En un país que ya sufre severas penurias económicas y represión bajo sus gobernantes militares, miles de personas, sobre todo en zonas rurales, se enfrentan a la pérdida de sus tierras y hogares debido a las siete grandes represas proyectadas para la cuenca del río Irrawaddy (Ayeyarwaddy) en el estado de Kachin, en el norte de Birmania.
Las represas proyectadas se están construyendo en virtud de un acuerdo entre el régimen militar birmano y China Power Investment Corporation (CPI), una empresa china de inversiones en energía.
La electricidad generada por las represas se enviará por la red energética china de Yunnan para alimentar las regiones occidental y costera oriental de China. Se calcula que los ingresos que la junta birmana recibirá de China ascienden a unos 500 millones de dólares anuales.
Con una longitud aproximada de 2.170 kilómetros, el Ayeyarwady o Irrawaddy es el río más largo y la vía fluvial comercial más importante de Birmania. El río, cuya superficie de drenaje es de alrededor de 411.000 km², atraviesa el país a partir de la confluencia de los ríos Mali Hka y N’Mai Hka, en el estado de Kachin. Las cabeceras de estos dos ríos tienen su origen en el sudeste de los Himalayas.
Formado así el Irrawaddy, este río fluye hacia el sur atravesando las tierras centrales birmanas y la segunda mayor ciudad del país, Mandalay, hasta llegar al delta, que comprende una planicie fértil así como un intricado sistema de manglares de 290 km de largo por 240 km de ancho. El delta del Irrawaddy sustenta a una población de más de tres millones de personas y proporciona cerca del 60% de la producción de arroz de Birmania.
En la confluencia donde nace el Irrawaddy ya se han iniciado los trabajos de inspección y dinamitado de los lechos del mayor de los siete proyectos de represa, Myitsone. Situada 26 millas al norte de Myitkyina, la capital del estado de Kachin, la represa de Myitsone generará 3.600 megavatios de electricidad.
Además de la represa de Myitsone, en el curso principal del Irrawaddy se proyectan otras seis represas en los ríos N’Mai y Mali, al norte de la confluencia, entre las que se cuentan una de 2.000 MW en Chibwe, una de 1.600 MW en Phizaw, una de 1.700 MW en Khaunglanphu y otra de 1.560 MW en Laiza, estado de Kachin. Una vez terminadas, las represas del Irrawaddy generarán alrededor de 13.360 MW (con lo que este proyecto se convertirá en el mayor emprendimiento hidroeléctrico de Birmania), mucho más que los controvertidos 7.100 MW de la represa de Tasang, en el estado de Shan, proyectada junto con Tailandia.
Los trabajos en el proyecto hidroeléctrico de Chibwe, sobre el río N’Mai Hka cerca de la aldea de Chibwe, también han comenzado. Los militares y el contratista del proyecto, Asia World Company, están presionando a las aldeas establecidas en Washapa y el alto valle de Nyawngmawpa, cerca de Chibwe, para que se reubiquen los hogares cercanos al sitio del proyecto. Hasta ahora los aldeanos se han negado a mudarse, un gesto de resistencia que puede no durar mucho bajo el feroz poderío armado de los militares birmanos.
En consonancia con la naturaleza extremadamente reservada del régimen militar birmano, poco se sabe sobre estos proyectos de represa o sus potenciales impactos sobre la gente, el sustento y los ecosistemas. No se han hecho evaluaciones económicas ni estudios ambientales y los habitantes del estado de Kachin no tienen idea de la escala de los reservorios y zonas de inundación de estos proyectos.
Informes de testigos enviados desde la zona indican que actualmente ingenieros chinos y la empresa Asia World Company han comenzado las actividades de inspección geológica en tres lugares diferentes a lo largo del curso del N’Mai Hka entre las aldeas de Chibwe y Sawlaw; Asia World también está construyendo carreteras sirviéndose de varias topadoras y excavadoras y ha contratado a aldeanos del lugar para la obra. Un trabajador recibe 5.000 kyat (US$ 4) por día como salario mínimo.
Mientras tanto, aguas abajo, en el proyecto de Myitsone, ya hay más de mil trabajadores de la construcción de Asia World establecidos en el sitio del proyecto, según aldeanos locales, y desde hace dos meses hay explosiones de dinamita regulares bajo el lecho del río. Soldados del Batallón de Infantería Nº 121 del Ejército birmano están estacionados cerca de Myitsone para seguridad de los campamentos de los trabajadores de la empresa.
Se desconoce la escala de los desplazamientos a causa de las represas pero se calcula que más de 10.000 personas viven actualmente en los valles de Washapa y Nyawngmawpa, situados al oeste del río N'Mai Hka. Por lo menos 47 aldeas quedarían totalmente sumergidas bajo las aguas de la represa. Además de la gente del estado de Kachin, otros tres millones de personas que viven en el delta del Irrawaddy, el “cuenco de arroz” de Birmania, también podrían sentir los impactos de las represas por los cambios en los flujos estacionales y los niveles de inundación del delta.
Aunque se los comprende aun menos, los impactos ecológicos prometen ser severos, pues las represas en gran escala inundarán enormes superficies de bosques y afectarán la biodiversidad vegetal y ribereña. La cuenca del río Irrawaddy se sitúa entre dos de las regiones más biodiversas y amenazadas, la región indobirmana y la región meridional central china, que contienen por lo menos 1.500 especies de plantas vasculares en tanto especies endémicas. La confluencia de los ríos Mali y N’Mai ocurre dentro de los bosques tropicales de Mizoram-Manipur-Kachin. Ya hay actividades de madereo en algunas zonas entre el río Irrawaddy y la aldea de Mogaung; se está talando teca y una especie de madera dura llamada tarmalan para enviar a China.
A lo largo del curso del Irrawaddy hay zonas de aves endémicas; hay por lo menos cuatro zonas de aves endémicas en la cuenca. El Irrawaddy central es un lugar importante de invernada y detención de las aves acuáticas provenientes del Tibet y otras zonas del norte de los Himalayas. Los cambios en la calidad del agua y las especies de peces repercutirán sobre la vida de las aves.
El delfín del Irrawaddy (Orcaella brevirostris) es una de las cuatro especies de delfines de río del mundo y figura en la lista de especies en peligro crítico de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estos delfines también están amenazados, pues las perturbaciones de los patrones migratorios de los peces, la degradación de la calidad del agua y los cambios hidrológicos ocasionados por las represas pueden significar la pérdida de las especies que les sirven de alimento.
Los delfines del Irrawaddy viven a unos 300 km al sur del sitio de la represa de Myitkina. Los habitantes locales los veneran y los pescadores tienen un sistema de pesca cooperativo con ellos. Los delfines responden a las señales de los pescadores nadando en semicírculos cada vez más cerrados para ayudar a arriar los cardúmenes. Pero el hábitat de los delfines en el Irrawaddy ya ha declinado en casi un 60% el pasado siglo y según los cálculos más optimistas la población actual es de apenas 59 especímenes.
Por Amraapali N., que escribe desde la región del Mekong, correo-e: amraapali@gmail.com.
La versión completa de este artículo se publicará en el próximo número de la revista Watershed. Por más información sobre las represas del Irrawaddy sírvase consultar “Damming the Irrawaddy”, publicado por Kachin Development Networking Group (disponible en salweenwatch.org).