El video “Bajo Aguán: Grito por la Tierra” (1) fue presentado el 10 de diciembre en Honduras, en el marco de un Foro sobre Derechos Humanos organizado por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras.
Por medio de este documental se intenta exponer a nivel internacional el estado de amenaza constante en que viven los campesinos de la zona del Bajo Aguán en Honduras. Su objetivo es “desenmascarar un modelo de producción explotador, basado en los monocultivos a gran escala, en este caso la palma africana, que violenta los Derechos Humanos en su sentido más amplio. El monocultivo de palma africana concentra la tierra, desaloja a poblaciones, les niega el derecho a tener acceso a la tierra, afectando su soberanía alimentaria. Pero también criminaliza y reprime con violencia la protesta social, negando los derechos más elementales a miles de familias campesinas organizadas” comentó Giorgio Trucchi, corresponsal de la Rel-UITA, durante la presentación(2).
El monocultivo de la palma en Honduras fue promovido ya desde los años 70 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A partir de los 90, la aprobación de la Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola favoreció el acaparamiento y reconcentración de la tierra, principalmente en manos de tres grupos económicos muy poderosos, e impulsó los monocultivos a gran escala.
Con el tiempo y ante el aumento de la demanda internacional de palma aceitera, los terratenientes trataron de expulsar a miles de familias campesinas para ampliar sus plantaciones.
Pero el campesinado también necesitaba tierra, sobre todo después del huracán Mitch, que en 1998 dejó a numerosas familias sin recursos. Desde ese momento los campesinos crearon un gran número de empresas agrícolas asociativas en tierras de Reforma Agraria que beneficiaban a más de 20.000 personas. A partir del año 2000, luego de infructuosas y dilatadas negociaciones, los campesinos decidieron recuperar sus tierras iniciando así un proceso de recuperación de tierras sembradas con palma aceitera que reivindicaban como propias (3).
El conflicto por la tierra se fue agudizando en un contexto político cada vez más polarizado, hasta que en 2009 los sectores más conservadores dieron un golpe de Estado. El nuevo gobierno del conservador Porfirio Lobo no dio respuesta a las necesidades del campesinado. Fue entonces que las organizaciones campesinas lanzaron una fuerte ofensiva para recuperar más de 20.000 hectáreas. La respuesta no se hizo esperar; a la vez que la movilización del campesinado aumentaba, se intensificó la represión, tortura y muerte de campesinos. Sus responsables son diferentes actores al servicio de los terratenientes de la zona.
Aunque hoy en día aparentemente la situación se ha normalizado, la tensión en el Bajo Aguán continúa y la represión sobre el movimiento campesino --organizado en la lucha por defender su derecho a la tierra-- se ha extendido en un estado de total impunidad. Los responsables de estos crímenes y violaciones a los derechos humanos no han sido detenidos.
“Después del golpe de Estado se ha sufrido mucho más las violaciones a los derechos humanos aquí porque ha habido más asesinatos, ya no asesinatos esporádicos si no más continuamente. El problema es que las autoridades han estado siempre gobernando para la oligarquía, para los grandes empresarios. Entonces aquí para la gente más necesitada, para los más pobres, no hay justicia. Ése ha sido el problema que los compañeros y compañeras campesinos han tenido… les han asesinado, les han baleado, y se les ha perseguido” afirma en el video Haydee Sarabia, Secretaria General de la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA).
Según Gilberto Ríos de FIAN Honduras, los terratenientes “han creado además un ejército particular con guardias de seguridad que podrían incluso en determinado momento considerárseles como mercenarios. Capturan, torturan, investigan como que si fueran una institución estatal. De tal manera que la mayoría de los muertos que se han producido en el Bajo Aguán se les atribuyen a los guardias de seguridad”.
Pero, a pesar de la represión, el campesinado sigue organizándose en el Bajo Aguán, defendiendo su derecho a la tierra.“Tenemos muchos campesinos compañeros muertos por la misma causa, porque el delito de nosotros es el pelear, el reclamar nuestros derechos, nuestras tierras, donde nosotros como campesinos cultivamos el maíz, el frijol, la yuca, todo eso, y de repente el terrateniente no quiere, él dice que nosotros los campesinos no podemos cultivar nuestra tierra. Pero nosotros por eso estamos luchando, y seguiremos con nuestra bandera en alto” afirma Francisco Correa, de la comunidad Nueva Vida.
1.- Video producido por Alba Sud y la Rel-UITA, con la colaboración de Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), FIAN Internacional y Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA). Acceder al video en español en: http://wrm.org.uy/es/videos/bajo-aguan-grito-por-la-tierra/
En breve el video estará disponible también en portugués, inglés y francés.
2.- Ver “Monocultivo: Un ataque directo a la soberanía alimentaria. Fue presentado video sobre el Bajo Aguán”
http://www6.rel-uita.org/agricultura/alimentos/soberania_alimentaria/monocultivo-ataque_directo_a_la_soberania_alimentaria.htm
3.- Ver Boletín 176 del WRM http://www.wrm.org.uy/boletin/176/Honduras.html