Papúa Nueva Guinea: incentivos para las plantaciones de palma aceitera

Imagen
WRM default image

En Papúa Nueva Guinea (PNG) se encuentra uno de los bosques tropicales más grandes que quedan en el planeta. Al menos el setenta y cinco por ciento de su cobertura boscosa original sigue en pie, ocupando vastas regiones de gran riqueza biológica con un área total de 100.000 millas cuadradas. Sus bosques son el hábitat de más de 200 especies de mamíferos, 20.000 especies de plantas, 1.500 especies de árboles y 750 especies de pájaros, la mitad de las cuales son endémicas de la isla. Se ha estimado que entre el 5 y el 7% de las especies conocidas del mundo vive en PNG. Animales y plantas poco comunes como la orquídea más grande, la mariposa más grande, el lagarto más largo, la paloma más grande y el papagayo más pequeño que hayan sido registrados viven en estos bosques. El bosque también es el hogar de los pueblos indígenas. Pero estos bosques y los pueblos que habitan en ellos están amenazados por las plantaciones de palma aceitera y las actividades de madereo a gran escala.

PNG es el séptimo productor mundial y el tercer exportador de palma aceitera. Coloca casi la totalidad de su producción en Europa. El país ha desarrollado la industria de la palma aceitera en los últimos años, principalmente en la provincia de West New Britain, que es la que lidera la producción de aceite de palma en el país, y es conocida como “la provincia de la palma aceitera”.

Al principio, las plantaciones de palma aceitera fueron instrumentadas por compañías en las que el gobierno poseía acciones. Pero actualmente la situación ha cambiado con las crecientes inversiones de compañías chinas, malayas e indonesias en plantaciones de palma aceitera que destruyen los bosques para dar lugar a este monocultivo. Como consecuencia, se está produciendo la apropiación de las tierras de las comunidades locales y también la resistencia de los pobladores a esta actividad. Uno de esos casos es el del pueblo indígena Maisin, que habita el bosque tropical de Papua Nueva Guinea. Los Maisin iniciaron una acción legal contra una compañía malaya que lograron hacer llegar hasta la Suprema Corte de Papua Nueva Guinea. La compañía argumentó que poseía derechos de arrendamiento, tanto para desmontar los bosques de los Maisin como para establecer una plantación de palma aceitera. Según la constitución de Papua Nueva Guinea, los Maisin son los propietarios legales de sus tierras tradicionales. Los Maisin afirman que jamás firmaron la entrega de sus bosques y que la compañía malaya tiene en su poder un contrato de arrendamiento que no es válido con firmas falsificadas. La compañía niega los cargos, pero la Suprema Corte de Papua New Guinea prohibió la ejecución del proyecto hasta la resolución final del caso.

En vez de promover actividades ambientalmente adecuadas y de beneficio social (como el manejo comunitario de bosques), el gobierno de PNG apoya activamente ese tipo de iniciativas. En abril de este año, el Ministro de Ganadería Muki Taranupi anunció planes de incentivos impositivos para el sector de la palma aceitera, destinados a promover el crecimiento y aumentar la producción. El ministro afirmó que se ofrecerán facilidades fiscales a las plantaciones de palma aceitera y se reducirán los aranceles a las importaciones agrícolas. Añadió que también había dado instrucciones a su ministerio de examinar la posibilidad de reducir los aranceles de importación para equipos e implementos agrícola, incluyendo fertilizantes.

Es importante destacar que este tipo de actividad, que produce el empobrecimiento de las poblaciones locales (que pierden sus tierras y bosques) y el agotamiento de los recursos biológicos e hídricos, recibe fuerte apoyo gubernamental, mientras que otras actividades social y ambientalmente beneficiosas no lo reciben. En el caso de PNG, las plantaciones de palma aceitera ni siquiera están dirigidas a la producción de aceite comestible para la población local, y casi la totalidad de la producción está orientada a la exportación. Una vez más, las ganancias empresariales y los beneficios macroeconómicos parecen ser más importantes que el sustento de las poblaciones locales y la conservación del medio ambiente.

Artículo basado en información obtenida de: Papua New Guinea Rainforest Tribe Takes Timber Developers to Court; Underlying Causes of Deforestation and Forest Degradation, Papua New Guinea’s Case Study; Govt plans tax breaks for oil palm industry.