Justo en el momento en que el Banco Mundial designa a Uganda como uno de los países africanos beneficiario de sus tres fondos de financiación de carbono (Fondo Prototipo de Carbono, Fondo de Biocarbono y el Fondo de Carbono para el Desarrollo Comunitario), comienza a trascender información sobre un proceso de "apropiación de tierras" sin precedentes, que abre los bosques públicos de Uganda a la iniciativa privada.
Previamente este año, varios funcionarios del gobierno de Uganda recibieron grandes concesiones de tierras adecuadas para forestación y reforestación. En respuesta a la preocupación planteada por la opinión pública de Uganda, el Ministerio de Recursos Hídricos y Territoriales y Medio Ambiente emitió una declaración argumentando que esas asignaciones de tierras debían ser vistas como parte de un proceso del ministerio para "revitalizar" las reservas de bosque degradadas, liberándolas a la iniciativa privada a través del Departamento Forestal. Las asignaciones de tierras según esta nueva política se pueden obtener mediante la presentación de una solicitud. Entre los funcionarios cuyas solicitudes fueron aceptadas y que recibieron áreas de tierras importantes están no solo la ex-vicepresidenta Dra. Specioza Kazimbwe sino también otras personas relacionadas con las negociaciones sobre el clima. Por el contrario, las comunidades que también presentaron solicitudes quedaron con las manos vacías.
Todavía es demasiado pronto para esperar que surjan proyectos concretos de estas asignaciones de tierras, pero son indicativas de una tendencia preocupante: los créditos de sumideros de carbono acelerarán el desarrollo del sector privado en los bosques de Uganda. En el pasado, el sector privado se había mostrado renuente a participar en actividades de forestación en las llamadas áreas degradadas, y ahora el gobierno promueve los créditos de carbono como un nuevo incentivo para atraer la participación del sector privado a los bosques de Uganda. La mayoría de estos bosques públicos son actualmente bosques de "acceso libre", y en gran medida son utilizados por las comunidades rurales. La asignación de estas tierras públicas a empresas privadas probablemente restringirá el acceso público a estas áreas, exacerbando así la situación ya precaria de una parte importante de los pobladores rurales pobres de Uganda.
A juzgar por la experiencia pasada con los sumideros de carbono, existen todavía más motivos de preocupación: en 2000, la ONG noruega Norwatch reveló la existencia de un escandaloso proyecto en Uganda en el que estaba involucrada la compañía noruega Tree Farms. Este proyecto, que se establecería en la Reserva de Bosque Bukaleba, estaba dirigido a "compensar" las emisiones de gases de efecto invernadero de una central eléctrica a carbón en Noruega (ver Boletín N° 35 del WRM). En ese momento, las ONGs tuvieron una actitud de alerta ante el proyecto porque éste amenazaba con desalojar a aproximadamente 7.000 personas que vivían en las tierras que serían convertidas en proyecto de compensación de carbono. Las críticas internacionales impidieron en aquel momento que el proyecto lograra generar créditos de carbono para "compensar" las emisiones de la central eléctrica; no obstante, el proyecto siguió adelante y se plantaron los árboles. Después de prolongadas negociaciones, los propietarios noruegos aceptaron asignar menos del 5% de la tierra que obtuvieron del gobierno "a precio de oferta", a los pobladores locales amenazados de desalojo. Pero los árboles de eucalipto plantados en el resto del territorio exudan una sustancia viscosa, signo claro de estrés. Al parecer la elección del eucalipto resultó una mala opción para el lugar. Los pobladores locales afirman que cobran salarios muy bajos y que la mayor parte de los trabajadores contratados no son de la zona.
Por: Jutta Kill, SinksWatch, correo electrónico: jutta@fern.org , http://www.sinkswatch.org