En respuesta a una solicitud de la empresa estadounidense productora de energía Applied Energy Services Inc. (AES), en 1988 el World Resources Institute identificó y evaluó una serie de proyectos forestales para la compensación de las emisiones de dióxido de carbono de la planta de dicha empresa localizada en Connecticut, que se estima alcanzarán unos 14,1 millones de toneladas de carbono equivalente en un período de 40 años. Según el WRI, "Hubo varias razones para llevar adelante un proyecto de este tipo en un país en desarrollo y no en los EE.UU.", entre las cuales el que "las alternativas en los EE.UU. para evitar las emisiones de dióxido de carbono o secuestrarlo en la fuente resultaban ser considerablemente más caras", tal como se lee en la presentación del proyecto en el sito web del WRI.
En 1989 el WRI dio su apoyo a un proyecto localizado en GUATEMALA propuesto por CARE, a fin de convertir en sumideros de carbono lotes forestados desde mediados de la década de 1970. Dicho programa había sido respaldado por la Dirección General de Bosques (DIGEBOS) de dicho país y por los Cuerpos de Paz de los EE.UU., con fondos suministrados por la agencia estadounidense de cooperación USAID. Un componente esencial del proyecto es la plantación de alrededor de 12.000 hectáreas de así llamados lotes comunitarios con pino y eucalipto para postes y madera. Según cálculos primarios realizados por el WRI, el proyecto de CARE llegaría a secuestrar unos 16,3 millones de toneladas de carbono en un período de 40 años. Aunque se lo presenta bajo el disfraz de la promoción de la "forestación comunitaria", este proyecto está basado esencialmente en plantaciones, con las cuales --por sorprendente que pueda parecer-- Guatemala estaría "ayudando" a los EE.UU. a reducir sus emisiones de carbono.
Es posible también que HONDURAS pronto se convierta en un basurero de carbono. En setiembre de 1999 Canadá llegó a un acuerdo con las autoridades hondureñas para "comprar" oxígeno de ese país en el marco del intercambio de "deuda por naturaleza" y el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Como consecuencia, la agencia canadiense para el desarrollo CIDA "perdonará" US$ 680.000 de la deuda de U$S 11 millones que Honduras mantiene con Canadá. A cambio de ello Honduras establecerá una denominada oficina de implementación conjunta a efectos de promover plantaciones forestales y de monitorear programas de conservación de bosques en ese país. Canadá se beneficiará de la obtención de créditos por "reducciones" en la emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. La Ministra de Medio Ambiente Xiomara Gómez quedó muy entusiasmada con la idea ya que, a su entender, es ésta una buena oportunidad de obtener recursos de un país desarrollado a ser destinados a la protección de los bosques. Honduras también espera llegar a otros acuerdos de "venta de oxígeno" con EE.UU. y Alemania. Desgraciadamente, las autoridades hondureñas no han mostrado un entusiasmo similar para proteger los bosques de su país frente a la corta ilegal, ni para combatir la corrupción reinante a nivel de la administración forestal.