El 17 de junio de 2008, la Justicia Federal de la ciudad de Eunápolis, Estado de Bahia, divulgó en el Diario de la Justicia Federal de Bahia (Nº 42/pág. 60), la sentencia de una Acción Civil Pública, promovida por el Ministerio Público Federal en 1993 contra Veracel Celulose –denominada en ese momento Veracruz Florestal- y los órganos ambientales del estado (CRA – Centro de Recursos Ambientales) y federal (IBAMA – Instituto Brasileño de Medio Ambiente).
La Justicia Federal brasileña condenó a Veracel a restaurar, con vegetación nativa, todas sus áreas comprendidas en las licencias de plantación de eucaliptos que fueron emitidas entre 1993 y 1996. Esto significa que un área de 96 mil hectáreas, cubierta por plantaciones de eucalipto de la empresa, deberá ser reforestada con árboles de la Mata Atlántica, uno de los biomas más diversos del planeta y al mismo tiempo más amenazados del mundo. La empresa también fue condenada a pagar una multa de R$ 20 millones (USD 12,5 millones) por la deforestación de la Mata Atlántica, con tractores y máquinas unidas con cadenas, ocurrida en los primeros años de su funcionamiento (1991-1993). Veracel anunció que apelará la decisión.
Veracel Celulose es una joint venture de dos de las mayores empresas del ramo del papel y la celulosa en el mundo: la sueco-finlandesa Stora-Enso y Aracruz Celulose, cada una titular del 50% de las acciones. Veracel posee aproximadamente 205 mil hectáreas de tierras en el Extremo Sur de Bahia, siendo cerca de 96 mil hectáreas de monocultivo de eucalipto; su fábrica de celulosa tiene una producción de aproximadamente 900 mil toneladas, destinadas a la exportación, perteneciendo la mitad de esa producción a Aracruz y el resto a Veracel.
Esta decisión de la justicia brasileña puede ser clasificada como histórica por diversos motivos:
- La decisión hace justicia a la lucha del Foro Socio-Ambiental del Extremo Sur de Bahia y de la Red Alerta contra el Desierto Verde, que luchan desde hace 15 años para que Veracel Celulose sea condenada por su participación en la destrucción de la Mata Atlántica en la región, comprobada por un video divulgado por Greenpeace. El video llevó al entonces Ministro de Medio Ambiente, Fernando Coutinho Jorge, a impedir el emprendimiento, a pesar de las tentativas de la empresa de negar y camuflar los estragos ambientales cometidos. Al mismo tiempo, se trata de una decisión inédita en el Brasil, en el sentido de penalizar un delito ambiental cometido por una gran empresa plantadora de eucaliptos, recordando que otras empresas también han cometido el mismo delito pero nunca fueron condenadas.
- La decisión hace justicia a la lucha del Foro Socio-Ambiental y de la Red Alerta, que siempre alegaron que empresas como Veracel fueron autorizadas ilegalmente, sin seguir las reglas y criterios para la elaboración de estudios e informe de impacto ambiental (EIA/IIA). En 1994, tres años luego de haber iniciado la plantación de eucaliptos, la empresa encomendó, siendo obligada por el Ministro de Medio Ambiente, una EIA/IIA para las plantaciones y la construcción de la fábrica de celulosa. Los documentos fueron elaborados rápidamente por la empresa finlandesa Jaakko Poyry (actual Poyry), empresa que se benefició posteriormente con el emprendimiento, con servicios de consultoría prestados a la empresa. En ese momento, la EIA/IIA sufrió severas críticas de auditores contratados por el CRA y ONGs. A pesar de ello, el CRA concedió las licencias necesarias para que la empresa continuara la expansión de sus plantaciones y la implantación de la fábrica.
- Con esta decisión, por primera vez se dice basta al poder político-financiero de empresas como Veracel y de sus dueños, Aracruz y Stora-Enso. Estas empresas se apropian del territorio si tener límites, financian campañas de políticos para todos los cargos e influencian al poder público para obtener reglas, incentivos y financiamientos para facilitar sus inversiones; y contratan los mejores estudios jurídicos del país para anular posibles perjuicios de acciones en el área ambiental, social y laboral.
Cabe recordar que no es la primera vez que Veracel recibe una multa o es cuestionada por los órganos competentes por cometer ilegalidades:
- En marzo de 2007, la empresa fue multada por el organismo federal ambiental, el IBAMA, en R$ 400.000 (USD 250.000) por hacer uso ilegal de una sustancia tóxica (herbicida Roundup) en 31,6 hectáreas de un área de preservación permanente.
- En diciembre de 2007, Veracel fue multada en R$ 360.900 (USD 225.563) por el IBAMA por impedir la regeneración natural de Mata Atlántica con proyectos de plantación de eucalipto en 1.203 hectáreas de este bioma.
- La empresa tiene 7.428 hectáreas de plantaciones alrededor de los Parques Nacionales de Monte Pascoal y Pau Brasil, no respetando una recomendación explícita del Ministerio Público Federal de Bahia de que las empresas no planten más eucaliptos en un radio de 10 km en el entorno de los Parques Nacionales en la región, de conformidad con reglamentaciones federales.
Lo que más impresiona es que, a pesar de todos esos hechos, Veracel Celulose obtuvo de SGS/Qualifor en marzo de este año el certificado FSC de buen manejo forestal ambientalmente adecuado para sus plantaciones de monocultivo de eucalipto. El certificado fue emitido a pesar de severas críticas de la sociedad local e internacional, expresadas en una carta firmada por 347 entidades en agosto de 2007. Ni siquiera una auditoría realizada por el FSC (ASI) en marzo de este año recomendó la suspensión del sello, a pesar de haber indicado diversos motivos por los cuales el certificado FSC no podría haber sido concedido.
Ciertamente, a la empresa le interesa tener la legitimidad del sello FSC por el hecho de estar en pleno proceso de duplicar sus plantaciones y de construir una nueva fábrica. El informe anual de 2007 de uno de los dos accionistas, Aracruz Celulose, publicado en el Diario “A Gazeta” el 16/01/2008, afirma que “Antes de fines de 2008, aproximadamente el 70% de la base forestal necesaria para la duplicación de Veracel deberá estar adquirida. La nueva línea tendrá una capacidad de 1,4 millones de toneladas anuales de celulosa, lo que elevará la capacidad nominal de producción de la unidad a 2,3 millones de toneladas (50% para cada uno de los socios, Aracruz y Stora-Enso)”.
Y asimismo, en su sitio en Internet Aracruz afirmó que “USD 65 millones ya habían sido invertidos en la adquisición de 35 mil hectáreas de tierras y bosques.”
(http://www.aracruz.com.br/show_press.do?act=news&id=1000557&lang=1)
Esta expansión significa la continuidad de los impactos negativos sobre el medio ambiente, siempre relatados por las comunidades locales vecinas a las empresas de monocultivos de árboles. Es extremadamente preocupante cuando el FSC en su informe de auditoría afirma que “la empresa no cuenta con procedimientos apropiados para monitorear impactos sobre el agua y ambientales, antes, durante y después de operaciones forestales, (..)”. De por sí, éste ya es un motivo para no certificar a la empresa.
Sobre el proceso de duplicación de las plantaciones y de la fábrica, anunciada en el informe oficial por Aracruz, la propia Veracel sorprende: “Al final de la auditoría ASI, el Sr. Alípio (Director-Presidente de Veracel) afirmó a los equipos de auditoría de ASI y SGS que no se había tomado ninguna decisión con relación a la expansión de las actividades de Veracel. Indicó que en el momento los accionistas solamente habían dado luz verde para iniciar un estudio de viabilidad e impactos para dicho proyecto.” (FSC Surveillance of SGS Qualifor in 2008, Forest Management Audit to VERACEL, Brazil, 26-28/03/2008)
¿Quiere decir que las afirmaciones de Aracruz, citadas anteriormente son falsas? ¿O el presidente de Veracel está mintiendo?
Estas contradicciones explícitas, además de los demás aspectos indicados, deberían ser motivo suficiente para que el FSC suspenda inmediatamente la certificación concedida.
Al mismo tiempo, resulta necesario que la sociedad civil brasileña e internacional se movilice para garantizar la conquista de la decisión histórica de la Justicia Federal brasileña, tan significativa para tod@s l@s que se oponen a las acciones de estas empresas y tan importante en este momento de expansión desenfrenada de la empresa Veracel y de sus dueños, Aracruz y Stora-Enso, incrementando cada vez más los impactos negativos de este tipo de emprendimientos sobre las comunidades locales y el medio ambiente.
Es en ese sentido que el Foro Socio-Ambiental del Extremo Sur de Bahia elaboró una moción de apoyo al Ministerio Público Federal de Bahia, felicitando a este órgano público brasileño, así como a la Justicia Federal de Bahia, por la decisión tomada. El Foro Socio-Ambiental invita a tod@s para que firmen la moción, que se encuentra disponible en: http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/mocion_apoyo.html
Winnie Overbeek, Red Alerta contra el Desierto Verde/Brasil