Paraguay: contacto forzado trajo aparejadas enfermedad y muerte para un hombre indígena

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Su nombre era Parojnai. Pertenecía al pueblo indígena Ayoreo-Totobiegosode que habita en la selva del Chaco, la cual se extiende desde Paraguay hasta Bolivia y Argentina, al Sur de la cuenca del Amazonas.

Parojnai Picanerai, su esposa e hijos habían logrado vivir en la selva del Chaco (en Paraguay) sin contacto con el mundo exterior, a pesar de las crecientes invasiones a sus territorios. Si bien la ley paraguaya reconoce el derecho de propiedad de los Ayoreo sobre las tierras que han habitado tradicionalmente, su bosque está siendo vendido a propietarios privados y rápidamente talado por especuladores y estancieros, en primer lugar para la industria maderera y luego para la cría de ganado.

En 1979 y 1986, un grupo de la misión evangélica fundamentalista estadounidense New Tribes Mission organizó “cacerías humanas” para forzar la salida de grandes grupos de indígenas Ayoreo Totobiegosode del bosque. Posteriormente, el hostigamiento continuó a intervalos regulares con el avance de máquinas topadoras sobre la selva del Chaco. Todo eso trastornó la vida comunitaria de los Ayoreo en las aldeas; debieron armar su campamento a escondidas dentro del bosque, abandonando sus chozas y dejando atrás los cultivos que habían plantado así como sus herramientas y utensilios de cocina, posesiones muy valiosas para ellos.

Finalmente, cansados de vivir huyendo y en soledad, Parojnai y su familia se dieron por vencidos e hicieron contacto en 1998. La organización Survival International nos proporcionó su testimonio de aquel momento: “Corrimos de un lado a otro. Parecía que las topadoras nos estaban siguiendo. Tuve que dejar mis herramientas, mi arco y mi cuerda para correr más rápido…Pensamos que la topadora había visto nuestro jardín y venía a comerse la fruta – y a nosotros también.”

Se fueron a vivir a una pequeña comunidad Ayoreo en las afueras del bosque, pero apenas hicieron contacto Parojnai contrajo gripe y tuberculosis. Jonathan Mazower, activista de Survival que lo visitó en 2003 y 2007, dijo este mes: “Cuando conocí a Parojnai ya estaba muy enfermo. Pero vi fotografías suyas, tomadas al día siguiente del primer contacto, y en ese entonces estaba increíblemente en forma y saludable.”

En los primeros días de mayo, Parojnai murió. Su muerte adquirió un significado que Mazower explicó muy bien: “Para mi, la vida de Parojnai simboliza el destino de los pueblos indígenas de las Américas desde la época de Colón. La apropiación de sus tierras por extranjeros lo forzó a renunciar a su independencia, y el contacto lo expuso a una enfermedad que finalmente lo mató. Las mismas tragedias que enfrentaron los indios hace 500 años se repiten hoy entre las últimas tribus que viven en aislamiento voluntario”.

Artículo basado en información obtenida de: “Ayoreo Indian Dies after First Contact”, 7 de mayo de 2008, Survival International, http://mcsv.net/cgi-bin/redir?MCid=ADomPAu9J28E4tnmA4RM