Los esquemas de MDL basados en los sumideros de carbono en el sector forestal, anunciados con bombos y platillos como la panacea para la mitigación del cambio climático, son en cambio peligrosos desde el punto de vista social y ambiental. A pesar de ello, las discusiones que se vienen dando a nivel oficial ignoran estos puntos fundamentales. Indudablemente algunos tienen mucho para ganar de este mercadeo de la naturaleza. ¿Quiénes son los influyentes actores detrás del escenario en el mercado del carbono? He aquí una descripción de algunos de los más relevantes.
- La industria
Las grandes corporaciones están tanto influyendo a los tomadores de decisiones como emprendiendo acciones directas en el recientemente creado mercado del carbono. Repentinamente la industria ha descubierto lo rentables que pueden ser los árboles, y los proyectos de plantaciones para sumideros están creciendo como hongos en el Sur. Por ejemplo, en enero de 1999 la Federación Japonesa de Organizaciones Económicas propuso al Presidente de China Jiang Zemin que un grupo de compañías japonesas lleven adelante un programa de plantaciones en ese país para asegurarse mayores cuotas de emisión de dióxido de carbono bajo el MDL. También el año pasado la Confederación de la Industria Británica trató de lanzar un sistema de mercadeo del carbono a efectos de frenar o reducir un impuesto sobre la energía planteado por el gobierno de ese país.
Desde el inicio mismo del proceso de la Convención sobre Cambio Climático, el poderoso lobby de la industria petrolera que opera al nivel del Senado de los EE.UU. indujo a los delegados de ese país en las negociaciones sobre el clima a abstenerse de todo compromiso, incluso para una mínima reducción en las emisiones de CO2. Luego del Protocolo de Kioto, esas empresas instruyeron a los delegados de los EE.UU. y de otros países industriales para que apoyaran la comercialización de “compensaciones” de carbono, incluyendo créditos de carbono provenientes de plantaciones forestales. En países situados en diferentes regiones del mundo, tales como Costa Rica, Uganda y Australia, las compañías que explotan petróleo, carbón y gas natural han firmado acuerdos para instalar proyectos de secuestro de carbono a través de plantaciones --las mismas compañías cuyas actividades provocan severos impactos ambientales y sociales en detrimento de las comunidades locales.
Siendo el transporte basado en combustibles fósiles una de las principales causas del calentamiento global, también las empresas automovilísticas están tratando de cambiar su imagen. Mazda ha anunciado que plantará cinco árboles por cada unidad del nuevo modelo Demio que se venda en Inglaterra, a fin de “compensar” de ese modo las emisiones producidas por el auto en su primer año de utilización. Avis Europa planea plantar un árbol por cada auto de su flota, en tanto la Federation Internationale de l'Automobile tiene un proyecto para la plantación de 30.000 árboles en Chiapas, México, sobre tierras habitadas por comunidades mayas, para "compensar" por el carbono emitido anualmente en las carreras de Fórmula Uno.
- Las agencias multilaterales
Desde 1997 el Banco Mundial se ha estado ocupando del tema cambio climático. El Banco está usando fondos de empresas públicas y de gobiernos del Norte para desarrollar el denominado Fondo Prototipo de Carbono (PCF, por su sigla en inglés), cuyo propósito es facilitar "las inversiones en mercados globales de gases de efecto invernadero" y que tiene una cartera de proyectos en el Sur. Durante un encuentro de los Cuerpos Subsidiarios de la Convención sobre Cambio Climático realizado en Bonn en junio pasado, un delegado del Banco Mundial, dirigiéndose a una audiencia formada básicamente por gente de negocios, dejó claro que el PCF fue diseñado para que la reducción de emisiones le resultara más barata al Norte, y la mayor parte de su presentación estuvo centrada en qué poco las corporaciones del Norte tendrían que pagar por evitar tener que reducir la contaminación en la fuente en caso de que se adhieran al PCF. Una importante tarea del PCF es generar confianza entre compradores y vendedores de los denominados "productos" del clima. Empresas como British Petroleum y Mitsubishi, así como varias firmas nórdicas, han expresado su interés en esta iniciativa. El PCF fue creado pensando exclusivamente en proyectos del sector energético, aunque luego se dio un viraje y ahora se dice que el 10% de estos fondos será destinado a proyectos de sumideros de carbono mediante forestación. A pesar de los impactos sociales y ambientales negativos de los monocultivos forestales, el Banco insiste en promoverlos, ahora bajo el disfraz de sumideros. El Banco también está implicado en el diseño de un MDL para subsidiar el comercio de los "créditos de carbono" resultantes, ofreciendo para ello un banco o una bolsa de valores de carbono.
Las Naciones Unidas también están involucradas en el nuevo mercado del carbono. El Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) --cuyas agencias implementadoras son el PNUMA, el PNUD y el Banco Mundial-- está promoviendo el PCF a través de la creación de sumideros de bajo costo. Resulta difícil de entender de qué manera los monocultivos forestales como sumideros de carbono, habrán de contribuir a la conservación de la biodiversidad, que es una de las áreas de acción prioritarias del GEF. A su vez la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) está destinando dinero de los contribuyentes al establecimiento de una Asociación Internacional para el Comercio de Emisiones, formada por alrededor de 60 empresas transnacionales y organizaciones ambientalistas, que procuran dinamizar el mercado del carbono.
- Los gobiernos
A nivel político la acción de algunos gobiernos del Norte --en connivencia con intereses empresariales que buscan eludir su responsabilidad en la generación del calentamiento global-- constituye la columna vertebral de todo este proceso.
Debido a sus elevadas emisiones per cápita en materia de dióxido de carbono, a su renuencia a aceptar las restringidas limitaciones establecidas por la Convención Marco sobre Cambio Climático en Kioto, y a la influencia directa e indirecta que ejerce sobre otros gobiernos, los EE.UU. son uno de los principales actores en este proceso. En julio pasado, el Senado de ese país aprobó la Ley para el Incentivo del Secuestro Internacional de Carbono", de acuerdo con la cual "las empresas estadounidenses que resulten elegibles podrán optar por recibir un crédito de inversión o acceder a préstamos a un interés bajo, así como opciones de seguro sobre inversiones para secuestro de carbono en otros países". El accionar del gobierno de los EE.UU. parece estar en contra de la visión de la opinión pública en su propio país. Según una encuesta realizada recientemente, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses están a favor de la reducción de gases de efecto invernadero por las fuentes industriales a nivel doméstico, en lugar de medidas adicionales como la de los sumideros de carbono.
Otro entusiasta promotor de los sumideros de carbono en el sector forestal es Canadá. La Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) ha acordado perdonar una pequeña fracción de la deuda que Honduras mantiene con dicho país, a cambio de que el país centroamericano instale una oficina en la órbita del Protocolo de Kioto a efectos de promover las plantaciones forestales y monitorear la conservación de los bosques. Ello permitiría a Canadá recibir créditos de carbono sin necesidad de recurrir a reducciones a nivel doméstico.
La posición de Australia es digna de mención. Formando parte del grupo de países del Anexo I del Protocolo de Kioto y ejerciendo una gran influencia a nivel de la región de Oceanía, Australia espera que su participación en el mercado del carbono habrá de promover su crecimiento económico. Un ministro de agricultura de Nueva Gales del Sur ha mencionado recientemente los beneficios de una "nueva y dinámica industria", capaz de generar nuevos puestos de trabajo al instalar un millón de hectáreas de nuevas plantaciones, algunas de las cuales serán financiadas con dinero de empresas japonesas del sector de la energía.
Pese a que los gobiernos europeos han adoptado una posición más cauta en el tema, algunos de ellos están impulsando proyectos forestales bajo el MDL. Las plantaciones holandesas en los Andes ecuatorianos y las noruegas en Uganda muestran que incluso países que en el escenario político mundial tratan de aparecer como amistosos en relación con el ambiente, han aprovechado la oportunidad para hacer buenos negocios en el mercado del carbono.
Para compensar sus emisiones Japón está planeando recurrir a proyectos de forestación en otros países, como ser en la vecina China. El gobierno japonés está procurando aumentar la cantidad de carbono absorbido acreditada a su país en el rubro "actividades inducidas por el hombre", incluyendo el carbono absorbido por las nuevas plantaciones. Tal posición no resulta sorprendente: la agencia de cooperación japonesa JICA ha sido uno de los principales promotores del modelo basado en monocultivos forestales, a la vez que el crecimiento económico de este país se ha basado en la enorme huella ecológica provocada por la explotación de los recursos de otros países y el depósito de sus residuos industriales en el extranjero.
Los sumideros mediante plantaciones también están siendo promovidos por algunos gobiernos del Sur, quienes los ven como una oportunidad inmediata de obtener dinero proveniente de inversores extranjeros. Argentina, Colombia, Bolivia, Uruguay, Costa Rica, México, Chile, Guatemala y otros países están procurando que las plantaciones como sumideros de carbono sean incluidas en el MDL. Ello significa que estos gobiernos aceptan alegremente la función de basureros de carbono para sus territorios y se niegan a ver los impactos negativos desde el punto de vista social y ambiental provocados por las plantaciones forestales.
- Las empresas consultoras
El mercado del carbono ha creado oportunidades para la generación de instituciones, puestos pagos y prestigio para un creciente número de profesionales deseosos de trabajar haciendo investigación, certificación y administración en proyectos de plantaciones para "compensación" de carbono, quienes a su vez juegan un papel preponderante al "creer" en su eficiencia. Consultoras tales como SGS Forestry, Margules Poyry y Econergy International Corporation pueden obtener lucrativos contratos para monitorear y justificar proyectos de forestación para carbono. En la Cámara de Comercio de Chicago ya se están ofreciendo créditos de carbono certificados por SGS. Algunos consultores incluso se mueven en un circuito que pasa por prestar servicios en oficinas de las Naciones Unidas, hacer lobby en la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención sobre Cambio Climático y atender sus propios negocios en proyectos de "deducción" de carbono. Mark Trexler, por ejemplo --cuya firma Trexler & Associates está lista para amasar fortunas con la promoción del comercio de carbono-- estuvo en la COP IV de Buenos Aires y, a la vez, es editor de la revisión de uno de los capítulos del Informe Especial del Panel Intergubernamental de Cambio Climático sobre Uso del Suelo, Cambios en el Uso del Suelo y Forestación. En dicho informe participaron también personas que trabajan para otras consultoras, tales como Winrock International, Ecosecurities Ltd, SGS Forestry y Edinburgh Centre for Carbon Management. No puede sorprender, entonces, que el informe haya puesto el sello de aprobación "científica" a la idea de que es posible realizar una contabilidad del carbono que implique a las plantaciones forestales y las emisiones industriales.
- Empresas, profesionales e investigadores en el área forestal
El mercado del carbono constituye una excelente oportunidad para que las empresas forestales no sólo incrementen sus negocios, sino también para que traten de adquirir una imagen "verde". Se teme que, en caso de incluirse los monocultivos forestales en el MDL, aumente la sustitución de áreas de bosques por plantaciones en los países tropicales, a la vez que su expansión destruya los ecosistemas de pradera de las regiones templadas, cuyos suelos constituyen efectivos reservorios de carbono.
Muchos profesionales forestales ven el auge de las plantaciones para sumideros de carbono como una forma de aumentar la importancia de su profesión ante los ojos de la opinión pública en relación con la mitigación del cambio climático. Por otra parte --aún más importantemente-- un aumento de las áreas plantadas puede significarles mejores oportunidades de empleos bien pagos para el establecimiento y manejo de éstas, así como en el campo de la investigación, tanto en forestación como en biotecnología a fin de producir árboles que crezcan más rápido y capturen más carbono.
- Otros
Hay muchos otros actores que juegan algún papel en la promoción directa o indirecta del mercado del carbono en este nuevo escenario y que se benefician de ello. Firmas comerciales, agentes promotores, bancos, académicos, burócratas y consultores profesionales se cuentan entre los potenciales o reales beneficiarios de este enfoque orientado al mercado.