Hace poco tuve oportunidad de viajar a la provincia india de Bengala Occidental y visitar las “Aldeas Forestales” de los distritos de Darjeeling, Kurseong y Kalimpong.
La impresión del recién llegado es que la zona montañosa de los Himalayas exteriores está cubierta de densos bosques, compuestos en su mayoría de árboles muy grandes. Sin embargo, los habitantes locales saben que no son bosques sino plantaciones recientes y antiguas, sobre todo de dos especies: cedro japonés (Cryptomeria japonica) y teca (Tectona grandis).
Estas plantaciones nacieron durante el gobierno colonial británico en India en virtud del llamado “sistema Taungya”, instrumentado por primera vez por los británicos en Birmania y extendido luego a otras colonias. El nombre aparentemente “técnico” de este sistema sirvió para esconder sus enormes impactos sociales y ambientales. A través de mecanismos “voluntarios” o forzados las personas fueron desplazadas de las zonas que iban a plantarse y se las asentó en las llamadas Aldeas Forestales. Su primera tarea consistiría en talar el bosque nativo y quemar la vegetación sin valor comercial. Su segunda tarea sería plantar las especies seleccionadas, al principio teca y más tarde Cryptomeria. Luego de eso, los técnicos forestales “permitirían” a los aldeanos sembrar sus propios cultivos entre las filas de árboles plantados, lo que en realidad resultó ser el desbroce gratuito de la plantación. Una vez que se cerraran las copas y los cultivos ya no pudieran crecer por falta de sol, la Aldea Forestal simplemente se trasladaría a una nueva zona para volver a empezar exactamente el mismo proceso.
La independencia india no conllevó cambios en la acción y el pensamiento del Departamento Forestal, que en líneas generales continuó la política colonial de dominación de la naturaleza y la gente. De esto brindaron pruebas más que suficientes los residentes locales entrevistados durante el viaje a la región.
Un hombre de la aldea forestal de Dhotera, que había pasado casi toda su vida en la zona, dijo que “la Corporación cortó el bosque y plantó. Primero eran plantaciones mixtas de especies de madera dura, pero luego descubrieron que el Cryptomeria crecía más rápido y entonces se plantó únicamente esa especie”. Añadió que “antes los aldeanos se beneficiaban más, tanto con los bosques como con las plantaciones. Podían recolectar y vender fruta y otras cosas. Los frutos del bosque son muy nutritivos. Sin embargo, el Departamento Forestal destruyó el bosque en 1974 y entonces la gente imitó al gobierno y destruyó también el bosque con el argumento de que ‘si ustedes pueden cortar, nosotros también’. Ahora todo está peor todavía, porque esto fue designado ‘zona de vida silvestre’, de modo que no tenemos derechos y están intentando expulsarnos por intrusos”.
Otra persona afirmó que en su zona antes había muchas especies de árboles y animales como ciervos, osos y tigres. Explicó que “luego plantaron teca y ahora no se ve ni siquiera ganado. Las raíces de estos árboles no contribuyen a fijar el suelo ni logran resistir el viento, así que no brindan la protección que nos daban los bosques”.
Un joven mencionó que muchas plantaciones son un fraude porque el Departamento Forestal “recibe el dinero, planta árboles solamente a lo largo de los bordes visibles y el dinero así ahorrado va a parar a los bolsillos de los forestales”.
Una señora mayor dijo que había llegado al lugar hacía 50 años y había visto desaparecer el bosque. Explicó que “en aquel momento el bosque era muy diverso y brindaba muchos productos: hongos, frutas, verduras, distintas cosas para comer. Ahora solamente existen los tocones de aquellos árboles”.
Los habitantes de la aldea forestal de Bagora dieron testimonios similares. Un hombre explicó que “el bosque estaba lleno de plantas medicinales, pero ahora tenemos que usar los remedios del gobierno porque ya no encontramos esas plantas. Ahora los animales salvajes se comen nuestros cultivos debido a la escasez de alimentos en las plantaciones. El agua se volvió sucia y no se puede beber de las fuentes. Las mismas fuentes que antes eran puras ahora provocan enfermedades”. Recordó que cuando se les pagó para que cortaran el bosque lo hicieron descalzos. “Ahora tenemos botas, pero en el bosque no hay nada. Los Cryptomeria no nos dan más que problemas. Ahora incluso tenemos que demostrar que hemos vivido en la zona para evitar el desalojo”, añadió.
Otro aldeano describió lo que llamó “la plantación de teca más antigua de la India” (se plantó en 1864). Dijo que antes el suelo era mucho más fértil y que abundaba el humus forestal pero que “después de que limpiaron el bosque, el humus desapareció”. Recalcó que “no hay necesidad de seguir teniendo estas plantaciones. No son buenas para la gente ni para los animales. La teca nos volvió pobres. No podemos llevar el ganado a la plantación; la plantación afecta la vida silvestre y así empobrece a la gente. No hay sotobosque y por lo tanto tampoco alimentos ni plantas medicinales”.
Un joven dijo que “una aldea fue barrida por un deslizamiento de tierra”. Según los pobladores, la teca es un árbol que no solamente no contribuye a fijar el suelo: también favorece la erosión debido al tamaño de las gotas de agua que se forman en la superficie de sus grandes hojas. Estas gotas más grandes que las normales caen desde las altas copas de los árboles al suelo, que no tiene sotobosque que lo proteja. Esto provoca erosión y deslizamientos de tierra de los cerros.
Otra persona explicó que la gente de la aldea había sido llevada al lugar por los británicos en la década de 1940. Cuando los británicos se fueron, el gobierno de la India independiente tomó el mando pero “no ha hecho nada para ayudarnos. La tierra fue fragmentada y ahora no tenemos tierra suficiente y no podemos obtenerla del gobierno. Ahora hay un camino y una escuela, pero nos han quitado nuestra principal fuente de sustento. El Departamento Forestal hizo la cartografía de la zona pero está incluyendo solamente una pequeña parte de las aldeas forestales. El resto se define como ocupación”.
Una persona mayor añadió que “en 1942-43 la zona estaba cubierta de bosques densos”. El Departamento Forestal los llevó allí y les dio tierra, madera para la construcción y un terreno aparte para sus hogares y para el pastoreo. “Hicimos todo tipo de trabajo: tala rasa, producción de carbón, plantación de árboles”. El poder del Departamento Forestal era tanto que “si venían, teníamos que darles leche, pollos y huevos gratis”. Ese poder de los funcionarios forestales sigue estando presente, aunque de otra manera: “No se nos permite sacar nada de las plantaciones de Cryptomeria, porque todo lo que hagamos aquí se considera ilegal”.
Los pobladores sienten mucho el asunto del empleo. Uno de ellos destacó que “no hay empleo porque el bosque se conserva estrictamente y las plantaciones no nos dan nada. No hay nada que comer, no hay tierra para pastoreo ni leña, ni siquiera palitos secos”. Según los aldeanos, ha aumentado el acoso del Departamento Forestal en lo que definen como una “total violación de los derechos humanos”.
Los habitantes de la aldea forestal de Mayung brindaron testimonios parecidos y mencionaron también la ocurrencia de “muchos deslizamientos de tierra en las plantaciones”. Con relación al trabajo dijeron que las plantaciones prácticamente no generan empleos. Como mucho pueden trabajar unos 15 días... por año. El resultado es que la gente está emigrando.
Sin embargo, nos mostraron también un cambio en una parte de su zona: una plantación mixta establecida en 1998. Esta plantación fue el resultado de una reunión entre los aldeanos y la oficina local del Departamento Forestal, que se comprometió a no establecer más monocultivos.
A pesar de que esto se considera un paso positivo, la elección de las especies de la plantación mixta estuvo a cargo del Departamento Forestal sin que mediara consulta con los aldeanos, que habrían elegido especies más beneficiosas. En esta plantación hay un poco de sotobosque para pienso, frutos y plantas medicinales, hongos. Ahora también hay más vida silvestre como ciervos, jabalíes, faisanes. Están contentos con esto, que es favorable en comparación con los monocultivos de teca y Cryptomeria (“que son terribles”) pero que “podría haber sido mucho mejor si nos hubieran consultado”. Ahora están intercalando cultivos como cardamomo y “pasto escoba” (Thysanclaena maxima).
En suma, los testimonios brindados por las personas de las zonas visitadas vuelven a demostrar que los monocultivos de árboles, sin importar la especie elegida, son socialmente dañinos y ambientalmente destructivos y nunca deberían sustituir a los bosques. Ahora es necesario comenzar el proceso de traer de vuelta el bosque mediante el manejo de las plantaciones existentes y la plantación de una mezcla de especies locales. Pero también es necesario aprender de la experiencia de la aldea forestal Mayung y hacer participar a las poblaciones locales en la selección de las especies que se plantarán y así garantizar que los bosques futuros sean beneficiosos tanto social como ambientalmente.
Por Ricardo Carrere, correo-e: rcarrere@wrm.org.uy. Información recopilada durante un viaje de campo organizado por National Forum of Forest People and Forest Workers (Comité Regional de Bengala del Norte) y NESPON.