La producción de celulosa y papel en Kenia está dominada actualmente por una empresa, Pan African Paper Mills (Panpaper), una joint venture entre el gobierno de Kenia, la Corporación Financiera Internacional (CFI, el brazo de inversión privada del Banco Mundial) y Orient Paper Mills, integrante del grupo Birhla de India. La fábrica de celulosa se estableció en 1974 y tiene su sede en Webuye, una ciudad de unos 60.000 habitantes, en las riberas del río Nzoia que desemboca en el Lago Victoria.
Desde el comienzo, a pesar de los impactos ambientales potenciales del establecimiento de plantaciones, de desechos líquidos, sedimentos y eliminación de residuos sólidos, el proyecto no contó con la realización de una evaluación de impacto ambiental completa. El Resumen de revisión ambiental de la CFI simplemente estableció que el proyecto estaba diseñado para cumplir con todas las políticas y pautas ambientales, de salud y de seguridad aplicables del Banco Mundial.
Sin embargo, los temores resultaron ser ciertos. Un informe del periódico local East African Standard denunció en 1999 que los residentes locales habían acusado a la fábrica de papel de convertir una vasta área de campo en un páramo ambiental y de ser una carga económica y social. La contaminación del río Nzoia, del que los residentes dependen para sus necesidades de agua era tan grave, que bañarse en el río se había convertido en un riesgo para la salud, y los animales que bebían el agua morían. A consecuencia de las sustancias químicas producidas durante la fabricación de celulosa, el área alrededor de la fábrica estaba envuelta en aire maloliente. Los vapores ácidos y las cenizas volátiles producían la corrosión de los techos de hierro corrugado de las casas vecinas a la fábrica. Además, los desechos sólidos de la fábrica, vertidos en los campos como abono, causaron la disminución de la producción agrícola local.
En el momento del establecimiento de la fábrica, la zona de Webuye era una región con bosques densos y formaba parte del bosque indígena Kagamena. La demanda de madera de la fábrica ha acabado con los bosques y actualmente los camiones de la compañía deben viajar más de cien millas para aprovisionarse de materia prima.
En 2003, los impactos producidos por la fábrica no habían disminuido. Los pobladores de Webuye se quejaban de que el olor que emanaba de la fábrica (principalmente sustancias cáusticas, cloro y ácido sulfúrico) era peligroso. Webuye se considera actualmente como una "ciudad enferma". De acuerdo con lo expresado por los expertos, el proceso de purificación de los desechos de la fábrica no era adecuado y las aguas residuales se vertían al río Nzoia con un tratamiento insuficiente. Esas aguas residuales semipurificadas podrían resultar catastróficas para la vida acuática del río o del lago porque su alta demanda de oxígeno consumiría gran parte de ese elemento en el agua, resultando en muerte masiva de la vida acuática.
El evento más reciente es la grave contaminación del Lago Victoria, que ha llevado al Ministerio de Aguas a iniciar una investigación. Se cree que las aguas residuales provenientes de fábricas (entre ellas Panpaper) han puesto en riesgo la vida acuática del lago.
Por otra parte, el madereo ha sido una de las principales causas de la destrucción de bosques en Kenia, un país con gran diversidad ambiental y étnica. El pueblo Ogiek, habitante de los bosques, ha estado sufriendo la pérdida de su tierra natal y su sustento, en especial a partir de la década de 1990. Panpaper no está incluida en la prohibición de madero del gobierno y tiene autorización para talar árboles para producir celulosa y papel, y es uno de los actores acusados por los Ogiek (ver Boletín N° 45 del WRM).
Sin embargo, en fecha tan reciente como mayo de este año, un director de PanPaper Mills, Harri P. Singhi, solicitó al gobierno de Kenia que ayudara a la compañía a resolver el problema de la escasez del suministro de madera. ¿Significaría esto que más bosques van a ver privados de su condición de reserva? Esto, al igual que la solicitud de asistencia de Singhi al gobierno para reducir sus costos de producción con una rebaja en la tarifa de la electricidad, son ejemplos típicos de incentivos fiscales, que incluyen exenciones de impuestos, inversión, subvenciones y subsidios, gracias a los cuales se desarrolla la industria mundial de la celulosa y el papel. Para su globalización ha contado también con los subsidios directos e indirectos provenientes de organismos bilaterales, inversiones estatales y bancos de desarrollo multilaterales, entre otros.
En el caso de Kenia, la CFI había invertido US$ 86 millones en la producción de celulosa, papel y material de empaque. Según las declaraciones de Singhi, Panpaper está trabajando en relación estrecha con la CFI para ampliar las fábricas de papel. El Jefe de operaciones especiales de la CFI, Erick Cruikshank, confirmó que la institución continuaría colaborando estrechamente con el gobierno y con otras industrias, entre ellas Panpaper Mills.
Mientras tanto, los Ogiek pierden sus tierras, la agricultura local peligra, aumenta la deforestación, se destruye el medio ambiente, y empeora la calidad de vida de los residentes locales. Todo sea por la creación de puestos de trabajo, afirma el discurso oficial. Pero el componente de mano de obra local generado por las fábricas de celulosa y papel es mínimo y en muchos casos se limita a trabajadores ocasionales que trabajan en condiciones que exponen su salud a riesgos graves.
Artículo basado en información obtenida de: “Kenya Is Exploring Alternative Sources of Energy”, Ooko Daniel, Hana, http://www.hananews.org/WholeArticle.asp?artId=1747 ; “Ministry to Probe Lake Pollution”, The East African Standard, http://allafrica.com/stories/200405260745.html ; “Wood and Wood Products and Pulp and Paper Products Industries”, Ministry of Tourism, Trade and Industry, Republic of Kenya, http://www.tradeandindustry.go.ke/documents/di_sector_wood_paper.pdf ; “Exporting Africa: technology, trade and industrialization in Sub-Saharan Africa”, The United Nations University, INTECH, http://www.unu.edu/unupress/unupbooks/uu34ee/uu34ee0s.htm ; “Kenya’s legal regime is mouthful but authorities won’t stop pollution”, Alphayo Otieno, http://www.google.com.uy/search?q=cache:rd4l6B3GGXIJ:www.eastandard.net/
Issue/issue01092003013.htm+Kenya%E2%80%99s+legal+regime+is+mouthful
+but+authorities+won%E2%80%99t+stop+pollution&hl=es ; Environmental Defense, http://www.environmentaldefense.org/article.cfm?ContentID=1577
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