Nigeria cuenta con 11.700 kilómetros cuadrados de manglares: por su extensión, ocupan el tercer lugar en el mundo y el primero en África. La mayor extensión de este manglar se encuentra en el Delta del Níger. Nigeria es también uno de los mayores productores de petróleo, y la mayor parte de la extracción se realiza en el Delta del Níger. Allí, el petróleo abunda en las formaciones rocosas. La compleja mezcla de hidrocarburos y otros compuestos orgánicos que forman ese combustible líquido inflamable de origen fósil se extrae de los pozos que se encuentran en dichos campos petrolíferos.
Cuando el petróleo crudo es extraído, también arrastra gas asociado con él. Este gas natural podría ser separado del petróleo y utilizado, pero las empresas prefieren quemarlo. Shell-BP fue la primera en comenzar con esta práctica en los años 60.
La quema de gas natural asociada a la extracción de petróleo ha sido reconocida internacionalmente como una fuente significativa de emisiones de gas de efecto invernadero, y uno de los principales factores del cambio climático. Durante la combustión, los hidrocarburos gaseosos reaccionan con el oxígeno atmosférico para formar el dióxido de carbono (CO2).
La quema de gas también provoca lluvia ácida que acidifica los lagos y los arroyos y daña la vegetación, contamina el aire y puede causar leucemia, asma y muerte prematura.
Si bien el gobierno británico implementó políticas internas para reducir al mínimo la quema de gas en su país, las empresas británicas no aplican el mismo criterio en Nigeria, donde Shell y otras empresas que controlan el negocio del petróleo, como Agip, ExxonMobil, Texaco, TotalFinaElf y Chevron siguen quemando gas.
Es sólo una cuestión de dinero – y de poder. De dinero, porque en lugares que carecen de la infraestructura necesaria para hacer uso del gas asociado – como es el caso de los manglares del Delta del Níger – es más barato simplemente quemarlo, sin importar los impactos nocivos. De poder, porque las corporaciones transnacionales tienen la capacidad de imponer sus intereses comerciales sobre la salud, los medios de vida y los derechos humanos de las comunidades locales, mostrando así su indiferencia hacia las personas. Si bien una ley de 1984 técnicamente declaró que la quema de gas era ilegal, la industria petrolera aún quema miles de millones de metros cúbicos de gas por año.
El gas liberado es quemado por medio de chimeneas, de donde brotan considerables llamas de un anaranjado intenso, cuyo humo y enorme calor provocan la degradación y la destrucción del manglar, y siembran conflictos y muerte (ver Boletín N° 56 del WRM).
A pesar de ser un importante productor de petróleo, Nigeria se encuentra entre las naciones más pobres del mundo, probando así que las economías de los países del Sur, si están basadas en el petróleo sólo enriquecen a un pequeño grupo de transnacionales y élites locales. Además, el país padece una escasez crónica de energía.
Mucho sufrimiento, represión y muerte han acompañado la oposición de larga data a los impactos de la producción petrolera, incluyendo la polución y la quema de gas en Nigeria. En setiembre último, durante un foro comunitario interactivo sobre el impacto de la quema de gas en la comunidad de Iwherekan, Estado del Delta, los soldados nigerianos que vigilan los sitios donde Shell quema el gas arrestaron a unas 25 personas que asistían al encuentro.
Entre los detenidos había ancianos, mujeres y niños de la comunidad, miembros de la organización Acción por los Derechos Ambientales/ Amigos de la Tierra, y periodistas de diarios y estaciones de televisión nacionales, incluyendo la Autoridad Nigeriana de Televisión (NTA), propiedad del gobierno federal; la cámara del equipo de la NTA fue confiscada.
El 14 de noviembre de 2005, Shell recibió la orden de detener la quema de gas en la comunidad Iwherekan para abril de 2007. El dictamen de la Suprema Corte Federal reconoció que la práctica de la quema de gas violaba el derecho fundamental a la vida y la dignidad, y fue el resultado de un juicio iniciado el 20 de julio de 2005 por el Sr. Jonah Gbemre, en representación propia y de la comunidad Iwherekan, contra Shell, la Corporación Nacional Nigeriana de Petróleo (NNPC) y el Fiscal General de la Federación.
Sin embargo, la empresa continuó con su práctica letal de quemar gas. La gente expresó su preocupación y, aparentemente, el arresto fue para intimidar a la comunidad y para evitar las constantes campañas de los ambientalistas por el cese de la quema de gas. Nnimmo Bassey, Director Ejecutivo de la organización declaró: “Esta acción mostró claramente que este gobierno no está preocupado por el impacto de la quema de gas sobre los medios de vida y la salud de la población del Delta del Níger. Asimismo, es una clara evidencia de que la única respuesta que tiene esta administración ante la agitación legítima de los pobladores del Delta del Níger, es la intimidación, la fuerza bruta y el encubrimiento. Es una verdadera lástima que esto suceda bajo un gobierno que ha pregonado a los cuatro vientos su confianza en la autoridad de la ley”.
Artículo basado en información de: “Gas Flaring, LAC & Climate Change”, Keith R., Temas Actuales LLC, http://www.temasactuales.com/temasblog/environmental-protection/gas-flaring-lac-climate-change/ ; “Gas Flaring Disrupts Life in Oil-Producing Niger Delta”,
Ofeibea Quis-Arcton, NPR, http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=12175714 ; “Press Release: Environmentalists
Denounce Arests in Gas Flaring-Affected Community”, Environmental Rights Action/Friends of the Earth Nigeria, http://www.eraction.org/index.php?option=com_content&view=article&id=133:press-release-environmentalists-denounce-arrests-in-gas-flaring-affectedcommunity&catid=9