El WWF trabaja de manera poco clara y discriminatoria con las cifras relativas a la proporción de bosques protegidos, sobre las cuales se basa la campaña.
El número manejado para los países del Norte se basa en el total de áreas de ”bosques y otras tierras forestales”, tomado de la publicacion de FAO “Forest Resources Assessment 1990”. Sin embargo, FAO no proporciona cifras para las áreas de “bosques” en cada uno de los países. Estas cifras están disponibles en el mismo documento de donde el WWF obtuvo la cifra correspondiente a “bosques y otras tierras forestales”. Este enfoque tan extraño resulta inexplicable. Pero tiene una consecuencia muy significativa, que es la mayor reducción en la proporción de bosques bajo protección.
Tomemos el caso de Canadá. El total de área boscosa es de 24,7 millones de km2. Sin embargo el área correspondiente a “bosques y otras tierras forestales” alcanza los 45,3 millones de km2 Utilizando esta última cifra como punto de referencia, el porcentaje de bosques protegidos se reduce a casi la mitad, de modo que la necesidad de aumentar dicha área aparece como más urgente. En el caso de los EE.UU. este procedimiento termina por reducir la proporción de bosques protegidos en alrededor de un tercio. Este es el enfoque que adopta el WWF.
Por otra parte, las cifras manejadas por el WWF para los países tropicales no se basan en el área de “bosques y otras tierras forestales”, como sucede para los países del Norte, si bien ello hubiera sido lo deseable para hacer los datos compatibles y comparables. Tampoco se basan en la superficie de “bosques” suministrada por FAO, sino en el área de bosques “naturales”, que aparece en el referido documento.
En principio esto no constituiría un gran inconveniente, dado que en dichos países la diferencia entre el área total de bosques y la de bosques naturales no es particularmente significativa. El objetivo parece ser no tomar en cuenta en los cálculos a las plantaciones.
Es justo. Personalmente me inclino por considerar a los bosques naturales como la base más apropiada para reclamar un aumento en la proporción de bosques protegidos. Pero si acordamos dejar fuera las plantaciones, por qué el WWF aplica este criterio sólo para los países tropicales y no para los países industriales? Será porque un alto procentaje de los bosques existentes en muchos de los países industriales podrían entrar en la categoría de plantaciones?
Si los cálculos se basaran, en todos los casos, en el área de bosques naturales de cada país, sin discriminación alguna, los resultados resultarían muy comprometedores para muchos de los países europeos. Por ejemplo, en el Reino Unido la superficie boscosa total representa el 10% del área del país. Sin embargo, la superficie de bosques naturales no alcanza siquiera el 1%, aun forzando la imaginación al máximo. Esto sucede en el país del Presidente del WWF -el Príncipe Felipe- y donde reside la sede central de la Campaña “Bosques para la vida”.
No conozco cifras confiables y accesibles de la superficie de los bosques naturales en la mayor parte de los países de clima templado, a diferencia de lo que sucede con los países tropicales. El mencionado informe de FAO no proporciona esas cifras. Existen explicaciones para ello. Sin embargo, su ausencia no justifica el enfoque discriminatorio adoptado por el WWF.