En el marco del Foro Social Mundial, un conjunto de representantes de ONGs latinoamericanas se reunieron para discutir la posibilidad de coordinar esfuerzos en torno al creciente problema de los monocultivos de árboles.
En la reunión se analizaron tanto los factores que impulsan la ocupación del territorio por parte de monocultivos destinados a la producción de madera, de fibra para celulosa y de aceite de palma, como aquellos que la limitan.
Se enfatizó el creciente apoyo que estos monocultivos reciben de parte de los gobiernos de la región, la mayor parte de los cuales han aprobado legislaciones destinadas explícitamente a su promoción mediante el otorgamiento de todo tipo de subsidios a esta actividad. Dicho apoyo es a su vez el resultado de iniciativas surgidas a partir de agencias bilaterales y multilaterales que preparan el camino para la inversión de empresas transnacionales interesadas en el negocio.
A su vez, el área destinada a monocultivos de árboles a gran escala podría verse grandemente incrementada como resultado de la puesta en marcha del llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio incluido en el Protocolo de Kioto de la Convención sobre Cambio Climático, que posibilita que los países industrializados contaminantes puedan "compensar" sus emisiones a través de la plantación de grandes áreas de árboles como "sumideros de carbono". América Latina sería uno de los destinos preferidos para tales proyectos.
En resumen, el escenario latinamericano está listo para recibir, con el beneplácito de los gobiernos, inversiones destinadas a aumentar la superficie cubierta por monocultivos de árboles, tanto para la producción (de madera, celulosa y aceite de palma), como para servir como sumideros (basureros) de carbono.
Sin embargo, l@s asistentes a la reunión también analizaron la creciente oposición popular a ese modelo forestal y el nivel de conocimiento y experiencia acumulados sobre el tema, que hacen que cada vez sea más difícil convencer a los pobladores de la región de que estas plantaciones vayan a redundar en su beneficio. Por el contrario, las experiencias en regiones donde ese modelo se ha logrado implementar han probado tener consecuencias desastrosas, tanto para la gente (pérdida de territorios, de recursos y de empleos) como para el ambiente (impactos sobre el agua, los suelos, la biodiversidad, el paisaje).
Se entendió por tanto que resultaba imprescindible organizarse para coordinar acciones contra los monocultivos de árboles a nivel continental, a fin de impedir su mayor expansión. En ese sentido, l@s representantes de ONGs de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Uruguay (y posteriormente de El Salvador), acordaron la creación de la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles, delegando la función de secretaría en el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.