Comunidades, pueblos y organizaciones de la sociedad civil han trabajado durante varios años para hacer visibles los importantes beneficios del ecosistema manglar y su existencia, luchando por reivindicar a los manglares como sistemas altamente productivos que constituyen medios de sustento y espacios donde se vive y practican las culturas y tradiciones de los pueblos costeros. “El manglar es nuestra empresa natural, es nuestro empleo, no nos pide antecedentes, hoja de vida o identificación, mientras tengamos salud podemos tirar la atarraya y sacar nuestro alimento”,afirma Enrique Bonilla, presidente de Cogmanglar y pescador de Chameperico, Guatemala.
Hoy en día la percepción que se tenía de los manglares como espacios infestados de zancudos y mosquitos ha cambiado, pero las lucha por su defensa se hacen cada vez más fuertes ante nuevos y agresivos actores que amenazan su existencia y la de los pueblos y comunidades que los habitan desde América Latina, Asia y África. “Nos están exterminando lentamente, las políticas del gobierno nos criminalizan y empobrecen. No somos pobres, tenemos grandes riquezas que los poderosos quieren apropiarse, a eso le llamamos racismo ambiental”, Marizhelia López del Movimento dos Pescadores e Pescadoras de Bahía Brasil expresa así su preocupación por la pérdida de los territorios.
Además de la industria del camarón, histórica responsable de la destrucción de miles de hectáreas de manglares en las zonas tropicales, se suman al listado de amenazas la explotación petrolera, los mega proyectos turísticos, las represas y embalses de ríos, la minería metálica en las costas y lechos marinos, los monocultivos de árboles y de cultivos para agrocombustible – como la caña de azúcar y la palma africana –, grandes complejos portuarios, proyectos eólicos, ente otras. Todas estas actividades amenazan cada vez más los medios de vida colectivos y la vida de los pueblos costeros y configuran un proceso de privatización y acaparamiento de los territorios, de extracción y explotación de la naturaleza que benefician exclusivamente a intereses particulares y privados. Como un ejemplo de esto, recientemente en Honduras el gobierno lanzo la propuesta de las ciudades modelo o Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en la zona sur del país, según el Comité de la Defensa y Desarrollo de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca (Coddeffagol), la propuesta es aberrante y representa daños irreversibles a los humedales manglares del Golfo.
El manglar, considerado entre las cinco unidades ecológicas más productivas del planeta, es la principal fuente de alimento y sustento para millones de familias costeras que practican la pesca artesanal y de subsistencia, la recolección de conchas, caracoles, cangrejos. Por ello, el manglar es base de la soberanía alimentaria de los pueblos. Además el manglar es una barrera natural ante los impactos del cambio climático. Para Silvia Quiroa de CESTA, El Salvador: “La crisis climática es una realidad que ya está afectando a comunidades y pueblos, debemos cuestionar y oponernos a la instrumentalización de los manglares como sumideros de carbono, la sobrevivencia de los pueblos será el camino”
Sobre todo, el manglar es territorio; es uno de los elementos fundamentales que sustenta la vida en las zonas costeras, que en la mayoría de los países son zonas de uso público. Para Líder Góngora de Ccondem Ecuador: “Es importante reconocer la maternidad del manglar, es como una matriz donde se crían, protegen y reproducen diversidad de especies”.
Reivindicar el carácter público de los territorios marino costeros es estratégico, y al mismo tiempo los derechos colectivos de las comunidades y pueblos que los habitan a decidir sobre su gestión, protección, utilización y administración colectiva. Es un derecho que les corresponde porque han sido quienes durante largo tiempo han garantizado la existencia de los manglares en función de su sabiduría, su cultura propia y sus conocimientos y tradiciones ancestrales, transmitidas de generación en generación. “En Guatemala durante décadas se han privatizado las Reservas Territoriales de la Nación, utilizadas por los políticos como botines en sus campañas, aún existen grandes intereses de terratenientes, azucareros, camaroneras y urbanizadoras por continuar acaparando más territorios”, Sergio Maldonado, Avedichamp, Guatemala.
En la lucha por los manglares, las mujeres tienen un papel fundamental, la contribución de las mujeres en el desarrollo local, comunitario, así como sus aportes a la construcción y defensa de los territorios, y al resguardo y transmisión de los conocimientos, son imprescindibles, deben ser valorados y visibilizados. Por otra parte es necesario reconocer la situación de desigualdad entre hombres y mujeres para fomentar la justicia y equidad social.
Los integrantes de la Redmanglar Internacional pensamos en un mundo donde se privilegie el uso ancestral del territorio para sostener la vida por encima del negocio, donde las poblaciones locales recuperen su economía propia y tengamos intercambios solidarios y equitativos entre pueblos.
Por Carlos Salvatierra, Secretario Ejecutivo Redmanglar Internacional. Texto basado en diálogos de reunión estratégica de Redmanglar, febrero 2014.