Perú: bosques y gente amenazados por empresa minera canadiense

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Un duro golpe han recibido los agricultores y campesinos de los valles de Tambogrande, San Lorenzo y las comunidades Locuto y Nacho Távara, ubicadas en el Departamento de Piura, ante el anuncio del Primer Ministro de Alejandro Toledo, quien señaló que el país se convertirá en líder mundial minero, sin tomar en cuenta la decisión de las poblaciones asentadas en la zona por cientos de años.

En 1999 el gobierno peruano y la empresa canadiense Manhattan Sechura S.A. suscribieron un acuerdo que le otorgaba a la compañía minera 89 mil hectáreas de tierras alrededor del pueblo de Tambogrande, en el departamento de Piura, al norte del Perú, para la explotación minera. La empresa transnacional Manhattan Minerals Corp (de origen canadiense), pretende explotar un yacimiento polimetálico bajo la modalidad de tajo abierto. La construcción de la mina, requerirá la reubicación de aproximadamente 25.000 personas, el desvío del cauce de un río, y provocará la destrucción de los bosques de algarrobo existentes en la zona.

Los pobladores de Tambogrande, que se ganan su sustento a través de la agricultura, rechazan la actividad minera en la zona por los riesgos que ella implica y han iniciado una agresiva campaña para impedir que se concrete el proyecto.

José Valeriano Márquez Nima se sienta sobre la loma de arena en Locuto y mira hacia el horizonte. Observa por un momento el río Piura y el pueblo de Tambogrande y vuelve sus ojos a los extensos bosques de algarrobales y pasturas a donde llevan a sus animales y por donde caminan a diario para recoger algarroba, que es la base económica de cerca de casi 1.000 campesinos de la Comunidad Apóstol Juan Bautista de Locuto.

La algarroba es un producto de demanda regional, y nacional, con preferencia para la alimentación del ganado vacuno de engorde y leche. La algarroba de Piura tiene como mercados los departamentos de Lima, La Libertad, Lambayeque, Tumbes y Cajamarca. Su producción es la actividad de mayor rentabilidad en relación con la producción de leña y carbón.

Las familias asentadas en las Comunidades de Locuto y Nacho Távara, que se verán afectadas por la extracción minera del Proyecto de la Manhattan Minerals Corp., obtienen ingresos significativos cercanos o mayores al 50% del total de sus ingresos como consecuencia de la venta de algarroba y de animales criados en el bosque, permitiéndoles satisfacer gran parte de sus necesidades básicas de alimentación, vestimenta y educación. El 70% de los pobladores asentados en este medio, no solo conservan sus bosques sino que les vienen dando un manejo adecuado, aportando de esta manera al mantenimiento del equilibrio ecológico del medio.

A pesar de que el poder económico ha descargado sus baterías y está usando todos los medios posibles para ser aceptado por la comunidad, existe una fuerte resistencia de las poblaciones de Tambogrande, San Lorenzo y Locuto, que basan su economía en la agricultura. Los agricultores se han organizado, han realizado varias movilizaciones y unos 28 mil ciudadanos han suscrito un memorial que el Municipio elevará al Ejecutivo solicitando se deroguen los decretos supremos que otorgaron a la Manhattan Minerals Corp. la concesión y piden que se declare la intangibilidad de sus tierras.

Es importante señalar que los graves impactos generados por las empresas mineras canadienses en todo el mundo han sido documentados y analizados en un trabajo realizado conjuntamente por el Forest Peoples Programme, el Philippine Indigenous Peoples Link y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales. Los resultados de dicho estudio fueron resumidos en la publicación “Socavando los Bosques. La necesidad de controlar las empresas mineras transnacionales: un estudio de caso canadiense”. Quienes deseen adquirir una copia pueden solicitarla en la oficina del Forest Peoples Programme.
Próximamente estará disponible en nuestro sitio web.

Artículo elaborado en base a información obtenida de: Margarita Vega,