Representantes de los Murut, los Kadazandusun, los Rungus y de otras 30 tribus procedentes de la región remota de Tongod, atravesaron en julio de este año el norte de Borneo para llegar hasta la flamante oficina del Ministro interino de Ordenamiento Territorial de Sabah, Datuk Lajim Haji Ukin, en la ciudad capital de Kota Kinabalu.
El objetivo del grupo era exigir al gobierno que cumpla sus propias leyes, que reconozca los derechos de los nativos de proteger y manejar sus recursos naturales y que detenga la reasignación de tierras a las empresas madereras y de plantaciones.
En Tongod y en todo Sabah, poblados enteros han sido reubicados contra su voluntad. Se han talado vastas zonas de bosques tropicales y de fincas, y se han destruido tumbas y huertos frutales. La replantación de monocultivos de palma aceitera está ocasionando una erosión en gran escala, desprendimientos de tierras, la sedimentación del río y la contaminación generada por plaguicidas, herbicidas y fertilizantes. La pérdida de alimentos silvestres, de refugio, materiales de construcción y plantas medicinales causa a los pueblos indígenas un perjuicio económico sin precedentes hasta el momento. El gobierno ha respondido a las protestas pacíficas algunas veces con el silencio y otras con represión policial.
Wilster L., jefe de poblado, pronunció un discurso apasionado para el que no hubo oídos receptivos. La respuesta del Ministro interino fue: “Necesitamos este tipo de desarrollo para que la infraestructura de la zona, como las carreteras, resulte más práctica.”
La frustración y la desesperanza cunden en Tongod. Tal como reflexionara Naomi, una mujer del poblado de Wilster, la pérdida de los bosques es también la pérdida de su hogar y su identidad. “¿Cómo pueden venir y llevarse nuestra tierra y talar los árboles que plantó el padre de mi padre? Eso tiene que ser ilegal. No pueden tratarnos de esta forma.”
Con la ayuda de organizaciones de apoyo a la comunidad, Wilster y otros pobladores de Tongod intentan actualmente una nueva estrategia: han presentado ante los tribunales una demanda contra el Estado y dos compañías plantadoras, Hup Seng Consolidated Berhad y Asiatic Development Berhad. Este caso es la primera prueba deliberada de las leyes de tenencia de tierras de Sabah respecto de los pueblos indígenas.
Los residentes de Tongod fueron alentados por un caso que marcó un precedente en el vecino Sarawak, en el cual el Juez malayo Ian Chan amplió la definición de tierras nativas tradicionales para incluir no solo a las tierras agrícolas cultivadas activamente por los pobladores, sino también las corrientes de agua, los bosques y las tierras de caza tradicional utilizadas por la comunidad. De esa forma sostuvo en su sentencia que los pobladores indígenas de la aldea de Rumah Nor tenían derechos consuetudinarios que debían prevalecer por sobre las concesiones otorgadas por el gobierno. Esta decisión paró en seco las máquinas excavadoras de la empresa Borneo Pulp and Paper Company.
A partir de la victoria legal obtenida en Rumah Nor, decenas de comunidades indígenas de Sarawak han inundado los tribunales con casos similares contra las compañías plantadoras que han invadido sus tierras. Sin embargo, se enfrentan a algunas dificultades: los procesos legales en otros estados de Malasia son penosamente lentos, y también existe el riesgo de que pierdan sus derechos en caso de que los tribunales se pronuncien en su contra.
Una vez más, la concepción de desarrollo dominante se opone al bienestar de los pueblos y del medio ambiente.
Artículo adaptado de: “Sabah Tribes Rally Against Corporate Takeover of Land”, Earth Island Journal,
http://www.earthisland.org/eijournal/new_articles.cfm?articleID=908&journalID=80