En un nuevo incidente, las mujeres tribales y dalit de la aldea de Harna Kachar, distrito de Sonbhadra de Uttar Pradesh, sufrieron una serie de atrocidades cometidas por la policía y el Departamento Forestal.
Un grupo de más de 300 personas integrantes de la Policía, del Departamento Forestal, Aduanas y los sectores dominantes de la aldea participó en el ataque, en el cual resultaron heridas más de 20 mujeres. Las golpearon despiadadamente con palos, saquearon sus pertenencias – ropas, utensilios, granos, bicicletas, ganado, etc. –, e incendiaron un centenar de sus cabañas. Esta atrocidad fue cometida contra mujeres tribales y dalit pese a la histórica ley de los derechos sobre los bosques aprobada en 2006.
En el transcurso de tan sólo un mes éste es un nuevo incidente entre castas, instigado por el Departamento Forestal y la Policía para que la población tribal no pueda organizarse y luchar por los derechos territoriales perdidos. En agosto de 2008, más de 300 cabañas fueron arrasadas al ser incendiadas por un grupo de una casta llamada yadavs, por instigación del Departamento Forestal y de la Policía. El Magistrado del Distrito adoptó medidas severas y los yadavs fueron arrestados por infringir la Ley de Castas y Tribus Registradas. La policía y el Departamento Forestal estaban ansiosos por vengarse de esa derrota.
El enfrentamiento con las mujeres se ha dado desde que la Policía y el Departamento Forestal comenzaron a presionarlas para expulsar a la población tribal de unas 60 hectáreas de tierras que ocupa y reivindica como propias. En uno de esos enfrentamientos, un policía arrebató a una mujer su sari (el vestido típico de las mujeres indias). Un periódico publicó que las mujeres se encolerizaron y, en señal de protesta, se quitaron sus saris y los usaron como armas, arrojándolos contra los efectivos policiales y quedando semidesnudas, lo que los hizo huir. Pero el 24 de setiembre de 2008 la policía vino preparada – con la presencia simbólica de sólo dos mujeres policías – y comenzó a insultar a las mujeres y a golpearlas. Éstas ya habían alejado a sus hombres e hicieron frente a la fuerza policial. Los miembros de la Policía y del Departamento Forestal comenzaron a incendiar las cabañas y luego atacaron a las mujeres y las desnudaron.
La lucha por el bosque no ha cesado desde hace algunos años en esta zona, donde la población tribal y dalit y otros sectores pobres, liderados por las mujeres, están defendiendo sus derechos y exigiendo la devolución de la tierra que el Departamento Forestal les quitó ilegalmente después de la independencia. La lucha se intensificó aún más luego de la aprobación de la Ley de Derechos sobre los Bosques de 2006 y, el año pasado, se puso en marcha un gran movimiento en esta región donde miles de hectáreas están ahora en manos de la población tribal. Esto ha provocado un fuerte debate sobre el tema de la reforma agraria en esta zona donde especialmente la casta superior, los sectores de terratenientes dominantes, los señores feudales, los industriales, las mafias y el lobby minero se han sentido amenazados. Ahora intentan por todos los medios sabotear ese movimiento.
La disputa territorial en la zona se ha hecho famosa a nivel nacional. Todas las comisiones formadas para resolverla han informado detalladamente que las tierras tribales fueron robadas. Los informes mencionan también que esas tierras fueron transferidas a personas externas a la zona, que todavía las conservan. Más tarde, varios comisiones también han informado que las principales causas del crecimiento de la actividad maoísta en la zona eran las disputas por la tierra, la no implementación de una adecuada reforma agraria y la apropiación de la tierra por parte de terratenientes, señores feudales y sectores de las castas altas de la sociedad. Sin embargo, el movimiento por la tierra ha movilizado a la región.
Ese movimiento espontáneo organizado por los pobres de la zona se ha vuelto un desafío para las autoridades administrativas, especialmente para la Policía y el Departamento Forestal, que prefieren que las actividades maoístas continúen. En efecto, sería fácil para ellos aplastar el movimiento popular con la excusa de que se trata de un problema de orden público y, además, porque así pueden acceder a los abundantes fondos disponibles para eliminar a los maoístas. Este movimiento ha hecho disminuir la actividad maoísta y el gobierno debe ahora enfrentarse al incómodo problema de resolver – contra sus deseos – el tema de las tierras y los bosques.
En vista de la gravedad de los hechos ocurridos, hemos planteado los reclamos siguientes:
1. Debe realizarse una investigación judicial de alto nivel, como asegurara el Magistrado del Distrito, Sr. Ajay Shukla.
2. Todos los funcionarios que participaron en el incidente deben ser sancionados y suspendidos.
3. Los aldeanos que instigaron la violencia entre castas deben ser arrestados y juzgados en base a la Ley de Castas y Tribus Registradas, por violación de derechos humanos y violencia contra las mujeres.
4. Debe aplicarse La Ley de derechos de los bosques de 2006 respetando su espíritu.
5. Debe organizarse un diálogo de alto nivel para resolver el problema de las tierras en disputa en la región de Kaimur.
Por Roma, NFFPFW (Kaimur) / Human Rights Law Centre, e-mail: romasnb@gmail.com