El 12 de abril de 2006 se publicó el informe “The Kalimantan Border Oil Palm Mega-project”, que revela los planes del gobierno de Indonesia de establecer hasta tres millones de hectáreas de plantaciones de palma aceitera en la isla de Borneo. Dos millones de hectáreas se situarían a lo largo de la frontera entre Malasia y Kalimantán y un millón de hectáreas en otros lugares, en zonas que aún permanecen cubiertas por bosques y habitadas por comunidades indígenas. Las plantaciones apuntarían a abastecer la demanda internacional de aceite de palma barato y con ello la demanda nacional y mundial de biocombustibles.
En Indonesia ya se había lanzado un plan anterior para establecer la mayor plantación de palma aceitera del mundo, de dos millones de hectáreas, en una franja de entre cinco y diez kilómetros a lo largo de la frontera entre Kalimantán y Malasia. El megaproyecto de palma aceitera, que se presentó con la promesa de “llevar prosperidad, seguridad y protección ambiental a la zona fronteriza de Kalimantán”, resultó amargo cuando empezó a circular un plan comercial elaborado por la Corporación de Plantaciones del Estado Indonesio (PTPN). Este documento incluía un mapa que demostraba, sin dejar lugar a dudas, que el proyecto de palma aceitera de 1,8 millones de hectáreas acabaría con los bosques primarios de tres parques nacionales, atravesaría pendientes escarpadas y montañas completamente inadecuadas para el cultivo de palma aceitera y aniquilaría los derechos consuetudinarios a la tierra de las comunidades indígenas Dayak en las zonas fronterizas.
Contra estos planes surgieron varias campañas y presiones por parte de la sociedad civil indonesia, así como protestas internacionales, que obligaron al gobierno de Indonesia a revisar su postura y hacer cambios reconociendo que había consideraciones que tener en cuenta relativas a la conservación. Sin embargo, el nuevo informe revela que los planes iniciales todavía están sobre la mesa y que la expansión de la palma aceitera continúa. Las empresas de la palma aceitera ya se han trasladado a varios puntos del área limítrofe y los planes de continuar la expansión hacia la zona de la frontera de Kalimantán gozan de buena salud. Los encargados de planificación de la Agencia Nacional de Planificación para el Desarrollo (Bappenas) encontraron una solución al problema de que los nuevos planes de expansión no caben en la zona fronteriza inmediata, donde la superficie total adecuada para el cultivo de palma aceitera es despreciable: simplemente cambiaron la definición de “zona fronteriza”, aumentando su ancho de entre cinco y diez kilómetros a 100 kilómetros.
La zona que se considera apropiada para la palma aceitera incluye bosques utilizados por miles de personas que dependen de ellos para su sustento y donde habitan comunidades indígenas. En la nueva zona fronteriza ampliada, una reglamentación especial (el Decreto Presidencial Nº 36/2005) permitiría al gobierno quitar las tierras a aquellas comunidades que no deseen plantaciones de palma aceitera, en nombre del “interés público”.
Tanto en la zona fronteriza inmediata como en la ampliada son pocas las comunidades indígenas que conocen los planes de desarrollo del gobierno. Las declaraciones de las comunidades locales y sus dirigentes de las aldeas indican que quienes están familiarizados con los planes se oponen vigorosa y unánimemente al desarrollo de la palma aceitera en sus zonas. Un problema especial que afecta a los derechos consuetudinarios a la tierra es la reglamentación presidencial (Pepres Nº 36/2005) que permite al gobierno forzar la entrega de tierras en vista del “interés público”. Dado que el proyecto fronterizo se justifica en función de razones de interés público (seguridad, prosperidad y protección ambiental) y en él participan las Fuerzas Armadas de Indonesia, el gobierno puede optar por servirse de esta reglamentación para imponer las plantaciones de palma aceitera en la zona fronteriza. Los planes de los ministerios Forestal y de Agricultura para promover otros cultivos comerciales aparte de la palma aceitera (como caucho, café, té, cacao, pimienta, etc.) en la zona fronteriza podrían rendir beneficios, pero se enfrentarán a la resistencia de las comunidades locales en caso de que el gobierno pretenda traer grandes inversores externos para establecer dichos cultivos en tierras sobre las que aquéllos tengan derechos consuetudinarios.
Amigos de la Tierra Indonesia (WALHI) y la organización local Sawit Watch (“Observatorio de la palma aceitera”) exhortan al gobierno de Indonesia a cancelar oficialmente el proyecto de megaplantaciones fronterizas.
Artículo basado en información obtenida de: “European Hunger for Palm Oil and Timber Triggers Expansion of Destructive Palm Oil Plantations on Kalimantan”, por Amigos de la Tierra Países Bajos, Sawit Watch, Amigos de la Tierra Indonesia (WALHI), Amigos de la Tierra Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, http://www.eng.walhi.or.id/kampanye/hutan/konversi/060412_palmoilplantation_/; “The Kalimantan Border Oil Palm Mega-project”, Eric Wakker, AIDEnvironment, por encargo de Milieudefensie (Amigos de la Tierra Países Bajos) y la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza (SSNC), http://www.milieudefensie.nl/globalisering/publicaties/rapporten/KalimantanOilPalmMega-lowres.pdf