La certificadora SGS ha iniciado un proceso de consulta para certificar ante el FSC las plantaciones de eucalipto de la empresa forestal Veracel Celulosa S.A. --propiedad de la sueco-finlandesa Stora Enso y de la noruego-brasileña Aracruz Celulosa--, establecidas en 78.000 hectáreas en el extremo sur del estado de Bahía y cuyos impactos son motivo de una gran resistencia local (ver Boletín Nº 109). La evaluación principal será realizada entre 23 y el 27 de julio de 2007.
A continuación publicamos una Carta Abierta que significa un alerta para impedir que Veracel reciba ese sello a la vez que refleja la indignación ante la pretensión de certificar un emprendimiento que ha causado y sigue causando tanto dolor y sufrimiento.
Carta Abierta a las mujeres y hombres de buena voluntad
Voy a hablar de cosas que considero que son muy contradictorias. ¿Cómo comprender la Certificación de PLANTACIONES DE ÁRBOLES? No, no es tan simple como parece. No se trata de árboles nativos del Bioma MATA ATLÁNTICA, donde nací y crecí. Donde vivencié varios ciclos de destrucción, pero nada comparado con este último: ¡el monocultivo de eucalipto! ¡Vi al bosque siendo derrumbado para dar lugar a las plantaciones de eucalipto! YO LO VI. ¡Vi secarse ríos, arroyos y nacientes! ¡Vi al trabajador rural, al hombre de campo, que no sabe leer ni escribir y que solamente aprendió a trabajar en la tierra, con sus diez, once hijos viniendo para la ciudad llorando, temiendo al destino incierto. Actualmente, los hijos más grandes están vendiendo drogas en las esquinas, algunos hasta ya estuvieron presos y al mayor lo mató la policía. ¡Ahora, tratándose de bandido de alta peligrosidad! Fíjense. Y el padre llorando repite como para convencerse de que no tuvo la culpa –yo no le enseñé a mi hijo a robar ni a matar, mi señora! Yo le enseñé como plantar y cosechar, le enseñé el ciclo de los cultivos, qué plantar en cada época. Y él aprendió, era muy bueno en eso, pero nos faltó la tierra...
Los hijos menores y los nietos, hijos del fallecido, fueron para la Casa de Recuperación SOS Vida para recuperarse de la desnutrición profunda, causada por la falta de alimentos.
Y en este momento, recibo un texto extraído del "Valor Econômico" con el título "Veracel se arma contra opositores a la fábrica" que dice: "La industria de la celulosa está aprovisionándose de informaciones estadísticas encomendadas a instituciones independientes para mostrar los efectos económicos y sociales de sus emprendimientos y refutar las críticas generadas contra sus fábricas.
Veracel, fabricante de celulosa situada en el extremo Sur de Bahía, divulga hoy un estudio indicando que ya es responsable de aproximadamente 15% del PBI agropecuario de la región. La fábrica, que comenzó a operar en mayo de 2005, respondió por el 60% de todo el crecimiento económico regional en el período de 2003 hasta 2006.
"Sabemos que Veracel tiene un efecto positivo sobre Bahía y la región, pero no sabíamos cuánto", dice el presidente de la compañía, Renato Gueron.
Explica que una de las razones para la elaboración del estudio realizado por la división de proyectos de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) fue obtener datos concretos para contraponer a la opinión de personas contrarias a las fábricas de celulosa. "Existen organizaciones no gubernamentales, movidas por ideología, y otros grupos sin argumentos técnicos que se oponen a nuestro tipo de emprendimiento", alega Gueron.
Yo formo parte del grupo que, según el director de la empresa, actúa por ideología y no posee argumentos técnicos. Ahora, entonces presupongo que lo que veo no es la realidad, no está científicamente comprobado. ¡Para ser científicamente comprobado necesito de un técnico, un académico, que siga las normas y reglas preestablecidas y manipuladas, una persona que haya leído cientos y cientos de libros y que diga en un informe extenso e incomprensible que lo que he visto y vivenciado es verdad!
Pero esta situación es vista y vivenciada por hombres, mujeres, jóvenes y niños de la peor forma. ¡Sentimos en la piel todos los días las consecuencias nefastas del crecimiento económico regional que respondió por el 60% en el período de 2003 a 2006! ¡Pero de qué crecimiento están hablando y para quién! Ciertamente ellos están hablando de las ganancias distribuidas entre Aracruz y Stora Enso, socias de Veracel. Solamente eso es lo verdadero, las ganancias son técnicamente comprobadas. Y después si nadie se dispone a comprobar que el pueblo de esta región está viviendo miserablemente, ¿cómo probarlo? Pobres pasando hambre, pobres asaltando y robando, ¿qué mal hay en eso? ¡Lo que tenemos que hacer es construir cárceles! ¡Eunápolis ya debería tener una cárcel!
La justicia, los políticos, los científicos, los accionistas no viven aquí y los pocos que viven, tienen seguridad privada y construyen muros altos para proteger a sus casas y sus familias. ¡Son los hombres de bien, que detentan la verdad! Y la verdad es que la región ha crecido económicamente y ya es responsable del 15% del PBI. En vista de esto, vamos a olvidar que para obtener este resultado, la empresa cortó la Mata Atlántica; que la empresa recibió del IBAMA en el año 2005 una multa por haber impedido la regeneración de 1200 hectáreas de bosque en estado de regeneración; que recibió otra multa del IBAMA en 2007 por haber lanzado veneno en nacientes; que la justicia determinó que cumpliese la ley y retirase la plantación de eucalipto del entorno de los Parques Nacionales (Pau Brasil, Descobrimento y Monte Pascoal); que está siendo obligada por la justicia federal a pagar derechos laborales no pagados a los trabajadores del Instituto Veracel; vamos a olvidar también que este instituto era una fachada, donde los niños recibían ropas nuevas y zapatos para esperar a las visitas ilustres de Suecia y Finlandia y cuando las visitas se iban los funcionarios eran obligados a sacarles las ropas y los zapatos, dejando a los niños llorando descalzos y con ropas rasgadas; vamos a olvidar que la empresa no cumple las condiciones establecidas en el permiso ambiental concedido por el Consejo de Medio Ambiente del Estado de Bahía, como por ejemplo, proporcionar madera con otros fines, para evitar la presión sobre lo que resta de la Mata Atlántica o no adquirir áreas de pequeños propietarios sin el aval del Sindicato de los Trabajadores Rurales; vamos a olvidar que en solamente un municipio, Eunápolis, del año 1996 al año 2000 se perdieron cerca de 7000 familias del campo, porque las tierras fueron vendidas a la empresa Veracel; que ella destruyó una comunidad (Maurília) para construir la fábrica y que las personas de esta comunidad viven hoy en las periferias de las ciudades, sin empleo, y en la miseria; que en la comunidad localizada al lado de la fábrica (Barrolândia) hay personas muriendo de inanición y hambre, ya que vivían de las actividades rurales y hoy en su entorno sólo existen plantaciones de eucaliptos; que además del hambre, las personas de esta comunidad están muriendo de lepra y tuberculosis; vamos a olvidar la falta de respeto de esta empresa con la Legislación brasileña y CERTIFICARLA.
El objetivo de Veracel es conquistar la certificación FSC (sigla del Forest Stewardship Council o Consejo de Manejo Forestal), que es una organización no gubernamental que surgió en 1993 en Canadá. Esta certificación comprueba que todo proceso productivo de una empresa, desde la producción de semillas de eucalipto hasta la fabricación de celulosa se realiza en forma ambientalmente correcta, socialmente justa y económicamente viable. Y por lo que podemos verificar solamente es económicamente viable y ¡económicamente viable para sus accionistas extranjeros! ¡Restan solamente la miseria, el hambre y el desempleo para el PUEBLO BRASILEÑO!
La plantación desenfrenada de eucaliptos en la región del Extremo Sur de Bahía ya se apropió de casi todas las tierras productivas, haciendas tradicionales, comunidades de referencia del campo, agrovillas, caminos, riachuelos, caseríos centenarios, en definitiva, de todo lo que compone la cultura de un pueblo.
Todo eso fue conquistado por la empresa mediante falsas promesas y engaños. La población regional fue engañada por el poder económico y la capacidad intelectual de los técnicos de esta empresa. Hoy, el pueblo de la región está conciente de los maleficios causados por Veracel y periódicamente encontramos en la prensa, manifestaciones populares, acusando a la empresa de falta de respeto e irresponsabilidad.
Conceder la certificación a una empresa como Veracel significa decir que ¡el PUEBLO BRASILEÑO no debe existir, que el PUEBLO BRASILEÑO está condenado a morir de hambre!
Eunápolis, 20 de junio de 2007.
Por Ivonete Gonçalves, Educadora y Coordinadora Ejecutiva de CEPEDES - Centro de Estudos e Pesquisas para o Desenvolvimento do Extremo Sul – Bahia.
Nació y vive en Eunápolis, municipio castigado por el monocultivo del eucalipto y la fábrica de celulosa de Veracel.