Entre los años 2001 y 2005 se podía comprar en EE.UU. un tablero estructural de madera contrachapada fabricado por la empresa Pizano S.A., una de las mayores empresas forestales de Colombia. El tablero estaba fabricado parcialmente a partir madera procedente de unas plantaciones certificadas por el FSC (Consejo de Administración Forestal) y el resto procedía de bosques naturales del Noroeste de Colombia, bosques en los que la guerrilla, los grupos paramilitares y el ejército combatían por el control del territorio y sus recursos naturales. El tablero contrachapado estaba manchado de sangre.
¿Cómo ha sido posible que el FSC se haya teñido de sangre? El grupo Pizano S.A. es titular de un paquete importante del accionariado de Maderas del Darién, S.A., empresa maderera que ha sostenido una intensa extracción forestal en las cuencas de los afluentes del Río Atrato, Departamento del Chocó, el cual atraviesa la Reserva del Pacifico Colombiano, una región señalada por su alta biodiversidad. El 40% de los suministros de madera de Pizano S.A., con la que se fabrica su tablero contrachapado, procede de estos bosques de alto valor ecológico. Además, la explotación irregular y destructiva ha reducido considerablemente las áreas naturales de cativo (Priora copaifera), una especie amenazada, utilizada para la fabricación del contrachapado.
La actividad de esta empresa se ha realizado de forma simultánea en el tiempo y el espacio con enfrentamientos bélicos y operaciones militares que generaron a partir de 1997 el desplazamiento de miles de personas. Las violaciones de los derechos humanos y el asesinato han sido frecuentes y han quedado impunes. La tala ilegal es un problema grave y la titularidad de la tierra es objeto de disputas dirimidas frecuentemente en los tribunales. Con todos estos ingredientes, la actividad maderera y el conflicto armado han originado la destrucción de la vida comunitaria de las comunidades afrodescendientes y la conversión de sus territorios en zonas deforestadas o en plantaciones de palma aceitera.
En el año 2000, durante la preevaluación de Pizano S.A., Smartwood se reunió con la Iniciativa Nacional de Colombia y miembros de su Directiva cuestionaron la posibilidad de otorgar el certificado a esta empresa. Ya por entonces las noticias sobre el conflicto en el Departamento del Chocó salpicaban a Pizano S.A. En la evaluación de seguimiento de 2005 la Comisión Intereclesial Justicia y Paz Colombia, una organización comprometida con los derechos humanos en toda América Latina, presentó una queja formal en la que informaba sobre la responsabilidad de Maderas del Darién en la violación de los derechos humanos y el desastre ambiental en el Darién, probada mediante diversos documentos y sentencias judiciales.
La queja de Justicia y Paz fue apoyada por numerosas organizaciones sociales y ambientales de Colombia y España (Greenpeace y Ecologistas en Acción, entre ellas), organizaciones que posteriormente solicitaron en 2005 a Smartwood la no renovación del certificado FSC a Pizano S.A. Asimismo, pusimos en conocimiento del Director Ejecutivo de FSC, Heiko Liedeker, todos estos hechos.
Las conexiones de la empresa filial de Pizano S.A. con el conflicto han sido expuestas públicamente en los últimos meses. En mayo de 2007 diversos medios de comunicación de Colombia han publicado las declaraciones de ex paramilitares reconociendo haber recibido apoyo económico de la empresa Maderas del Darién. Estos hechos fueron puestos inmediatamente en conocimiento de Smartwood.
Pero todo esto no ha sido suficiente. El pasado 17 de julio de 2007 Smartwood comunicó a las organizaciones reclamantes su intención de otorgar de nuevo el sello FSC a las plantaciones de Pizano S.A. Según Smartwood no hay pruebas de que los hechos denunciados “se ejecuten en el presente o pasado reciente”. Esta afirmación deja claro que ni Smartwood ni la empresa niegan que los hechos ocurrieran en un pasado “no reciente”, en 2005 por ejemplo, cuando la empresa disponía todavía del sello FSC y Smartwood hacía oídos sordos a las quejas de la sociedad civil.
Según Smartwood, la empresa Pizano S.A. se ha comprometido ahora a adoptar el estándar de madera controlada, por el cual no es aceptable la madera de procedencia ilegal, la madera procedente de bosques de alto valor de conservación o la madera aprovechada en violación de los derechos tradicionales y civiles.
La actuación de Smartwood en Colombia ha supuesto otro duro golpe para la credibilidad y el prestigio del FSC. Hasta la fecha ningún auditor de Smartwood ha visitado la región del Darién y no hay todavía ningún mecanismo, protocolo o sistema implantado que garantice que la madera procedente de la destrucción de bosques de alto valor ecológico, la tala ilegal o la violencia no sea mezclada con madera de las plantaciones certificadas de Pizano S.A. para formar un tablero contrachapado. Un tablero contrachapado donde el sello FSC podría estar teñido de sangre. Además FSC Internacional ha fallado a la hora de dar unas directrices claras sobre la exclusión de empresas altamente controvertidas, como Pizano, del sistema de certificación FSC.
Por Miguel Ángel Soto, Greenpeace España, correo electrónico: masoto@es.greenpeace.org, y Tom Kucharz, Ecologistas en Acción, e-mail: agroecologia@ecologistasenaccion.org