Represa vietnamita afecta a Camboya

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Las aguas de la represa sobre las cataratas del Yali en Vietnam --que se viene construyendo desde hace siete años con fondos de los gobiernos de Rusia y Ucrania y está evaluada en U$S 1.000 millones-- se vierten en el río Se San, que atraviesa Camboya hacia el Mekong. Previo a los inicios de la obra no se realizó ningún estudio del impacto ambiental que la misma produciría sobre territorio camboyano. Un reciente estudio realizado por la Agencia Pesquera de la Provincia de Ratanakiri junto a Non-Timber Forest Products (NTFP) Project --una ONG de dicha provincia-- demuestra que esa represa está trayendo muerte, enfermedades y destrucción ambiental a Camboya incluso antes de entrar plenamente en operación.

A principios del año pasado se dieron a conocer los primeros informes en Ratanakiri en torno a los problemas surgidos en el río Se San, identificándose como origen de los mismos a la represa de las cataratas del Yali, ubicada aguas arriba en Vietnam.

Moradores camboyanos de las orillas del Se San informaron de repentinas subidas del nivel del río, que provocaron la muerte de 32 personas, la mayoría de las cuales niños y niñas. El caso individual más terrible fue el de tres adolescentes que fueron arrastradas por la corriente mientras intentaban atravesar el río. Los aldeanos mencionaron que sus barcas y redes de pesca habían sido barridas, su ganado ahogado y sus cosechas inundadas.

Por otra parte, los pobladores locales mencionaron la muerte de 952 personas a causa de enfermedades vinculadas con la alteración de la calidad del agua en los últimos cuatro años. Asimismo se informó de la pérdida de miles de cabezas de ganado, así como de un número significativo de animales salvajes luego de que bebieran agua del río.

Según el estudio realizado por la Agencia Pequera de la provincia y el NTFP Project, se ha constatado un notable deterioro de la calidad del agua desde 1996. El agua que corre río abajo presenta una coloración rojiza, se ve barrosa y emite el olor característico del agua estancada.

El informe no cuantifica los efectos de la calidad del agua sobre la salud, pero señala que los pobladores ribereños han percibido un rápido deterioro en las condiciones de salud tras que se dieran estos cambios. Estos se quejan de picazón, aparición de bultos e infecciones en la piel, así como irritación en los ojos. Se informó asimismo acerca de otros problemas sanitarios cuya aparición ha coincidido con las violentas subidas de las aguas. Entre ellos: dolores de estómago, diarrea, problemas respiratorios, irritación de la mucosa de la garganta y la nariz, mareos, vómitos y tos. Algunas personas informaron de la muerte de familiares entre uno y cinco días después de la aparición de los síntomas.

La Provincia de Ratanakiri presenta uno de los niveles más altos de biodiversidad de Camboya. Muchos animales de la fauna local han sido seriamente afectados por los cambios en la hidrología del Se San y también han sufrido el efecto de la alteración de la calidad de las aguas.

En el Parque Nacional Virachey, ubicado en la región norte del río Se San en los distritos de Veng y Ven Say, han muerto más reptiles, mamíferos y aves que habitualmente. Personas de muchas comunidades a lo largo del Se San han informado haber encontrado animales muertos cerca de sus aldeas en los últimos años. Muchas de ellas creen que los animales habían bajado hasta el río a tomar agua y murieron poco después.

También se cree que los cambios en la calidad el agua han afectado a las poblaciones de peces y a su hábitat. El número de peces ha declinado notoriamente, habiendo la pesca en algunos casos descendido hasta en un 30%.

Por otra parte, cuatro años de inundaciones irregulares han provocado una grave escasez de alimentos para la población de la zona. Los cultivos de la estación seca, que se instalan a orillas del Se San, han sido barridos por las crecidas tras las descargas de la represa. Ahora la población local recurre a papas silvestres y otros tubérculos para alimentarse. Asimismo, en los últimos años ha disminuido enormemente la población de 14 plantas acuáticas silvestres que los pobladores locales utilizan para su alimentación.

En mayo de 2000 se realizó un taller de dos días a efectos de discutir los efectos de la represa, al que concurrieron representantes de grupos de minorías étnicas que habitan en las orillas del Se San, ONGs locales e internacionales y funcionarios del gobierno provincial. El reclamo porque se restauren las condiciones del río fue mucho mayor que cualquier pedido de compensación económica.

“Ahora hablan de compensarnos, ¿pero van a alimentarnos toda la vida? Ello parece imposible, ¿y qué sucederá con nuestros hijos y nietos? ¿Cómo van a sobrevivir? Queremos que vuelva el viejo Se San para que podamos pescar y hacer todo lo que hacíamos antes” manifestó Lamas Voen, habitante de la aldea de Phi.

Artículo basado en información obtenida de: “Huge Viet dam devastates Se San valley and its people”, por Bou Saroeun, Phnom Penh Post, June 9-22 2000; Kate Colvin y Dave Hubbel, ”People of Se San River Suffer Dam-Induced Floods, Famine”.