Mozambique es un país en el que las plantaciones de árboles datan de la época colonial, cuando Portugal fomentó la plantación de eucaliptos y pinos. Para cuando el país se independizó había 20.000 hectáreas de plantaciones de árboles de especies exóticas en siete provincias.
En 1992, el área cubierta de plantaciones de árboles se había duplicado y llegaba a unas 40.000 hectáreas. La activa promoción de la inversión privada a gran escala en plantaciones de árboles llevó a que, según la FAO, éstas alcanzaran 62.000 hectáreas en 2010. Además, la Estrategia de Reforestación nacional estableció el objetivo de realizar plantaciones de árboles en aproximadamente 1,3 millones de hectáreas durante los 20 años siguientes.
La provincia de Niassa, la mayor de Mozambique, ubicada en el norte del país, ha sido el lugar ideal para promover grandes inversiones en plantaciones de árboles, debido a que, en general, las condiciones climáticas y los suelos allí son adecuados. Compañías y fondos de inversión, provenientes principalmente de los países nórdicos Noruega, Suecia y Finlandia, han hecho fuertes inversiones en los sectores del procesamiento de madera y la plantación de árboles. Tal es el caso de la compañía privada noruega Green Resources, con grandes accionistas tales como la compañía inversora Phaunos Timber Fund Limited y Storebrand, una de las mayores aseguradoras de Noruega (ver el Boletín 191 del WRM).
El fondo de inversión sueco Global Solidarity Forest Fund (GSFF), una iniciativa de las Iglesias sueca y noruega, con inversores que incluyen el Fondo Neerlandés de Pensiones ABP (ver el Boletín 173 del WRM), también comenzó a operar en la región en 2005, a través de su filial Chikweti, realizando principalmente plantaciones de pinos, aunque últimamente está utilizando hasta un 90% de eucaliptos en las nuevas plantaciones.
Esta expansión ha causado graves problemas, porque está invadiendo tierras de las machambas, pequeñas granjas familiares donde se cultivan alimentos (ver el Boletín 165 del WRM). Según un informe publicado por FIAN International para la alianza Hands off the Land (1), “desde el inicio mismo del establecimiento de las plantaciones de árboles ha habido quejas de las comunidades de los distritos de Lago, Lichinga y Sanga. En algunos casos, las quejas han terminado en abierta resistencia y conflictos. Uno de los mayores impactos causados por el establecimiento de plantaciones industriales de árboles en Niassa es la pérdida de acceso de las comunidades campesinas a las tierras fértiles que usaban para producir alimentos. Así, los campesinos se ven obligados a cultivar campos que están a horas de distancia de sus hogares. En algunos casos, las casas cercanas a las plantaciones han sido abandonadas, ya sea para estar más cerca de las nuevas zonas de producción agrícola o porque los habitantes temen que los incendios destruyan sus hogares. En efecto, mientras que se amenaza a los campesinos con multas para que eviten utilizar la quema, las empresas siguen recurriendo a ella en sus plantaciones”.
El informe también revela que “el acceso a los alimentos y los medios de subsistencia de las comunidades de las zonas de plantación se ven aún más reducidos por la pérdida de acceso a los bosques. Los miembros de la comunidad usan los productos del bosque para varios fines: leña para cocinar, madera para fabricar carbón, materiales de construcción, frutos y algunas plantas para uso medicinal. Algunos de los productos del bosque les sirven también como fuente de ingresos adicionales. Los aldeanos afirman que ya no tienen acceso a esos recursos debido al establecimiento de plantaciones de árboles, ya sea porque las empresas forestales les niegan el derecho a ingresar en las plantaciones para juntar leña, o porque talan los bosques indígenas”.
Ahora, es probable que la situación empeore: Green Resources acaba de adquirir Global Solidarity Forest Fund (GSFF). La fusión le permite acrecentar la escala de sus operaciones y consolidar su negocio de plantación de árboles en África oriental.
Esto implica más plantaciones de pinos y eucaliptos y, por consiguiente, mayores amenazas para la soberanía alimentaria de las comunidades mozambiqueñas.
Artículo basado en información extraída de: “The Human Rights Impacts of Tree Plantations in Niassa Province, Mozambique”, informe publicado por FIAN International para la alianza Hands off the Land, setiembre de 2012, http://www.fian.org/fileadmin/