Nigeria tiene la superficie de bosque de manglares más grande de África, la mayor parte en el delta del Níger, donde 11.700 kilómetros cuadrados de bosques de pantano albergan especies únicas de plantas y animales.
Sin embargo, esta riqueza invaluable está en peligro debido a la industria del petróleo que controlan transnacionales como Shell, Agip, Mobil, Texaco y Chevron. Estas compañías han contribuido no solo a la destrucción de los bosques sino también a la explotación y la violación de los derechos humanos de las comunidades locales, propagando conflictos y muerte (ver Boletín Nº 56 del WRM).
Recientemente, la comunidad Odioma en el área del gobierno local de Brass en el Estado Rivers fue afectada por una tragedia. Como pasa siempre en el delta del Níger, el problema tuvo su origen en una exploración petrolera, y puede rastrearse al año 1998 cuando Shell descubrió la existencia de petróleo en Owukubu, un pantanal en la vecindad de la comunidad. La propiedad de esta área había dado origen a una disputa local entre las comunidades de Odioma y Obioku, que aún no había sido resuelta al comenzar Shell sus operaciones de perforación en el área en enero de 2005.
La comunidad de Odioma sufrió un fuerte impacto y se sintió agraviada cuando la compañía Shell comenzó las perforaciones de los pozos petroleros y diseñó una estación de flujo denominada Toru-9. Los pobladores se concentraron en gran número en el área exigiendo que la compañía detuviera las obras hasta que se realizara una consulta adecuada a la comunidad y se les acordara el debido reconocimiento de su calidad de propietarios de Owukubu. Los jóvenes de Odioma ocuparon el lugar de las obras y sólo pudieron ser retirados tras la intervención de personal militar proveniente de una comunidad vecina.
Inmediatamente, la crisis comunal se transformó en una bola de nieve que desencadenó una serie de fatalidades inenarrables. Una delegación de rivales en el reclamo por la indemnización, que según se informa se dirigía a Brass en misión de paz, fue supuestamente emboscada y atacada por líderes de Odioma. Doce personas habrían resultado muertas.
En respuesta, una Fuerza Especial Conjunta dirigida por oficiales del ejército y la marina de Nigeria invadió Odioma el 19 de enero. Los informes establecen que su actuación no solo tiene el carácter de “ejército de ocupación”, sino además de “operación de exterminio”. Como en otras operaciones de este tipo realizadas antes, el ejército invasor prendió fuego a muchísimas viviendas, asesinando a más de 1.500 personas, dejando además cientos de heridos y unas 3.000 personas detenidas como rehenes, según declaró el vocero de la comunidad de Odioma, Philemon Dickson. El resto de la población escapó, huyendo hacia el bosque de manglares y hacia otros poblados.
“Cuando ayer llegaron los soldados a la comunidad con sus barcos de guerra, nuestro pueblo creyó que llegaban en son de paz, y nadie se resistió. Nuestros jefes se reunieron inmediatamente en el palacio del Amanyanabo a esperar a los soldados para que les explicaran su misión, pero no hubo tiempo para nada más que para los disparos, unos tras otros, ... disparos y más disparos. Los soldados le disparaban a todos, y comenzaron a quemar nuestras casas a la orilla del río”, declaró Dickson.
Los miembros de la comunidad que escaparon informaron que actualmente los soldados peinan el bosque que bordea el poblado de Odioma en busca de personas que se hayan refugiado allí, llevándolas a adentrarse en los pantanos y calas, que en la mayoría de los casos están infestados de mosquitos y son prácticamente inhabitables. Es probable que sobrevengan más muertes, no sólo producto de las balas provenientes de los fusiles de los soldados sino a causa del hambre y las enfermedades.
Mientras tanto, Shell, cuya operación en Owukubu es la causa del conflicto en el área, no ha dicho una palabra.
Como dice el fuerte poema de Nnimmo Bassey: “bolsas de lágrimas secas/ arroyos contaminados/ las cosas son reales/ cuando se encuentran en sueños / vemos sus armazones con la marca de Shell/ detrás de los escudos militares/ horcas perversas, horribles, llamadas torres de perforación petrolera/ que perforan nuestras almas./ Pensamos que era petróleo, pero era sangre.”
Artículo basado en información obtenida de: “The Odioma Tragedy”, This Day, http://allafrica.com/stories/200503030172.html ; “ Briefings on the Odioma genocide 2 ”, Ogele Club, http://www.unitedijawstates.com/ogele.htm ; “ Again, genocide in the Niger Delta”, http://www.unitedijawstates.com/odioma.htm#odioma