Esta declaración, firmada por un elevado número de organizaciones principalmente internacionales, fue lanzada durante la cumbre sobre clima de Naciones Unidas en Bonn (16-27 de julio) y advertía sobre la posibilidad de que se produjera un mayor debilitamiento y distorsión del Protocolo de Kioto en la medida en que los gobiernos intentaran ajustarse a la irresponsable posición de Estados Unidos (y un creciente número de otros países).
La declaración comienza diciendo que "los esfuerzos para tentar al gobierno de EE UU con el fin de que vuelva a aceptar el protocolo de Kioto pueden ocasionar una mayor degradación del protocolo. Para salvarlo, las negociaciones en curso deben dejar de centrarse en la actual "manía del mercado" y comenzar de forma urgente a discutir soluciones justas y eficaces para el cambio climático, comenzando por la reducción de las emisiones de gases de invernadero dentro de los países industrializados."
La declaración finaliza con el siguiente llamamiento:
"Pedimos que los países industrializados reduzcan drásticamente sus emisiones de gases de invernadero dentro de sus propios territorios.
Pedimos que los países industrializados no busquen eludir sus compromisos de reducción de emisiones usando mecanismos de mercado tales como comercio de emisiones, implementación conjunta o mecanismo de desarrollo limpio.
Solicitamos políticas de transición justas, que protejan a los trabajadores y a las comunidades vulnerables, así como apoyo a los países y comunidades amenazados por cambios climáticos catastróficos.
Solicitamos el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles y una moratoria para las nuevas exploraciones y perforaciones petroleras."