1. La Red de Genero y cambio climático considera que debería haber una amplia evaluación sobre el impacto en las mujeres de las diferentes políticas e incentivos para reducir la deforestación y la degradación de bosques antes de que continúen las negociaciones sobre este tema dentro del marco de la Convención de Cambio Climático.
2. Las negociaciones sobre el mecanismo denominado REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación de Bosques por la sigla en ingles) seguramente conllevarán resultados de gran inequidad, ya que cualquier mecanismo que por definición compensa a las mujeres, hombres, comunidades, pueblos indígenas o países por reducir su deforestación por definición beneficia a aquellos que se encuentran involucrados en procesos de deforestación a gran escala. Las mujeres y los pueblos indígenas no se encuentran en general involucrados en estos procesos. Ellos por lo tanto no se beneficiarán del mecanismo REDD especialmente los financiados a través del mercado de carbono.
3. Las propuestas de combinar financiamiento público con financiamiento basado en el mercado para conservar y restaurar bosques no solucionarán las inequidades, dado que se espera que el financiamiento basado en el mercado sea 10 veces mayor que el financiamiento público. Además, la posibilidad de financiar REDD a través del mercado de carbono tendrá efectos muy negativos en los fondos públicos disponibles ya que la forma de financiamiento a través del mercado de carbono será muy atractiva para los países donantes. Por lo que, las mujeres, pueblos indígenas y otros actores y países que hayan sido exitosos en sus esfuerzos en disminuir la deforestación y conservar bosques recibirán muy modesto apoyo, mientras aquellos actores y países que hayan destruido los bosques hasta el momento recibirán gran cantidad de fondos para “compensar”.
4. Las discusiones sobre REDD ya han desatado la apropiación de recursos por parte de las elites. Países en desarrollo, gobiernos, corporaciones y grandes agencias internacionales de conservación están comprando gran cantidad de tierra para asegurarse beneficios a través de REDD. Esto trae aparejado privatización y concentración, y frustra los reclamos de reformas agrarias y de derechos de los Pueblos Indígenas.
5. Nos oponemos radicalmente al encare denominado reducción “neta” de deforestación, en la medida que la actual definición de “bosques” incluye monocultivos de árboles a gran escala. Este encare de deforestación “neta” de deforestación permitiría que países como Brasil (que está planificando establecer 500.000 hectáreas de nuevas plantaciones para 2010) puedan compensar su deforestación con estas plantaciones. Las plantaciones de árboles a gran escala tienen impactos devastadores para la vida de las mujeres y de las comunidades en general. Destruyen ecosistemas y agricultura de subsistencia, causan desempleo y despoblación y agotan los recursos del suelo y agua además de violar los derechos de los Pueblos Indígenas.
6. Por la misma razón, insistimos que la definición de “bosques” sea revisada de tal forma que se excluyan los monocultivos de árboles a gran escala. Debe asegurarse que la degradación de bosques sea totalmente tomada en cuenta en cualquier esquema de conservación de bosques.
7. Rechazamos cualquier esquema relacionado a bosques que ignore o minimice los diferentes valores que los bosques tienen para las mujeres y los hombres. Cualquier esquema de incentivos que priorice el valor en carbono de los ecosistemas por encima de los otros valores ocasionará impactos negativos muy serios para la soberanía alimentaria, el acceso al agua, las semillas, la medicina tradicional y otros valores socio-económicos, culturales, espirituales y ecológicos de los bosques.