Millones de hectáreas de zonas boscosas en Malasia han sido elegidas para desarrollar plantaciones de monocultivos - incluyendo plantaciones forestales -, aunque muchas de ellas aún no se han establecido en su totalidad. Todavía es posible detener la destrucción de muchas vidas y territorios indígenas.
A pesar de su proximidad al Parque Nacional Gunung Mulu, zona de Patrimonio Mundial de la UNESCO, la comunidad indígena Penan de Kampung Batu Bungan, en el estado de Mulu, en Sarawak, informó en enero de 2019 que su territorio ancestral ha sido invadido por la construcción de un camino para desarrollar una plantación de palma aceitera. La comunidad instaló un bloqueo contra las obras de Radiant Lagoon, una empresa de aceite de palma de Malasia, y presentó un informe policial en Marudi para detener la invasión. Según se informa, los trabajadores que estaban construyendo la carretera simplemente desmantelaron el bloqueo.
Además del camino, la compañía ya está preparando plántulas de palma aceitera. En marzo de 2019, aldeanos de Penan y Berawan, en la región de Mulu, encontraron en el vivero de plántulas de palma aceitera de Radiant Lagoon docenas de kilos de Antracol, un plaguicida cuyo uso ha sido prohibido por la Unión Europea por sus posibles efectos en mujeres embarazadas, pues podría causar daño al feto. (1)
Promesas del gobierno versus acciones del gobierno
En septiembre de 2018, el Ministro federal de Industrias de Plantaciones anunció que el nuevo gobierno no permitiría que se siguieran expandiendo las plantaciones de palma aceitera en el país. Este anuncio se dio en el marco de sus esfuerzos por garantizar que Malasia mantenga una cobertura forestal del 50 por ciento. En diciembre, Sarawak también anunció que adoptaría este compromiso. Sin embargo, persisten muchas dudas sobre lo que realmente significa esta promesa.
Entre fines de la década de 1990 y mediados de la década de 2000, el Departamento de Bosques de Sarawak ha concedido un total de 43 licencias para la plantación de árboles maderables, abarcando una superficie de 2,8 millones de hectáreas bajo su sistema de Licencia para Bosques Plantados (LPF, por su sigla en inglés).
Estas licencias LPF se conceden tanto para los bosques de producción que son zona de reserva como para los bosques de tierras estatales que no son zona de reserva. Los bosques de producción que son zona de reserva son bosques que por ley han sido destinados a la producción de madera “de forma sostenible” a perpetuidad y quedan bajo la autoridad del Departamento de Bosques. Los bosques de tierras estatales que no son zona de reserva son los bosques restantes que no reciben esa “protección” y pueden convertirse legalmente a otras actividades de uso de la tierra y todavía están parcialmente bajo la autoridad del Departamento de Tierras y Mapeo. Por lo tanto, la tala en un bosque de producción sigue pautas y planes de manejo más estrictos, en comparación con los bosques estatales que no son zona de reserva.
Algunas de las licencias LPF permiten a las empresas utilizar no más del 20 por ciento de la superficie que tienen en concesión para el cultivo de palma aceitera. Las áreas que pueden ser plantadas se estiman en 1,3 millones de hectáreas para árboles maderables y 285.520 hectáreas para palma aceitera. En diciembre de 2013 se habían plantado 325.314 y 146.578 hectáreas con árboles maderables y palma aceitera, respectivamente. (2) A pesar de la falta de cifras oficiales más recientes, la organización Sahabat Alam Malaysia, SAM (Amigos de la Tierra Malasia) estima que en Sarawak ya se ha entregado la mayoría de las licencias disponibles. Sin embargo, no todas se han llevado a cabo, ya que se trata de grandes superficies dadas en concesión.
Además, desde fines de la década de 1990, el Departamento de Tierras y Mapeo de Sarawak también ha concedido permisos de plantación en tierras que no están bajo la autoridad del Departamento de Bosques. Dichas tierras a su vez pueden quedar bajo la autoridad de otros organismos, tales como la Autoridad de Custodia y Desarrollo de Tierras (LCDA) y la Junta de Desarrollo de Tierras de Sarawak (SLDB). Estas pueden ser explotadas por el sector privado o el público, o mediante algún tipo de asociación público-privada, con o sin la participación de las comunidades nativas. A partir de los datos de las páginas web de varios organismos estatales y federales, SAM (Amigos de la Tierra Malasia) ha estimado que hoy en día la tierra destinada a plantaciones fuera del sistema LPF puede llegar a unas 800.000 hectáreas. (3) Sin embargo, no se dispone de datos completos sobre el tamaño total de las licencias que se han concedido realmente, y en qué medida involucran el cultivo de palma aceitera. Mientras tanto, la Junta de Aceite de Palma de Malasia (MPOB) muestra que en 2017, la superficie del cultivo de palma aceitera en Sarawak alcanzó las 1,5 millones de hectáreas. (4)
Es importante señalar que las plantaciones de palma aceitera no son la única causa de conflictos y destrucción de bosques en Malasia. Las plantaciones industriales de árboles para la extracción de madera y las represas hidroeléctricas son otras dos causas de conflictos y deforestación. En los hechos, los monocultivos forestales para la extracción de madera y de árboles de palma aceitera están permitidos en los bosques de producción que son zona de reserva. En Sarawak, ese tipo de conversión de tierras boscosas también tiene lugar en bosques estatales que no son zona de reserva.
Es así que desde fines de la década de 1990, en Sarawak se autorizaron más de 3 millones de hectáreas para el establecimiento de monocultivos (considerando las licencias LPF, las emitidas por el Departamento de Tierras y Mapeo y la agencia federal para las estadísticas del desarrollo de palma aceitera), en donde la superficie total destinada a las plantaciones de árboles maderables es mayor que la destinada a palma aceitera. Esto es una cuarta parte de la tierra total de Sarawak. Además, la investigación de SAM ha demostrado que la misma tendencia se da también en Malasia Peninsular y Sabah. (5) En 2017, en Malasia peninsular se destinaron 399.861 hectáreas de sus bosques de producción para el establecimiento de plantaciones de árboles maderables. (6) En el mismo año, en Sabah se destinaron 451.239 hectáreas de sus bosques de producción que son zona de reserva para plantaciones forestales y otras 77.134 hectáreas para el cultivo de palma aceitera. (7) En total, en Malasia, la superficie seleccionada para el establecimiento de nuevas plantaciones de monocultivos que incluyen conversiones de bosques es de al menos 3,7 millones de hectáreas, más grande que el tamaño del estado de Pahang. Muchas de estas zonas también se encuentran dentro de territorios tradicionales indígenas.
Los problemas centrales son, por lo tanto, la deforestación y las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas y sus derechos consuetudinarios a la tierra, como lo demuestra el caso de Batu Bungan. La palma aceitera es solo una de las mercancías (commodities) de preferencia.
Por lo tanto, la ambición del nuevo gobierno federal de mantener una cobertura forestal nacional del 50 por ciento parece apoyarse en estadísticas que incluyen en la “cobertura forestal” a las plantaciones de monocultivos, junto con fragmentos de bosques adyacentes. Esto sería coherente con la engañosa definición de bosques que hace la FAO.
Según la comunidad de Kampung Batu Bungan, ya ha habido una destrucción considerable del bosque, el río y otros recursos como resultado de la construcción de caminos. La comunidad había oído hablar por primera vez de la plantación de palma aceitera en 2018, pero nunca aceptó el proyecto. La ausencia de un proceso de consulta genuino también implica que las personas se queden sin información crucial. No recibieron documentos que identificaran a los proponentes del proyecto, sus agentes, el límite y el tamaño de las operaciones del proyecto y otros detalles importantes. También se preguntan acerca de los beneficios que se derivan de los árboles talados para la construcción de caminos. La comunidad exige que se detenga de inmediato la invasión de su territorio ancestral.
Esta situación no es un caso aislado en Sarawak, ni siquiera en Malasia. No se trata solo de plantaciones de palma aceitera. Como lo indica el Informe de la Investigación Nacional sobre los Derechos a la Tierra de los Pueblos Indígenas, publicado en 2013 por la Comisión de Derechos Humanos de Malasia (SUHAKAM), las violaciones de los derechos indígenas consuetudinarios a la tierra en el país son un problema sistémico y la solución a la falta de seguridad en materia de tenencia de la tierra debe ser prioritaria.
Esto, en línea con el compromiso de los gobiernos federales y estatales de detener la deforestación, pone de relieve la necesidad de revisar y revocar las grandes licencias de monocultivos que afectan los territorios consuetudinarios indígenas y los bosques de producción reservada, así como los bosques estatales no reservados, independientemente de la mercancía (commodity) involucrada.
Además, el gabinete federal debe proporcionar una actualización del informe nacional de investigación de SUHAKAM. Es hora de que los gobiernos federal y estatal presten atención a las recomendaciones del informe SUHAKAM de 2013 y protejan los derechos de los pueblos indígenas del país. También es imperativo que los gobiernos federal y estatal respeten el reclamo de la comunidad Penan de Kampung Batu Bungan. También debe considerarse su proximidad al internacionalmente reconocido Parque Nacional Gunung Mulu.
Si bien desde la década de 1990 las agencias estatales han designado al menos 3,4 millones de hectáreas de zonas en su mayoría boscosas para el establecimiento de monocultivos, incluidas las plantaciones de palma aceitera, muchas de estas plantaciones aún no se han establecido completamente. Por eso todavía existe la oportunidad de detener la destrucción de muchos territorios indígenas y reconocer sus derechos sobre sus tierras ancestrales. Esto protegería una superficie considerable de la actual cobertura forestal natural, lo que incluye a los bosques que constituyen el hogar de la comunidad de Kampung Batu Bungan, en Mulu, Sarawak.
Sahabat Alam Malaysia, SAM (Amigos de la Tierra Malasia)
https://www.foe-malaysia.org/
(1) Bruno Manser Fonds, Save the Mulu Rainforest
(2) Página web oficial del Departamento de Bosques de Sarawak, Desarrollo de las plantaciones forestales en Sarawak. Por más información ver “Malaysian palm oil – Green gold or green wash”, Amigos de la Tierra Internacional y otros grupos miembro, 2008.
(3) Land Custody and Development Authority (PELITA), Plantation development ; Sarawak Land Consolidation and Rehabilitation Authority (SALCRA), Oil Palm y Sarawak Plantation Berhad (SPB), Location of operation units.
(4) Ministerio de Industrias Primarias, Aceite de Palma
(5) SAM, Urgent call to halt further forest conversions, 2016.
(6) Informe anual 2017, Departamento Forestal de Malasia Peninsular
(7) Informe anual 2017, Departamento Forestal de Sabah