de agosto ppdo. un grupo de más de cien Penán, conformado por hombres y mujeres provenientes de varios asentamientos de Sungai Apoh/Tutoh en la región de Baram, se reunió en Long Kevok para iniciar una protesta pacífica contra las actividades de madereo en sus tierras y bosques comunitarios. Erigieron una barricada de madera en una ruta de madereo utilizada por las empresas Lajung Lumber (una subsidiaria de Rimbunan Hijau Sdn.Bhd.), Shin Yang y Rawood, a fin de evitar que las mismas continuaran con sus operaciones de corta y transporte de madera en sus territorios tradicionales. Tuvieron que recurrir a esta acción directa dado que, a pesar de la gran cantidad de reclamos realizados, tanto dichas compañías como las más altas autoridades han ignorado sus derechos sobre el territorio y los recursos. Los Penán denunciaron que Rimbunan y Shin Yang invadieron su tierra, arrasando con sus árboles frutales y cementerios. Las empresas también ocuparon sus Reservas Forestales Comunitarias, donde realizaron operaciones de corta, sin hacer ningún tipo de consulta previa a sus legítimos propietarios.
El 13 de agosto se hizo presente en el lugar personal de las estaciones de policía de Marudi y Long Lama. Si bien no se realizaron detenciones, se temió que se desatara la violencia contra los pacíficos manifestantes, tal como ha sucedido en otras ocasiones. A finales de agosto el bloqueo fue levantado, dado que los Penán debían regresar a sus respectivas aldeas y asentamientos a fin de completar los trabajos de la estación de plantación de arroz. En caso de no llegarse a una solución entre las partes, los bloqueos podrán ser retomados. Sin embargo, se necesita todavía mucho apoyo a fin de persuadir e influenciar sobre los dirigentes del gobierno para que aborden esta grave y apremiante situación que enfrentan los Penán en relación con su derecho a la tierra y los recursos forestales.
Artículo basado en información suministrada por: SAM Marudi Office, 16/8/2000;