Esta edición del boletín recupera un artículo que redactamos en el WRM en 2017, en el que exponíamos cómo el reconocimiento formal del REDD+ en el Acuerdo de París representaba una posibilidad más para que las empresas y las grandes ONG conservacionistas (la industria del conservacionismo) pudieran apropiarse de más recursos financieros.
El artículo también aborda la creación de REDD+ como resultado del conservacionismo como moda, lo que firmó las bases para que bancos de inversión y gobiernos del norte global destinaran sus recursos a ese tipo de programa, despertando enseguida también el interés de corporaciones de los sectores alimentario y de bienes de consumo.
Se puede leer el artículo aquí.