El libro de Philip Gain, Stolen Forests, publicado en 2006, denuncia las nefastas consecuencias de la introducción de plantaciones en los bosques nativos de Bangladesh (monocultivos de teca, hevea, eucalipto y acacia).
A excepción de los Sundarbans, las plantaciones de monocultivos se han expandido rápidamente en los últimos tiempos sobre todas las regiones boscosas de Bangladesh. En el marco de la rápida expansión de monocultivos forestales que ha tenido lugar en el mundo entero. Los proyectos de plantaciones son llevados a cabo por el gobierno pero financiados principalmente por las instituciones financieras internacionales (IFIs): el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) y el Banco Mundial (BM).
La promoción de los monocultivos forestales es uno de los principales factores subyacentes de la destrucción de los bosques y la miseria de las comunidades étnicas que dependen de ellos. Las estadísticas son alarmantes: los bosques públicos que, según cifras oficiales, ocupaban el 18% del territorio, se han reducido al 6 por ciento aproximadamente, del cual forman parte los manglares y más de 400.000 hectáreas de plantaciones forestales.
Las tierras boscosas “degradadas”, “despojadas” y “menos productivas”, son en general las elegidas para las plantaciones. Sin embargo, lo que a menudo es rotulado como “menos productivo” o “degradado”, es en realidad bosque nativo que encierra un inmenso valor social, cultural, tradicional, educativo y medioambiental.
En el bosque de shorea de planicie (Shorea robusta) de Modhupur, se han introducido especies invasivas bajo la apariencia de “forestación social”, que es, en esencia, una plantación. Y ahora que el bosque tradicional de Modhupur ha desaparecido en gran parte, ¡el departamento forestal quiere proteger lo último que queda! Inspirado en un estudio financiado por el Banco Mundial bajo el Proyecto de Gestión de los Recursos Forestales, quiso construir un muro de 20 kilómetros en torno a las más de 1.400 hectáreas de Parque Nacional que han sido definidas como área central.
Pero los hechos no fueron en el sentido que quería el departamento forestal. Los indígenas Garo que habitan los alrededores de esta zona se opusieron firmemente al muro. Durante una manifestación que tuvo lugar el 3 de enero de 2004, los guardias del departamento forestal y la policía abrieron fuego para detener a los manifestantes. Un hombre Garo, Piren Snal, fue asesinado. Utpal Nokrek, otro joven Garo de la aldea de Beduria, fue herido de gravedad y quedo paralítico para el resto de su vida. Muchos otros fueron heridos por los disparos. La construcción de los muros fue suspendida frente a las fuertes críticas y la resistencia. Desde entonces, el tema del muro en Modhupur se ha hecho conocido a nivel nacional e internacional. De los aproximadamente 20.000 pies de muro construido, casi la mitad ha sido demolida.
Pero no solo los muros fueron destruidos como consecuencia de los disparos sobre los manifestantes Garo. Las extensiones de bosque restantes fueron drásticamente reducidas. Bandas organizadas de contrabandistas de madera aprovecharon el problema y cortaron cualquier cosa que se pudieran llevar. Los cultivadores de banana también talaron decenas de hectáreas. Los funcionarios del departamento forestal culparon de esta situación al movimiento anti-muro. Por su parte, los miembros de la tribu Garo se quejan de que el departamento forestal ha cerrado los ojos ante esta situación para culparlos a ellos.
El pasado enero, el departamento forestal intentó nuevamente levantar los muros del parque, cuya construcción había tenido que posponer. Dichos muros involucran a aproximadamente 1.200 de las 25.500 hectáreas que ocupa la reserva forestal de Modhupur. ¿Qué ha sucedido y qué sucederá con la porción mayor de bosque que ha quedado fuera de los muros? Al viajar a cualquier rincón del bosque de Modhupur podemos ver enormes cultivos de banana, papaya y ananá, que han reemplazado las tierras boscosas y han causado la destrucción en gran escala del acervo genético de los bosques. Los Garo, que se han visto forzados a rentar la mayor parte de las tierras altas que poseen a los cultivadores de banana, están de acuerdo en que es un serio problema para su medio ambiente, su economía y su sociedad.
La destrucción del bosque de Modhupur ha afectado severamente la vida de los Garo y otros pueblos que dependen del bosque. La mayor parte de la población Garo y Koch de Modhupur (aproximadamente 20.000 personas), está concentrada en dos unidades, Aronkhola y Sholakurry, y distribuida en unas 40 aldeas. Hubo un tiempo en que tenían acceso total al bosque y sus recursos. Pero acciones como la prohibición del cultivo itinerante en los años 50, el establecimiento de parques nacionales, la promoción de la economía de plantaciones, la agresión de las plantaciones de banana a gran escala, la construcción de vías y las ocupaciones, han reducido el bosque a dimensiones lamentables y han desestabilizado la vida tradicional de los Garo y los Koch.
El proceso de destrucción del bosque de Modhupur parece estar fuera de control. Mucha gente cree que su destrucción total es solo una cuestión de tiempo.
Extraído y adaptado de: Comentarios sobre el libro de Philip Gain, “Stolen Forests”, http://www.sehd.org/pubnew12.html; y “Modhupur walls to protect wilderness or marauders!”, Philip Gain, Earth Touch, No. 10, abril de 2007, una publicación de SEHD (Society for Environment and Human Development), http://www.sehd.org/reports-features/modhupur-wall-2007.doc