El Informe “Violencia contra los Pueblos Indígenas de Brasil –datos de 2020”, publicado anualmente por el Consejo Indigenista Misionero (Cimi), de Brasil, refleja la imagen de un año trágico para los pueblos originarios del país. La grave crisis sanitaria provocada por la pandemia no impidió, al contrario de lo que se podría esperar, que grileiros [persona o grupo de personas que se apropia ilícitamente de tierras públicas o de propiedad de otros reivindicando posteriormente su titularidad a través de documentos fraudulentos], mineros, madereros y otros invasores ampliasen todavía más sus ofensivas contra las tierras indígenas. Las violencias practicadas contra los Pueblos Indígenas y sus territorios vienen al encuentro del discurso y de las prácticas de un gobierno que tiene como proyecto la apertura de las tierras indígenas a la explotación y depredación, trabajando para colocar esas áreas a disposición de los intereses particulares y favoreciendo los objetivos de grandes empresas de agroindustria, de la minería y de otros grandes grupos económicos. Vea el resumen ejecutivo en español, francés, e inglés.
En medio de la pandemia, invasiones de tierras y asesinatos de indígenas aumentaron en 2020
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