El año pasado, unos 170 agricultores se reunieron en la comunidad agrícola de South Riana para compartir sus preocupaciones y ver la forma de impedir que valiosas tierras agrícolas siguieran convirtiéndose a plantaciones de árboles. Preocupados por el futuro de la zona, construida sobre la base de exitosas empresas lecheras y agrícolas, exhortaron al gobierno de Tasmania a prohibir el desarrollo de las plantaciones de árboles en las tierras agrícolas de primera calidad.
La reunión tuvo lugar pocos días después de que el Concejo de la isla King se convirtiera en el primero de Tasmania en prohibir las plantaciones en tierras rurales por temor a poner en peligro la viabilidad de las industrias lechera y cárnica. Para los habitantes de la isla King, en el estrecho de Bass, la buena crema, el queso, el yogur y la carne son más importantes que los chips de madera. Y por primera vez en Tasmania, el Concejo de la isla King ha eliminado de su planes a la forestación en tanto uso agrícola aceptable, enmienda hoy aceptada por la Comisión de planeamiento y desarrollo de recursos.
El alcalde local, Charles Arnold, dijo que las plantaciones de árboles tendrían un fuerte impacto en las famosas industrias de la carne y la leche de la isla y que “Una vez que se planta, la cantidad de personas que participan es mínima. Y creo que nuestras mejores tierras agrícolas no deben sacrificarse para que otra gente lucre minimizando sus impuestos”.
Hay también una moratoria a toda nueva remoción de la vegetación de la isla con el fin de establecer pasturas. “La gente quiere proteger lo que tiene en la isla”, dijo el director general del Concejo de la isla King, Andrew Wardlaw.
El Ministro federal forestal, Eric Abetz, está furioso con la decisión de prohibir las plantaciones de árboles. Dijo que contrariamente a lo que alegan los agricultores, las plantaciones crean nuevos empleos y revitalizan las comunidades rurales y que estaban destinadas al mercado interno: “O importamos madera... o cultivamos la nuestra”.
Sin embargo, cuando el ministro plantó el árbol número 100 millones para la empresa Great Southern Plantations Ltd en una plantación comercial de madera dura cerca de Albany, en Australia Occidental, lo que hizo fue alabar las exportaciones : “Una vez cosechados, cien millones de árboles resultarán en la producción de diez millones de toneladas de chips, que serán exportadas en su totalidad al sudeste asiático”.
Great Southern Plantations es parte de Great Southern Group, un grupo administrador de inversiones en agronegocios. En los últimos tiempos ha engullido tierras para plantaciones de árboles y se ha extendido de Australia Occidental a las islas Tiwi, pasando por la isla King. Las plantaciones son grandes negocios y no es un detalle menor que estas inversiones puedan exonerar el 100% de los impuestos el año que se establecen. Un plan así les da una ventaja que nadie más tiene y, como se ha dicho, “convirtió a Tasmania en un estado de monocultivos forestales. En la actualidad los eucaliptos Nitens son LA característica que define el hoy muy aburrido paisaje de Tassie [Tasmania]”.
La prohibición de las plantaciones industriales de árboles es un paso que muchas comunidades rurales del mundo entero esperan de sus gobiernos. Pocos lo han hecho, y el Concejo de la isla King puede estar muy orgulloso de haber mostrado el camino.
Artículo basado en información de: “Tasmanian Cattle Farmers Fear Plantations' Impact”, http://www.mycattle.com/news/dsp_international_article.cfm?storyid=19022, Australian Broadcasting Corporation, News Online, 2006; “Tasmanian farmers protest against tree plantations”, The World Today, 2006, http://www.abc.net.au/worldtoday/content/2006/s1724364.htm; “Abetz spitting chips over King Island tree farm ban”, Tasmanian Times, http://tasmaniantimes.com/index.php/weblog/comments/mr-howard-and-plantations/