La palma aceitera es nativa de éste y otros países de la región, dondese recoge su savia para obtener vino de palma, dátiles para la cocina y aceite de fabricación artesanal familiar. El producto se exportaba tradicionalmente desde antes de la creación de plantaciones, que llegaron a cubrir 7.000 hectáreas en 1968. Éstas se desarrollaron a partir de variedades seleccionadas procedentes de Asia, de mayor rendimiento. Aunque se acabaron abandonando, siguen produciendo algunos racimos, similares a los de las palmeras oriundas, para el consumo familiar. En todo caso, la cosecha resulta muy difícil de reunir por encontrarse las palmeras diseminadas. Así, aunque existen pequeñas fábricas de aceite y jabón, la producción de las palmeras sólo se utiliza para consumo familiar; de hecho, el aceite obtenido artesanalmente por las familias es poco valorado por el mercado, por su calidad irregular. (1)
Históricamente, la producción agrícola colonial estuvo orientada hacia la exportación. Es importante señalar que Guinea Ecuatorial está geográficamente dividida en dos áreas: la continental (Río Muni) y la insular (Bioko y varias otras islas). El principal desarrollo agrícola tuvo su centro en Bioko, cuyo clima y suelo se adaptaba bien al cultivo del café y cacao. (2)
En Río Muni, no se comenzó la producción de productos coloniales hasta entrado el siglo XX. Aquí, la producción de café y cacao fue dominante, aunque la explotación y las plantaciones de aceite de palma llegaron a ser más importantes. (3)
En términos generales “durante la época colonial hasta su independencia, la agricultura [de exportación] de la República de Guinea Ecuatorial fue de un sistema de monocultivo basado en los cultivos de café, cacao y aceite de palma”.(4)
Es necesario resaltar que el país cuenta con una larga y tétrica historia en materia de plantaciones. En la época en que fue colonia española, la economía de exportación se basó en el establecimiento de grandes plantaciones de café y cacao, así como de palma aceitera. El trabajo en las plantaciones se hacía en general bajo una forma (mal)disfrazada de trabajo esclavo denominada “"prestaciones”, en el que las personas eran obligadas a trabajar sin recibir remuneración alguna. A su vez, los culpables de delitos leves eran condenados a "colaborar" durante un tiempo en los "trabajos colectivos"; todo acompañado por una política de terror basada en el exterminio físico de todos quienes se negaran a aportar sus “prestaciones” (5)
Hablando en general acerca de los distintos tipos de plantaciones tradicionales (café, cacao, bananas, coco, palma aceitera, etc.), en el momento actual se constatan dificultades en la producción debido “al deteriorado estado de las plantaciones y a la disminución de la mano de obra”. Con respecto a esto último, se afirma que “La falta de expectativas en el sector está provocando el éxodo masivo de la mano de obra hacia otras actividades donde los obreros encuentran mayor rentabilidad y una amortización más inmediata de sus esfuerzos a corto y medio plazo”.(6)
Una de las razones que se esgrimen para explicar el escaso desarrollo del sector de la palma aceitera es “la falta de una buena red de carreteras [que] impide rentabilizar mejor las mejoras en la producción artesanal familiar”. Esa limitante ya está siendo abordada a partir de los diversos acuerdos alcanzados entre el gobierno de Guinea Ecuatorial y varias empresas -de capitales de orígenes tan diversos como brasileros (7), franceses (8), marroquíes (9), belgas (10), chinos (11), entre otros- que ya están en plena construcción de carreteras y otras infraestructuras.
Con respecto a la escasez de mano de obra, siempre cabe la posibilidad de que el Presidente Teodoro Obiang Nguema (conocido por su afición a la violación de derechos humanos), vuelva a apelar, en caso que lo considere necesario, a las viejas, conocidas y temidas “prestaciones” de la época colonial.
Las perspectivas parecen indicar un posible desarrollo futuro en materia de plantaciones de palma aceitera. En ese sentido, se dice que la palma “es uno de los recursos con mejores perspectivas de desarrollo, con un contexto agroclimático excepcionalmente favorable, y tierras topográficamente aptas para plantaciones industriales asociadas a plantaciones familiares. Para ello, sería necesario solucionar las carencias de transporte y mano de obra, movilizar inversores nacionales o foráneos y, a corto plazo, recurrir a precios de intervención para las oleaginosas” (12).
Claro que para que los beneficios de tales inversiones puedan llegar a la inmensa mayoría de pobres que apenas lograr sobrevivir en este país rico en petróleo, sería primero necesario solucionar algunos problemas más acuciantes. Por ejemplo, el de la distribución de la riqueza, que termina en las cuentas bancarias de quienes detentan el poder y en las arcas de las empresas petroleras que explotan sus recursos. Y también, por supuesto, el problema de los derechos humanos, que vienen siendo violentados desde hace más de tres décadas por quien asumió el gobierno luego de derrocar y ejecutar al mandatario anterior: el actual presidente Teodoro Obiang.