El gobierno vietnamita respondió en forma brutal a las manifestaciones pacíficas realizadas por los Pueblos indígenas en las tierras altas de la región central de Vietnam en abril. La policía utilizó gases lacrimógenos, porras eléctricas y cañones lanza agua para evitar que los manifestantes entraran en Buon Ma Thuot, capital de la provincia de Dak Lak. La policía tuvo la ayuda de hombres armados con barras de metal, palas y machetes. La represión dejó como saldo al menos diez personas muertas y cientos de heridos. Muchos de los manifestantes no retornaron a sus poblados después de las protestas y continúan desaparecidos.
Los pueblos indígenas, conocidos en su conjunto como Montagnards que habitan en las tierras altas del centro de Vietnam, exigen libertad de religión y la devolución de sus tierras ancestrales.
En la última década, cientos de miles de pobladores de la etnia vietnamita han emigrado a las tierras altas centrales, ya sea por iniciativa propia o a través de programas de trasmigración promovidos por el estado. Los Montagnards han presenciado como grandes áreas de sus tierras de granja, agricultura migratoria, y también sus bosques han sido convertidos en plantaciones de caucho, café y árboles de crecimiento rápido, o han sido inundadas para dar lugar a la creación de represas para centrales hidroeléctricas o proyectos de irrigación.
En febrero de 2001, los Montagnards organizaron manifestaciones pacíficas en las capitales provinciales de las tierras altas. Las autoridades vietnamitas movilizaron miles de policías y soldados que disolvieron violentamente las protestas.
Desde entonces la policía ha arrestado a cientos de personas, aplicando en algunos casos torturas para lograr confesiones. Varios cientos de Montagnards se han ocultado y viven en guaridas camufladas en los bosques o las plantaciones de café, en escondites debajo de las casas de otras personas o en cavernas en las montañas.
Muchos intentaron huir hacia Camboya, pero en 2002, bajo la presión de Vietnam, el gobierno camboyano cerró los campos de refugiados en la frontera con Vietnam. Actualmente, las fuerzas de seguridad camboyanas deportan a todos los Montagnards que intentan cruzar la frontera desde Vietnam. Se los obliga a volver a Vietnam y al ingresar al país son golpeados, detenidos o encarcelados.
El gobierno de Vietnam ha encarcelado a un total de 124 Montagnards por períodos de hasta 13 años, acusados de delitos como “desestabilización de la seguridad”, “distribución de propaganda” u “organización de migraciones ilegales” de Montagnards a Camboya.
El gobierno también ha puesto restricciones a los viajes a las tierras altas centrales, no permitiendo el acceso de periodistas y diplomáticos. Los Montagnards que intentan comunicarse con el mundo exterior corren el riesgo de ser arrestados. Están prohibidas las reuniones de más de dos personas, al igual que el “protestantismo Dega”, una forma del Cristianismo que según afirma el gobierno, está vinculada a las demandas separatistas de los Montagnards.
La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, informa que la policía ha rodeado poblados, fincas y bosques donde se sospecha que puede haber militantes Montagnard o líderes de la iglesia escondidos. En estos procedimientos de búsqueda de personas, las fuerzas de seguridad a menudo golpean a los pobladores y destruyen sus viviendas.
Para empeorar las cosas, el gobierno tiene planes de construir una serie de represas hidroeléctricas en las cuentas de los ríos Se San y Sre Pok, dos afluentes del río Mekong que corren desde las tierras altas centrales de Vietnam hacia Camboya.
La represa de Yali Falls sobre el río Se San en Vietnam fue finalizada en 1999. Esta represa ha causado problemas graves para las comunidades camboyanas que viven aguas abajo. Varias personas han muerto ahogadas en riadas producidas por la liberación súbita de agua de la represa, y la mala calidad del agua ha causado erupciones cutáneas y problemas estomacales. La producción pesquera del río Se San se ha reducido en forma drástica.
En caso de construirse, las represas propuestas en las cuentas de los ríos Se San y Sre Pok producirían el desalojo de 12.500 personas como mínimo, entre ellas muchos Montagnards, y se agravarían los problemas aguas abajo.
En 2002, las empresas consultoras SWECO, Statkraft Engineering y Norplan finalizaron la Etapa 1 de un Estudio de Plan Hidroeléctrico nacional en Vietnam, con financiación de los gobiernos de Suecia y Noruega.
El texto de la Etapa 1 del estudio está lleno de expresiones que refieren a la participación y consulta de las partes interesadas. Sin embargo, propone la construcción de varias represas en el río Se San, sin hacer ninguna mención a la represión gubernamental en las tierras altas centrales.
Los expertos de SWECO, Statkraft Engineering y Norplan explican que “para promover el desarrollo” en la cuenca del Se San “el gobierno ha iniciado programas de reforestación, erradicación del hambre y reducción de la pobreza, así como de desarrollo de infraestructura”. Y añaden que las políticas del gobierno vietnamita para la cuenca del Se San “apuntan a mejorar el desarrollo socioeconómico".
La realidad de las políticas del gobierno en las tierras altas centrales es radicalmente otra.
Una mujer del grupo indígena Ede describió a Human Rights Watch lo sucedido a los Montagnards cerca de Ban Ma Thuot el 10 de abril de 2004: “Alrededor de mil personas intentábamos escapar de la matanza a manos de policías y civiles. Nos golpearon con barras de metal y palos. Los heridos tenían sangre en sus gargantas, narices, bocas y ojos. Los que intentaron esconderse en la plantación de café fueron atrapados, apaleados y asesinados allí mismo".
Por supuesto, es muy poco probable que los asesores de las empresas constructoras de las represas se arriesguen a incomodar a sus clientes en el gobierno vietnamita haciendo mención a algún tema desagradable como la represión, especialmente cuando existe la posibilidad de lograr futuros contratos. La empresa SWECO ganó un contrato de Electricity of Vietnam para elaborar el diseño técnico de la represa Se San 3, después de haber recomendado que la represa siguiera adelante en la Etapa 1 del Estudio de plan hidroeléctrico nacional.
Para Brad Adams de Human Rights Watch resulta claro que el gobierno de Vietnam lleva adelante una escalada en la represión de los Montagnards. Exhorta a las Naciones Unidas y los gobiernos que, como el de Suecia y Noruega, están proporcionando asistencia a Vietnam a “asumir un papel más activo en la crítica y prevención de violaciones tan graves de los derechos humanos".
Los gobiernos de Suecia y Noruega, al apoyar la construcción de represas en Vietnam, que llevará a más desalojos y a la inundación de extensas zonas de tierras agrícolas, están ayudando a empeorar la crítica situación de los derechos humanos en el país.
Por: Chris Lang, correo electrónico: http://chrislang.org