Una vez más la "justicia" mexicana se ha pronunciado contra la justicia. Rodolfo Montiel, un líder campesino, prisionero por conducir un exitoso movimiento de oposición contra las operaciones de madereo de la empresa estadounidense Boise Cascade en el estado de Guerrero (ver Boletín 26 del WRM), fue encontrado culpable y recibió una sentencia de seis años y ocho meses, según el veredicto del Juez de la 5ta. Corte de Distrito Maclovio Murillo. Montiel, junto a su compañero Teodoro Cabrera, han estado detenidos desde hace 15 meses. Cabrera también fue hallado culpable y sentenciado a 10 años de prisión.
Organizaciones ambientalistas y de derechos humanos mexicanas e internacionales reaccionaron contra el veredicto, argumentando que existen evidencias de que las acusaciones contra ellos fueron todas fraguadas y las confesiones obtenidas bajo tortura. El Centro para los Derechos Humanos Miguel Angel Pro Juárez, que representó a los dos inculpados durante el proceso, apelará el veredicto y las sentencias. Esta organización ha solicitado información sobre si se tuvo en cuenta un informe de la comisión gubernamental sobre derechos humanos, en el que se afirma que los dos acusados fueron torturados para que se declararan culpables. Amnesty International adoptó a Montiel y Cabrera como prisioneros de conciencia, en tanto el Sierra Club ya ha iniciado una campaña para lograr su liberación.
El caso de Montiel y Cabrera ejemplifica muchas injusticias, entre los cuales deseamos subrayar la diferencia existente --en México y en una gran cantidad de otros países del mundo-- entre ley y justicia. La ley permitió a una empresa estadounidense --Boise Cascade-- destruir bosques y medios de vida de la población en México. La población local reaccionó, creyendo que la justicia estaba de su lado, pero sus acciones fueron declaradas ilegales. Su líder fue ilegalmente arrestado y torturado, como prerrequisito para declararlo "legalmente" culpable de violar la ley. ¡Se hizo justicia! Todo el mundo sabe, sin embargo, que esto no es más que una parodia de justicia y ahora grupos ambientalistas y de derechos humanos están tratando de ejercer presión ante el nuevo presidente electo Fox, a fin de que conceda un indulto a los dos campesinos acusados. Esto sería un auspicioso signo de pacificación y --por fin-- un acto de verdadera justicia.
Artículo basado en información obtenida de: "Mexico Finds Activist Guilty In Drug Case. Peasant won Goldman environmental prize" por Wendy Patterson, San Francisco Chronicle, 29/8/2000, enviado por: Pat Rasmussen, Leavenworth Audubon Adopt-a-Forest, 1/9/2000.