Recientemente, una joint venture entre Heritage Oil & Gas (una subsidiaria de la Heritage Oil Corp. con sede en Canadá) y Energy Africa de Sudáfrica anunció los resultados preliminares de sus pruebas de perforación. La exploración en busca de petróleo ha estado en marcha desde hace ya un tiempo en la zona cercana a la frontera oeste del país y los resultados muestran la existencia de depósitos de petróleo de miles de millones de barriles a lo largo del Valle del Rift. La cuenca del río Semliki en Uganda, 265 km al oeste de Kampala, es parte de un futuro campo petrolero mucho mayor, que se extiende en el territorio oriental de la República Democrática del Congo, que según afirma Heritage Oil tiene reservas estimadas en varios cientos de millones de barriles.
Esta noticia llega a un país cuyo crecimiento económico ha caído de un promedio de siete por ciento a cinco por ciento. Las ganancias del café, durante décadas principal fuente de ingreso de divisas del país, también están disminuyendo debido a los bajos precios mundiales y a la marchitez del café, enfermedad que afectó a millones de árboles. Por otra parte, los temas de la seguridad, tanto interna como externa, han afectado al sector de turismo, que en el pasado era un importante generador de divisas. La deuda externa de Uganda, que en los 1980s rondaba los US$ 2,5 mil millones, ha crecido a US$ 3,6 mil millones, mientras que el desempleo ha aumentado vertiginosamente. Según cifras oficiales, la cubierta boscosa se redujo, pasando de un estimado de 45 % del área total en 1900 a sólo 7,7 % a fines de 1995. El gobierno no parece tener soluciones inmediatas para estos problemas.
Para los promotores de un modelo de "desarrollo" basado en la exportación de recursos naturales --el papel asignado a los países empobrecidos pero ricos en recursos en el marco de la economía global-- la solución está al alcance de la mano: Uganda puede comenzar pronto a exportar cantidades importantes de petróleo.
Sin embargo, se olvidan que la mayoría de los países donde se han encontrado depósitos de petróleo están sumidos en guerras civiles --que más que "civiles" son guerras empresariales por el acceso y la propiedad del petróleo-- o están sufriendo los impactos sociales y ambientales producidos por las operaciones petroleras en sus territorios (ver "Oil and Violence in Africa", http://www.wrm.org.uy/countries/Africa/CapeTown.html#statement). ¿Evitará Uganda correr esa misma suerte? ¿O se unirá al grupo de países africanos, como Angola, Sudán y Nigeria, donde la guerra y la violencia han venido de la mano con la explotación petrolera?
Lo único que queda claro es que en todos los casos los beneficios de la explotación petrolera han ido a parar a los cofres de las grandes empresas y sus socios locales, y apenas unas migajas---en el mejor de los casos-- han quedado en manos de la población local, que es la que sufre todos los impactos. Si la historia se repite en Uganda, los pobladores locales deberían considerar esta noticia más como una maldición que como una bendición.
Artículo basado en información obtenida de: "Oil: blessing or a curse?", The East African, 13 de abril de 2003, recibido a través de Africa News Update, enviado por The Norwegian Council for Africa, correo electrónico: update@afrika.no ; "Uganda goes for black gold", http://www.africaonline.com/site/Articles/1,3,48556.jsp ;
"Chapter Two: The State of the Environment. Africa. Forests", http://www.grida.no/geo2000/english/0054.htm