En los primeros días de este mes, el pueblo de Tasmania se enteró de un negocio que fuera concertado cuatro meses antes entre su gobierno y la empresa forestal Gunns. Dicho acuerdo, llamado Acuerdo de Riesgo Soberano, establece que los contribuyentes deberán financiar a la empresa durante 20 años con 15 millones de dólares en caso de que el suministro de madera se vea comprometido por cualquier motivo. (1)
La planta de celulosa proyectada por Gunns enfrenta una fuerte oposición de sectores sociales, incluidos el estudiantil. En el blog “Students Against the Pulp Mill” (http://stopthemill.blogspot.com/2008/04/alliance-forms-to-save-tasmania-from.html)podemos leer: “Entonces, si votamos para que este gobierno se vaya porque no aprobamos la planta de celulosa, el próximo gobierno estará obligado a continuar suministrando madera a Gunns, aunque la mayoría de los habitantes de Tasmania no esté de acuerdo con ello. Qué poco democrático”.
El favoritismo del gobierno hacia Gunns contrasta fuertemente con su actitud frente a la preocupación que han generado los potenciales efectos adversos de esta planta tan poco popular que Gunns planea construir en el valle Tamar. La rápida aprobación del proyecto no consideró siquiera los potenciales impactos negativos que la planta podría generar sobre el turismo, la pesca, la agricultura orgánica y la producción de vinos. Por el contrario, si la planta de celulosa propuesta causa algún daño a industrias limpias y ecológicas, éstas no recibirán ninguna indemnización por ello.
La respuesta dada a las empresas locales fue que no compete al gobierno solucionar sus problemas en caso de que su reputación ecológica se vea dañada de alguna forma.
Un artículo de The Tasmanian Greens (2) denuncia lo siguiente: “En una carta del 6 de setiembre de 2007, dirigida al Consejo de la Industria Turística de Tasmania (TICT) a propósito de la preocupación generada por la planta de celulosa, el Primer Ministro Paul Lennon, declara lo siguiente con relación al problema que le fue planteado:
TICT: “Debe haber una forma de asistir a las empresas que sufren una pérdida de negocios o de dinero como resultado comprobable de las actividades de la fábrica de celulosa”.
Primer Ministro: “Los individuos deberán buscar asesoramiento legal independiente sobre las posibles soluciones si llegaran a sufrir una pérdida de negocios o de dinero como consecuencia de las actividades de la planta de celulosa”.
El blog de los estudiantes informa que el pasado 16 de abril “Diversos grupos, individuos y empresas de Tasmania y Australia se reunieron en el valle de Tamar este fin de semana y acordaron formar una alianza de trabajo para detener la fábrica de celulosa de Gunns”.
Hubo una convocatoria para cerrar las cuentas personales en el banco ANZ, como castigo por su posible apoyo al proyecto, y unas 100 personas – sobre todo gente joven – se reunieron en los jardines del Parlamento para expresar el mensaje: ¡NO HAGAN PULPA NUESTRO FUTURO!
Artículo basado en información obtenida de:
(1) “Compo for Gunns if supply fails”, Matthew Denholm, The Australian, http://www.theaustralian.news.com.au/story/0,25197,23652116-5013871,00.html;
(2) “$15 Million Price Tag On Democracy Under Deal With Gunns”, http://tas.greens.org.au/News/view_MR.php?ActionID=2979.