Shell continúa difundiendo una inteligente y engañosa propaganda, difundida a través de avisos en la prensa más influyente del Norte, con el objetivo de mejorar su deteriorada imagen y convencer a la opinión pública de que es una compañía preocupada por el medio ambiente. La campaña "Ganancias y principios: ¿hay elección?" está basada en hermosas fotografías de animales salvajes, bosques exuberantes, caras tiernas de personas africanas y es acompañada de textos como: "Nuevamente en Shell estamos descubriendo las recompensas de respetar el ambiente cuando hacemos negocios". "Si estamos buscando petróleo y reservas de gas en regiones sensibles, nosotros consultamos ampliamente a los diferentes grupos con intereses locales o globales para asegurar que la biodiversidad en cada lugar sea preservada". "En Shell estamos comprometidos a apoyar los derechos humanos fundamentales. Invertimos en las comunidades de nuestro entorno para crear nuevas oportunidades y crecimiento".
Sin embargo, en el Delta del Níger la realidad no podría estar más apartada de la imagen que la empresa intenta mostrar. Desde 1958, cuando Shell llegó a la región, una pesadilla comenzó para los Ogoni, una nación indígena de aproximadamente 500.000 personas que estaban viviendo en el área. Contando con el apoyo de los sucesivos gobiernos Shell tomó posesión de Ogoniland. Como en otras partes del mundo donde se explota petróleo, el resultado ha sido una alta tasa de desempleo y pobreza, devastación ambiental y la pérdida de los medios de sustento de la población local. La represión ha sido brutal. Aproximadamente 80.000 personas vieron sus aldeas destruídas y unas 2000 personas fueron muertas por las fuerzas armadas estatales. El pasado 10 de noviembre se cumplió el quinto aniversario de los asesinatos de los líderes ambientales Ken Saro Wiwa, Barinem Kiobel, John Kpuinen, Saturday Dorbee, Paul Levura, Nordu Eawo, Felix Nuate, Daniel Gboko y Baribor Bera. Su "crimen" fue luchar por los derechos de su gente contra los abusos cometidos por Shell y el gobierno militar nigeriano que la estaba apoyando.
En 1993 los Ogoni declararon a Shell "persona non grata" y lograron expulsarla de sus tierras. Pero luego de una ausencia de siete años la compañía está amenazando con volver a Ogoniland. En abril de este año se informó que el único objetivo de Shell era retirar sus instalaciones restantes, que estaban causando problemas ambientales en el área debido a la emisión de gases venenosos y a la fuga descontrolada de efluentes. Sin embargo, en octubre Shell admitió que sus verdaderas intenciones eran reactivar sus 125 pozos petrolíferos en la región. Sí esto sucede, el resultado será el incremento de la violencia, la connivencia y la miseria. Está claro que Shell tiene la respuesta a la pregunta de si hay elección entre ganancias y principios. La respuesta es sí y la elección son las ganancias.
Artículo basado sobre información obtenida de: "Some things never change" por Andy Rowell y Owens Wiwa, The Guardian, 8/11/2000; "Greenwash Award: Shell. Clouding the Issue" por Kenny Bruno, 15/11/2000; MOSOP Ogoni, 17/11/2000.